/ viernes 31 de agosto de 2018

Adicciones legales e ilegales

La prohibición sobre la mariguana y la cocaína ha traído más muertes, no tanto por su consumo, sino por el combate a su trasiego y, entre los traficantes, por la disputa del mercado (rutas, plazas, etcétera). Un mercado no se combate con fuerzas armadas, sino con regulación. Deseo explicarme por enésima ocasión: la prohibición de estas drogas (producción, cultivo, distribución, consumo) se sustenta en el argumento de que hace daño a la salud. Pero, si a esas vamos, también daña, enferma, inhabilita y mata el consumo de alcohol, tabaco, comida chatarra, los refrescos y, si me apura, hasta los automóviles. Y no veo que estén prohibidos.

De acuerdo con cifras del sector salud, México gasta 12 mil millones de pesos en atender enfermedades vinculadas con el consumo de alcohol (cirrosis, hígado graso, entre las doscientas que se encuentran vinculadas a su consumo). De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, nuestro país ocupa el séptimo lugar en consumo de alcohol. El INEGI reporta que la mortalidad por este asunto es de 24 mil personas al año.

Pasemos al tabaco. Para atender las enfermedades vinculadas al tabaquismo (cáncer de: pulmón, cuello uterino, mama, riñón, esófago, laringe, faringe, estómago, páncreas, entre otras) las instituciones de salud tienen asignado un presupuesto de 80 mil 655 millones de pesos, de acuerdo a la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco –por sus siglas, ENCODAT) 2016-2017. De las 7 mil sustancias químicas que tiene el tabaco, 69 son cancerígenas y matan a 43 mil personas al año en México preponderantemente por cáncer y EPOC.

En materia de comida chatarra, México es el país número uno en consumir este tipo de “alimentos” y también en obesidad. El sector salud destina 163 mil millones de pesos para atender a personas con enfermedades vinculadas: corazón (113 mil 240), diabetes (87 mil 245), tumores malignos (73 mil 426), hígado graso (34 mil 156). De acuerdo al último Reporte Económico de Sobrepeso y Obesidad en México 1999-2023, en promedio se destinan 201 mil 549 millones de pesos para atender esta morbilidad. Los costos indirectos son del orden de los 79 mil millones de pesos. Igual pasa con los refrescos, en donde nuestro país tiene el primer lugar en consumo de bebidas azucaradas (que producen una alta morbilidad por insuficiencia renal, diabetes y enfermedades del corazón) que en 2015 cobraron la vida de 25 mil mexicanos.

Por lo que hace a los automóviles, de acuerdo al INEGI, durante 2016 se registraron 360 accidentes automovilísticos; de los cuales murieron 4 mil 559 personas. De acuerdo al Sistema Nacional de Seguridad Pública en 2017 murieron, en promedio, 32 personas al día. Ante estos números gruesos, como que el argumento prohibicionista (moralista) choca con la realidad, porque cada uno de estos productos, por sí solo, enferma, inhabilita y/o mata a miles de mexicanos. Y las empresas que los producen pagan impuestos, generan miles de empleos directos e indirectos y hasta exportan. Todo legalmente.

La prohibición sobre la mariguana y la cocaína ha traído más muertes, no tanto por su consumo, sino por el combate a su trasiego y, entre los traficantes, por la disputa del mercado (rutas, plazas, etcétera). Un mercado no se combate con fuerzas armadas, sino con regulación. Deseo explicarme por enésima ocasión: la prohibición de estas drogas (producción, cultivo, distribución, consumo) se sustenta en el argumento de que hace daño a la salud. Pero, si a esas vamos, también daña, enferma, inhabilita y mata el consumo de alcohol, tabaco, comida chatarra, los refrescos y, si me apura, hasta los automóviles. Y no veo que estén prohibidos.

De acuerdo con cifras del sector salud, México gasta 12 mil millones de pesos en atender enfermedades vinculadas con el consumo de alcohol (cirrosis, hígado graso, entre las doscientas que se encuentran vinculadas a su consumo). De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, nuestro país ocupa el séptimo lugar en consumo de alcohol. El INEGI reporta que la mortalidad por este asunto es de 24 mil personas al año.

Pasemos al tabaco. Para atender las enfermedades vinculadas al tabaquismo (cáncer de: pulmón, cuello uterino, mama, riñón, esófago, laringe, faringe, estómago, páncreas, entre otras) las instituciones de salud tienen asignado un presupuesto de 80 mil 655 millones de pesos, de acuerdo a la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco –por sus siglas, ENCODAT) 2016-2017. De las 7 mil sustancias químicas que tiene el tabaco, 69 son cancerígenas y matan a 43 mil personas al año en México preponderantemente por cáncer y EPOC.

En materia de comida chatarra, México es el país número uno en consumir este tipo de “alimentos” y también en obesidad. El sector salud destina 163 mil millones de pesos para atender a personas con enfermedades vinculadas: corazón (113 mil 240), diabetes (87 mil 245), tumores malignos (73 mil 426), hígado graso (34 mil 156). De acuerdo al último Reporte Económico de Sobrepeso y Obesidad en México 1999-2023, en promedio se destinan 201 mil 549 millones de pesos para atender esta morbilidad. Los costos indirectos son del orden de los 79 mil millones de pesos. Igual pasa con los refrescos, en donde nuestro país tiene el primer lugar en consumo de bebidas azucaradas (que producen una alta morbilidad por insuficiencia renal, diabetes y enfermedades del corazón) que en 2015 cobraron la vida de 25 mil mexicanos.

Por lo que hace a los automóviles, de acuerdo al INEGI, durante 2016 se registraron 360 accidentes automovilísticos; de los cuales murieron 4 mil 559 personas. De acuerdo al Sistema Nacional de Seguridad Pública en 2017 murieron, en promedio, 32 personas al día. Ante estos números gruesos, como que el argumento prohibicionista (moralista) choca con la realidad, porque cada uno de estos productos, por sí solo, enferma, inhabilita y/o mata a miles de mexicanos. Y las empresas que los producen pagan impuestos, generan miles de empleos directos e indirectos y hasta exportan. Todo legalmente.