/ viernes 26 de enero de 2024

La ineptocracia

La ineficiencia, ineficacia del gobierno, en sus tres instancias, es notoria. “Lo que se ve, no se juzga”, dice el refrán.

Cada vez son más las zonas territoriales, los sectores y actividades económicos y sociales que dominan los grupos criminales. Inclusive, en forma constante, le han arrebatado al gobierno el monopolio de la fuerza, de la procuración y administración de justicia y hasta el cobro de impuestos.

Los turiferarios, enfundados como funcionarios, dicen que están actuando. Pues no se ve. Ante el dicho, el hecho. Y éste nos indica, palmariamente, que o no pueden o no quieren. A menos que haya complicidad. Acapulco, Iguala, Chilpancingo, Zihuatanejo, Taxco son la prueba fehaciente del fracaso, de la ineptitud e incapacidad del gobierno para cumplir con los deberes de garantizar la vida, la seguridad, la libertad, el patrimonio, la paz de los individuos que vivimos en Guerrero.

Lo invito, estimado lector, a que haga un ejercicio para calificar el grado de eficiencia y eficacia que tiene el gobierno. Elija usted alguna dependencia o secretaría, del ámbito federal o estatal o municipal.

Una vez que la haya escogido, lea las atribuciones y deberes que su ley respectiva le señala. Cuente el total de deberes que dicha ley le atribuye. Ahora, ponga una palomita en aquellas que, para usted, sí cumple esa dependencia. Ponga un tache en aquellas que, según su criterio, no lo hace.

Enseguida, haga una sencilla división entre las palomeadas y el número total. El resultado será el índice de eficacia de esa dependencia, secretaría, órgano, etcétera. Lo invito a que lo haga.

Se va a divertir y, después, va a hacer corajes. En todo caso, también le hago una atenta invitación a que vea la página electrónica de World Justice Project. Allí están expresados, con precisión esos índices.

Ahora bien, independientemente de hacer esos ejercicios y de ver los bajos índices de eficacia del gobierno, ¿cuál es la percepción de seguridad que usted tiene? Su respuesta es la mejor opinión.

La ineficiencia, ineficacia del gobierno, en sus tres instancias, es notoria. “Lo que se ve, no se juzga”, dice el refrán.

Cada vez son más las zonas territoriales, los sectores y actividades económicos y sociales que dominan los grupos criminales. Inclusive, en forma constante, le han arrebatado al gobierno el monopolio de la fuerza, de la procuración y administración de justicia y hasta el cobro de impuestos.

Los turiferarios, enfundados como funcionarios, dicen que están actuando. Pues no se ve. Ante el dicho, el hecho. Y éste nos indica, palmariamente, que o no pueden o no quieren. A menos que haya complicidad. Acapulco, Iguala, Chilpancingo, Zihuatanejo, Taxco son la prueba fehaciente del fracaso, de la ineptitud e incapacidad del gobierno para cumplir con los deberes de garantizar la vida, la seguridad, la libertad, el patrimonio, la paz de los individuos que vivimos en Guerrero.

Lo invito, estimado lector, a que haga un ejercicio para calificar el grado de eficiencia y eficacia que tiene el gobierno. Elija usted alguna dependencia o secretaría, del ámbito federal o estatal o municipal.

Una vez que la haya escogido, lea las atribuciones y deberes que su ley respectiva le señala. Cuente el total de deberes que dicha ley le atribuye. Ahora, ponga una palomita en aquellas que, para usted, sí cumple esa dependencia. Ponga un tache en aquellas que, según su criterio, no lo hace.

Enseguida, haga una sencilla división entre las palomeadas y el número total. El resultado será el índice de eficacia de esa dependencia, secretaría, órgano, etcétera. Lo invito a que lo haga.

Se va a divertir y, después, va a hacer corajes. En todo caso, también le hago una atenta invitación a que vea la página electrónica de World Justice Project. Allí están expresados, con precisión esos índices.

Ahora bien, independientemente de hacer esos ejercicios y de ver los bajos índices de eficacia del gobierno, ¿cuál es la percepción de seguridad que usted tiene? Su respuesta es la mejor opinión.