/ jueves 21 de marzo de 2024

Los incendios de Acapulco

Los cinco incendios que devastan el Parque Nacional de “El Veladero” no han podido ser sofocados, pese a los denodados y heroicos esfuerzos de elementos pertenecientes a corporaciones municipales, estatales y federales.

Y la razón es muy fácil de comprender: no hay los recursos suficientes para lograrlo, porque el FONDEN fue cancelado, al igual que 150 fideicomisos y fondos, para entregárselos al ejercicio discrecional del presidente López.

De manera que, si no hubo ni un peso para la reconstrucción de Acapulco, con motivo del huracán “Otis”, mucho menos habrá para combatir estos incendios. Ya muchos vecinos de colonias como Carabalí, Coloso, parte alta de Praderas de Costa Azul, Palma Sola, Ejido Viejo se han organizado para ir a coadyuvar en los trabajos, arriesgando su integridad física, porque intuyen que no hay ni habrá los recursos financieros, técnicos y humanos para el sofocamiento de estos incendios.

Es una tragedia ecológica, por la destrucción y devastación de flora y fauna. A nuestra ciudad y puerto le han caído las calamidades del huracán -cuyas secuelas estamos sufriendo, en lo económico, social y ecológico (pues la madera de los árboles derribados por el meteoro, ha servido como carburante para estos incendios)-, de no ser considerado su rescate en el Presupuesto de Egresos de la Federación, los incendios. Y encima de ello, por si no fuera suficiente, la destrucción del Parque “Papagayo” para construir instalaciones de la Guardia Nacional. “Éramos muchos y parió la abuela”.

Los cinco incendios que devastan el Parque Nacional de “El Veladero” no han podido ser sofocados, pese a los denodados y heroicos esfuerzos de elementos pertenecientes a corporaciones municipales, estatales y federales.

Y la razón es muy fácil de comprender: no hay los recursos suficientes para lograrlo, porque el FONDEN fue cancelado, al igual que 150 fideicomisos y fondos, para entregárselos al ejercicio discrecional del presidente López.

De manera que, si no hubo ni un peso para la reconstrucción de Acapulco, con motivo del huracán “Otis”, mucho menos habrá para combatir estos incendios. Ya muchos vecinos de colonias como Carabalí, Coloso, parte alta de Praderas de Costa Azul, Palma Sola, Ejido Viejo se han organizado para ir a coadyuvar en los trabajos, arriesgando su integridad física, porque intuyen que no hay ni habrá los recursos financieros, técnicos y humanos para el sofocamiento de estos incendios.

Es una tragedia ecológica, por la destrucción y devastación de flora y fauna. A nuestra ciudad y puerto le han caído las calamidades del huracán -cuyas secuelas estamos sufriendo, en lo económico, social y ecológico (pues la madera de los árboles derribados por el meteoro, ha servido como carburante para estos incendios)-, de no ser considerado su rescate en el Presupuesto de Egresos de la Federación, los incendios. Y encima de ello, por si no fuera suficiente, la destrucción del Parque “Papagayo” para construir instalaciones de la Guardia Nacional. “Éramos muchos y parió la abuela”.