Esta semana ocurrí a las instalaciones de la Facultad de Ciencias Químicas de la UAGRO, para realizar una prueba PCR. Tengo que subrayar y destacar las instalaciones de “primera” que tiene la Universidad. La atención y profesionalidad del personal rayan en la super excelencia. No solo da gusto, sino que motivan a sentirse orgulloso de la calidad de esta institución. Se nota el esfuerzo de superación y excelencia que el Rector ha puesto en marcha.
Sin embargo, el “prietito” en el arroz fue que los estudios se tienen que pagar única y exclusivamente en efectivo; no dan recibo oficial alguno, más que uno de un talonario que se compra en cualquier papelería. Es decir, el dinero ingresa a una “caja”, sin ninguna referencia (bancaria). ¿Cómo le hacen para saber, con exactitud, lo ingresado cada día, o se confía en la buena fe y honradez de quien recibe los dos mil pesos por persona? Solicité un recibo para poder deducirlo de impuestos. La respuesta fue negativa.
Me extrañó, porque hace algunos años, cuando ocurría a la Facultad de Odontología de la UNAM para hacerme algunas curaciones, extracciones y limpieza, obtenía los recibos oficiales correspondientes (tanto los internos como los externos). Confío en que el Rector ponga atención en este rubro, sobre todo si se busca obtener los índices “ISO”.