/ martes 30 de enero de 2024

Las Cosas de la Política | El "Mentiritas"...

A lo largo de nuestra vida todos hemos tenido a un compañero, amigo, familiar y tal vez hasta un hermano o hijo, que es mentiroso, mitotero o chismoso. En ocasiones nos referimos a ellos en plan de broma y hasta los nombramos y señalamos tratando de no ser tan ofensivos o hirientes al referirnos a ellos y usamos diminutivos que pensamos pueden no ser ofensivos.

Así nos referimos al mentiritas, al mitotitos y al chismitos (hay muchas pociones para definir a un mentiroso), referencia que pasa a ser anécdota y de plano marca personal de algunos y aquí haré semblanza obligada de quien dirige a nuestro país a base de mentiras.

Nuestro personaje, aparte de las mentiras, hizo carrera política a base de mitotes (mitotero pues), etapa en la cual obtuvo buenos dividendos políticos y pingües ganancias, aunque lo niegue y exhiba únicamente 200 pesos en la cartera, o sea chismoso tal cual y como buen tabasqueño, sus mitotes han sido su estrategia de vida y subsistencia política, la mentira su estrategia para señalar y difamar sin comprobar sus dichos y sí, sus hechos lo convierten en mentiroso contumaz, claro que siempre hará qué un chisme nuevo, le quite la atención a sus mentiras y si eso falla siempre queda el recurso del estridente mitote distractor.

Evadir la realidad y la evidente verdad de las malas decisiones, de un mal Gobierno o de un fracaso con las "mentiras de los otros datos", solo retarda la inminente implosión de lo que ya es un fracaso anunciado y que se espera entre en lo oculto de la corta memoria de la sociedad, la mentira permanente pasa a ser una verdad recurrente, no aceptada y si certifica una actitud errada y por ende fracasada, la negación de la verdad pasá a ser aceptación de una equivocación, negar corrupción es comprobación de la corrupción misma.

Vivir en la mentira y de la mentira, es parte de una patología personal y que define la personalidad del mentiroso, lo hace vivir en su mundo que considera su verdad, arma su utopía y trata de que muchos vivan en ella, logrando generar un dogmatismo que alimenta con engaños y compra de conciencias ya sea por medios económicos o doctrinas de la ambición y la confrontación social, generando una especie de lucha de clases, por un lado fomenta a los ricos y por otro azuza a los pobres, para detentar poder bajo la ilusión de un equilibrio entre los pobres que pretender bajar a su nivel a los ricos, nunca buscar subir a la bonanza económica, ésa es la realidad del discurso tramposo del mentiroso de Palacio Nacional.

Vale parafrasearlo para evidenciar su perversidad en la intención de sus mentiras; La mentira, como él dice cuando no calumnia tizna y la calumnia es su esencia política, evidencia y ejemplo diario lo tenemos en cada mañanera, a él que le gusta hablar y vivir del pasado habremos de recordarlo por sus fracasos, pero sobre todo por sus mentiras y evocaremos siempre al personaje que alguna vemos conocimos y nombramos como el... "Mentiritas".

PD. Que no nos extrañe que ya al final de su mandato se diga incomprendido y terminé su vida y carrera política con una última gran mentira que él sólo se creerá.

A lo largo de nuestra vida todos hemos tenido a un compañero, amigo, familiar y tal vez hasta un hermano o hijo, que es mentiroso, mitotero o chismoso. En ocasiones nos referimos a ellos en plan de broma y hasta los nombramos y señalamos tratando de no ser tan ofensivos o hirientes al referirnos a ellos y usamos diminutivos que pensamos pueden no ser ofensivos.

Así nos referimos al mentiritas, al mitotitos y al chismitos (hay muchas pociones para definir a un mentiroso), referencia que pasa a ser anécdota y de plano marca personal de algunos y aquí haré semblanza obligada de quien dirige a nuestro país a base de mentiras.

Nuestro personaje, aparte de las mentiras, hizo carrera política a base de mitotes (mitotero pues), etapa en la cual obtuvo buenos dividendos políticos y pingües ganancias, aunque lo niegue y exhiba únicamente 200 pesos en la cartera, o sea chismoso tal cual y como buen tabasqueño, sus mitotes han sido su estrategia de vida y subsistencia política, la mentira su estrategia para señalar y difamar sin comprobar sus dichos y sí, sus hechos lo convierten en mentiroso contumaz, claro que siempre hará qué un chisme nuevo, le quite la atención a sus mentiras y si eso falla siempre queda el recurso del estridente mitote distractor.

Evadir la realidad y la evidente verdad de las malas decisiones, de un mal Gobierno o de un fracaso con las "mentiras de los otros datos", solo retarda la inminente implosión de lo que ya es un fracaso anunciado y que se espera entre en lo oculto de la corta memoria de la sociedad, la mentira permanente pasa a ser una verdad recurrente, no aceptada y si certifica una actitud errada y por ende fracasada, la negación de la verdad pasá a ser aceptación de una equivocación, negar corrupción es comprobación de la corrupción misma.

Vivir en la mentira y de la mentira, es parte de una patología personal y que define la personalidad del mentiroso, lo hace vivir en su mundo que considera su verdad, arma su utopía y trata de que muchos vivan en ella, logrando generar un dogmatismo que alimenta con engaños y compra de conciencias ya sea por medios económicos o doctrinas de la ambición y la confrontación social, generando una especie de lucha de clases, por un lado fomenta a los ricos y por otro azuza a los pobres, para detentar poder bajo la ilusión de un equilibrio entre los pobres que pretender bajar a su nivel a los ricos, nunca buscar subir a la bonanza económica, ésa es la realidad del discurso tramposo del mentiroso de Palacio Nacional.

Vale parafrasearlo para evidenciar su perversidad en la intención de sus mentiras; La mentira, como él dice cuando no calumnia tizna y la calumnia es su esencia política, evidencia y ejemplo diario lo tenemos en cada mañanera, a él que le gusta hablar y vivir del pasado habremos de recordarlo por sus fracasos, pero sobre todo por sus mentiras y evocaremos siempre al personaje que alguna vemos conocimos y nombramos como el... "Mentiritas".

PD. Que no nos extrañe que ya al final de su mandato se diga incomprendido y terminé su vida y carrera política con una última gran mentira que él sólo se creerá.