/ jueves 30 de julio de 2020

Reactivación de Acapulco, Taxco e Ixtapa

De acuerdo a la opinión generalizada de la comunidad científica, la vacuna en contra del COVID-19 va a tardar algunos meses más. Calculo que para cuando las dosis lleguen para los guerrerenses pasarán otros meses más. Y si para reactivar la actividad económica, sobre todo la de los servicios, se tiene que esperar lo que indique el semáforo sanitario, entonces Acapulco prácticamente va a estar “muerto” pues depende preponderantemente de la prestación de servicios turísticos, desde los más humildes hasta los más elegantes (restaurantes, hoteles, entre otros).

Taxistas, meseros, garroteros, abogados, contadores, médicos, cocineros, vendedores ambulantes, arquitectos, plomeros, lancheros, etcétera (la lista sería tan larga que no cabría en este espacio); pero todos necesitamos que se reactive plenamente nuestra economía, porque de esa forma el dinero empieza a circular y a derramarse en todos los sectores. Y requerimos que así sea también en Taxco e Ixtapa porque son las plazas que generan ingresos a nuestro estado por concepto de turismo. Si vamos a esperar hasta que ya no haya peligro de contagio -habida cuenta que ya hay rebrotes en Francia, Italia o España- ya podemos entonces dar por sentada no la recesión, sino la depresión económica (el INEGI dio a conocer que la caída del PIB en el segundo trimestre es del 17.3 por ciento).

Y eso sí va a ser, si no es que ya empieza a ser, más grave que la pandemia. Ya sabemos que no vamos a recibir ninguna ayuda del gobierno federal, la cual no adoptó la política anticíclica que sí hicieron otros países como Alemania, Italia, Francia, Chile, entre otros (de apoyar a las empresas para que conservaran a sus empleados y a las familias con un ingreso mínimo. Eso no ha sucedido ni va a suceder. De manera que con el uso del cubrebocas (el gobierno del estado podría invertir, no gastar, en elaborar miles de cubrebocas para que el mayor número de personas lo usemos, ya que la OMS ha advertido que éste protege realmente; aunque el presidente ni se lo ponga); el no permitir congregaciones en discotecas o centros religiosos o de fiestas (aunque López quiere hacer el desfile de septiembre); guardar la distancia y las medidas sanitarias que recomienda el sector salud, podemos darle oxígeno a estas plazas turísticas que generan nuestro sustento y, en gran medida, el de todos los guerrerenses.

Ahora sí vale la expresión: “tenemos que ponernos las pilas”, porque lo que no hagamos los guerrerenses, por nosotros mismos, no lo va a venir a hacer nadie.

De acuerdo a la opinión generalizada de la comunidad científica, la vacuna en contra del COVID-19 va a tardar algunos meses más. Calculo que para cuando las dosis lleguen para los guerrerenses pasarán otros meses más. Y si para reactivar la actividad económica, sobre todo la de los servicios, se tiene que esperar lo que indique el semáforo sanitario, entonces Acapulco prácticamente va a estar “muerto” pues depende preponderantemente de la prestación de servicios turísticos, desde los más humildes hasta los más elegantes (restaurantes, hoteles, entre otros).

Taxistas, meseros, garroteros, abogados, contadores, médicos, cocineros, vendedores ambulantes, arquitectos, plomeros, lancheros, etcétera (la lista sería tan larga que no cabría en este espacio); pero todos necesitamos que se reactive plenamente nuestra economía, porque de esa forma el dinero empieza a circular y a derramarse en todos los sectores. Y requerimos que así sea también en Taxco e Ixtapa porque son las plazas que generan ingresos a nuestro estado por concepto de turismo. Si vamos a esperar hasta que ya no haya peligro de contagio -habida cuenta que ya hay rebrotes en Francia, Italia o España- ya podemos entonces dar por sentada no la recesión, sino la depresión económica (el INEGI dio a conocer que la caída del PIB en el segundo trimestre es del 17.3 por ciento).

Y eso sí va a ser, si no es que ya empieza a ser, más grave que la pandemia. Ya sabemos que no vamos a recibir ninguna ayuda del gobierno federal, la cual no adoptó la política anticíclica que sí hicieron otros países como Alemania, Italia, Francia, Chile, entre otros (de apoyar a las empresas para que conservaran a sus empleados y a las familias con un ingreso mínimo. Eso no ha sucedido ni va a suceder. De manera que con el uso del cubrebocas (el gobierno del estado podría invertir, no gastar, en elaborar miles de cubrebocas para que el mayor número de personas lo usemos, ya que la OMS ha advertido que éste protege realmente; aunque el presidente ni se lo ponga); el no permitir congregaciones en discotecas o centros religiosos o de fiestas (aunque López quiere hacer el desfile de septiembre); guardar la distancia y las medidas sanitarias que recomienda el sector salud, podemos darle oxígeno a estas plazas turísticas que generan nuestro sustento y, en gran medida, el de todos los guerrerenses.

Ahora sí vale la expresión: “tenemos que ponernos las pilas”, porque lo que no hagamos los guerrerenses, por nosotros mismos, no lo va a venir a hacer nadie.