/ viernes 17 de mayo de 2019

Reporteros contra paleros

El viernes próximo pasado, 10 de mayo del año en curso, Salvador Camarena en El Financiero, hizo una narración sobre las preguntas que hicieron cuatro reporteros al presidente López -Sara Pablo, de Radio Fórmula; Hugo Páez, de Impacto Diario; Arturo Páramo, de Excélsior; y Alberto Rodríguez, de SDP Noticias- con respecto a que PEMEX y la SENER harán la inviable refinería de Dos Bocas (que va a costar más de 12 mil millones de pesos y se va a llevar más de seis años en reaqlizarla una empresa que no es constructora ni ha sido eficiente, pues es la más endeudada del mundo).

A diferencia de lo que Víctor Trujillo, Brozo, ha dado en llamar “el elenco fijo que la hacen de reporteros de las mañaneras” (son los que le elogian al presidente diciéndole que si es un corredor keniano, que de “qué madera está hecho”, etcétera), aquellos hicieron preguntas serias y muy concretas. Transcribo lo que escribió Camarena: “Sara Pablo: “¿Qué lectura le da al hecho de que tres empresas que ustedes presumieron que eran de las empresas mejores del mundo, especializadas en refinería, le digan que no se puede hacer esta refinería en este periodo (tres años) y que no se puede con el costo de ocho mil millones? ¿Qué le hace pensar que el gobierno podría construir la refinería en este costo que usted está planteando?

Hugo Páez: Pemex no ha hecho una refinería desde hace 40 años. Entonces, la experiencia y la diversificación que hay ahorita en la tecnología, ¿cómo la va a contratar o cómo la va a adquirir Pemex en este caso? ¿No es asumir que la forma en que se hacía hace 40 años, no es asumir que ahora se pretenda echar mano de esa experiencia de hace 40 años que hoy debe de estar completamente evolucionada?

Arturo Páramo: Ahorita nos comentaba que ya tienen el proyecto ejecutivo. ¿Ya se tenía entonces el proyecto hecho o es parte de lo que se tiene que iniciar? Porque si se estaba licitando, quiere decir que todavía no existía el proyecto ejecutivo, apenas se iba a realizar, se estaba licitando, me imagino que era parte de ello. Quiero saber si ya existe y si lo podemos conocer, ¿qué características va a tener esta refinería?

Alberto Rodríguez: ¿No tiene miedo de que las calificadoras bajen la nota crediticia de Petróleos Mexicanos con un proyecto tan audaz, tan aventurado? Por otro lado, cuando se encarga a una empresa privada, cuando se licita un proyecto de esta naturaleza existen repercusiones legales en caso de que no se cumpla en tiempo y forma. ¿Aquí quién va a tener esa responsabilidad legal?”

Pero, como siempre, el presidente evadió responder y contestó con la retórica demagógica con que siempre lo hace, insultando la inteligencia de los demás. No quiere contestar que se ha contraído deuda pública (que tanto había anunciado que no endeudaría al país), pues el aval de PEMEX, frente al crédito que le acaban de dar tres bancos, es el gobierno de México. Eso ya hizo que la calificación de los bonos de “riesgo país” bajaran y, por tanto, la tasa de interés a pagar a los acreedores sube en automático. En otras palabras, la carga (deuda) ahora está en todos nosotros.

El viernes próximo pasado, 10 de mayo del año en curso, Salvador Camarena en El Financiero, hizo una narración sobre las preguntas que hicieron cuatro reporteros al presidente López -Sara Pablo, de Radio Fórmula; Hugo Páez, de Impacto Diario; Arturo Páramo, de Excélsior; y Alberto Rodríguez, de SDP Noticias- con respecto a que PEMEX y la SENER harán la inviable refinería de Dos Bocas (que va a costar más de 12 mil millones de pesos y se va a llevar más de seis años en reaqlizarla una empresa que no es constructora ni ha sido eficiente, pues es la más endeudada del mundo).

A diferencia de lo que Víctor Trujillo, Brozo, ha dado en llamar “el elenco fijo que la hacen de reporteros de las mañaneras” (son los que le elogian al presidente diciéndole que si es un corredor keniano, que de “qué madera está hecho”, etcétera), aquellos hicieron preguntas serias y muy concretas. Transcribo lo que escribió Camarena: “Sara Pablo: “¿Qué lectura le da al hecho de que tres empresas que ustedes presumieron que eran de las empresas mejores del mundo, especializadas en refinería, le digan que no se puede hacer esta refinería en este periodo (tres años) y que no se puede con el costo de ocho mil millones? ¿Qué le hace pensar que el gobierno podría construir la refinería en este costo que usted está planteando?

Hugo Páez: Pemex no ha hecho una refinería desde hace 40 años. Entonces, la experiencia y la diversificación que hay ahorita en la tecnología, ¿cómo la va a contratar o cómo la va a adquirir Pemex en este caso? ¿No es asumir que la forma en que se hacía hace 40 años, no es asumir que ahora se pretenda echar mano de esa experiencia de hace 40 años que hoy debe de estar completamente evolucionada?

Arturo Páramo: Ahorita nos comentaba que ya tienen el proyecto ejecutivo. ¿Ya se tenía entonces el proyecto hecho o es parte de lo que se tiene que iniciar? Porque si se estaba licitando, quiere decir que todavía no existía el proyecto ejecutivo, apenas se iba a realizar, se estaba licitando, me imagino que era parte de ello. Quiero saber si ya existe y si lo podemos conocer, ¿qué características va a tener esta refinería?

Alberto Rodríguez: ¿No tiene miedo de que las calificadoras bajen la nota crediticia de Petróleos Mexicanos con un proyecto tan audaz, tan aventurado? Por otro lado, cuando se encarga a una empresa privada, cuando se licita un proyecto de esta naturaleza existen repercusiones legales en caso de que no se cumpla en tiempo y forma. ¿Aquí quién va a tener esa responsabilidad legal?”

Pero, como siempre, el presidente evadió responder y contestó con la retórica demagógica con que siempre lo hace, insultando la inteligencia de los demás. No quiere contestar que se ha contraído deuda pública (que tanto había anunciado que no endeudaría al país), pues el aval de PEMEX, frente al crédito que le acaban de dar tres bancos, es el gobierno de México. Eso ya hizo que la calificación de los bonos de “riesgo país” bajaran y, por tanto, la tasa de interés a pagar a los acreedores sube en automático. En otras palabras, la carga (deuda) ahora está en todos nosotros.