/ sábado 23 de abril de 2022

El reto de Alejandro y Pily... Las Cosas de la Política

Los cambios de dirigentes en los partidos políticos, siempre generan debate y hasta combate, lo hemos visto ya como parte de lo que muchos llaman buscar la apertura democrática al interior de cada partido y cada aspirante a dirigirlo cree tener los méritos propios o inmediatos tras una elección, en Guerrero el PRI también estuvo en esa etapa, la decisión de que la selección de la dirigencia y la secretaria general fuera por elección de delegados políticos cumplió la norma de los estatutos.

Más allá del debate, de los dimes y diretes, al final de cuentas solo se registró una terna, la de Alejandro Bravo Abarca como dirigente y Pilar Vadillo Ruiz como secretaria general, a pesar del deseo de alguno de que se "desgrane la mazorca", no lo hay hasta el momento, habrá todavía días de comentarios a favor o en contra, filias y fobias, pero eso ya será parte de la responsabilidad y habilidad de quienes ya tienen que trabajar para poner en activo a los liderazgos y a la militancia misma.

Tanto Bravo Abarca como Pily Vadillo tienen que estar a la altura de quienes hacen el trabajo pie a tierra, recomponer y reconocer la importancia de las estructuras, hacer operación cicatriz (termino trillado, pero necesaria operación), los dos tienen experiencia, tienen sus estilos propios y deben de complementarse, uno demostrando sus habilidades de conciliación y Pilar empezar a debatir a favor del tricolor, aparte del trabajo en las bases, el PRI necesita estar en el debate permanente, dejar de ser sumiso y sobretodo de dejar de aceptar todos los epítetos que les pone, quienes ahora detentan el poder.

Se ha abusado de los señalamientos y lo han permitido, como aceptándolos y muchos se han achicado y hasta escondido, la defensa del revolucionario institucional pasa por recordar las instituciones creadas a favor de los mexicanos, esas que a pesar de las políticas actuales de desmantelamiento, persisten y pasan a ser el ejemplo de la experiencia de gobernanza, ya no se puede aceptar el señalamiento de corrupción, cuando la actual (su corrupción) es muy evidente y escandalosa.

El PRI en Guerrero ha sido y deberá seguir siendo de ejemplo de manejo político, retomar su esencia y reconocer a sus votantes (el voto duro, el voto fiel), esa militancia que hoy es maltratada por quienes creen tener el control absoluto del Estado, Bravo Abarca tiene tablas, debe demostrar que entra con puertas abiertas a todos y empezar a consolidar la unidad tan necesaria en estos momentos y Pily debe de estar atenta al debate sin descuidar ser el complemento del dirigente en la reconciliación de los priistas guerrerenses, ese es... El Reto de Alejandro y Pily.

PD. Quien quiera seguir en las filias y las fobias, demostrará un solo interés, el personal y no el del bien común de la militancia y el PRI mismo.

Los cambios de dirigentes en los partidos políticos, siempre generan debate y hasta combate, lo hemos visto ya como parte de lo que muchos llaman buscar la apertura democrática al interior de cada partido y cada aspirante a dirigirlo cree tener los méritos propios o inmediatos tras una elección, en Guerrero el PRI también estuvo en esa etapa, la decisión de que la selección de la dirigencia y la secretaria general fuera por elección de delegados políticos cumplió la norma de los estatutos.

Más allá del debate, de los dimes y diretes, al final de cuentas solo se registró una terna, la de Alejandro Bravo Abarca como dirigente y Pilar Vadillo Ruiz como secretaria general, a pesar del deseo de alguno de que se "desgrane la mazorca", no lo hay hasta el momento, habrá todavía días de comentarios a favor o en contra, filias y fobias, pero eso ya será parte de la responsabilidad y habilidad de quienes ya tienen que trabajar para poner en activo a los liderazgos y a la militancia misma.

Tanto Bravo Abarca como Pily Vadillo tienen que estar a la altura de quienes hacen el trabajo pie a tierra, recomponer y reconocer la importancia de las estructuras, hacer operación cicatriz (termino trillado, pero necesaria operación), los dos tienen experiencia, tienen sus estilos propios y deben de complementarse, uno demostrando sus habilidades de conciliación y Pilar empezar a debatir a favor del tricolor, aparte del trabajo en las bases, el PRI necesita estar en el debate permanente, dejar de ser sumiso y sobretodo de dejar de aceptar todos los epítetos que les pone, quienes ahora detentan el poder.

Se ha abusado de los señalamientos y lo han permitido, como aceptándolos y muchos se han achicado y hasta escondido, la defensa del revolucionario institucional pasa por recordar las instituciones creadas a favor de los mexicanos, esas que a pesar de las políticas actuales de desmantelamiento, persisten y pasan a ser el ejemplo de la experiencia de gobernanza, ya no se puede aceptar el señalamiento de corrupción, cuando la actual (su corrupción) es muy evidente y escandalosa.

El PRI en Guerrero ha sido y deberá seguir siendo de ejemplo de manejo político, retomar su esencia y reconocer a sus votantes (el voto duro, el voto fiel), esa militancia que hoy es maltratada por quienes creen tener el control absoluto del Estado, Bravo Abarca tiene tablas, debe demostrar que entra con puertas abiertas a todos y empezar a consolidar la unidad tan necesaria en estos momentos y Pily debe de estar atenta al debate sin descuidar ser el complemento del dirigente en la reconciliación de los priistas guerrerenses, ese es... El Reto de Alejandro y Pily.

PD. Quien quiera seguir en las filias y las fobias, demostrará un solo interés, el personal y no el del bien común de la militancia y el PRI mismo.