/ martes 2 de enero de 2024

Las Cosas de la política | Ni pies, ni cabeza...

La imagen de esa estatua derribada sin pies ni cabeza, nos recuerda otra muy significativa, la del Jeep atascado en el lodazal. Ambas fotos nos resumen de manera absoluta el sexenio de Andrés Manuel López Obrador… La estatua puesta en el bastión priista del Grupo Atlacomulco quedó en el suelo descabezada y el cuerpo sin pies, tal como ha sido su mandato, de ocurrencia en ocurrencia y de mentira en mentira.

La foto que lo nuestra atascado en un lodazal y con los militares tratando de sacar el vehículo atrapado en el lodo, tiene muchas interpretaciones y una de ellas es lo atrapado que está AMLO en el fango de la corrupción de su gobierno, lodo que en partes de convierte en arenas movedizas en las que lo hunden sus hijos, hermanos y familiares cercanos, así como amigos y funcionarios, un lodo con una espesa capa de nepotismo y una gran costra de amiguismo, fango que recorre todo el país sobre todo donde gobierna su partido.

Esa foto también nos da la imagen del poder que ha otorgado a los militares. En esa gráfica parece contar con la ayuda salvadora de las fuerzas armadas y a la vez nos da el sentimiento de que puede ser el Ejército mismo el que termine hundiéndolo o que los altos mandos militares también se hundirán en el espeso lodo de la corrupción en la que participan.

Gracias a la cobardía de quien era el último representante del Grupo Atlacomulco, el priismo mexiquense fue derrotado y así López Obrador cobró venganza de verse tirado en el piso. Esa imagen debió perseguirlo y atormentado anímicamente, ya que su evolución y soberbia no podrían perdonar tal afrenta (no es suposición, él es vengativo por naturaleza), Del Mazo entregó la plaza, los liderazgos del PRI agacharon la cabeza y dejaron a su suerte a la militancia, la cual demostró lealtad y el resultado final de la elección del EDOMEX lo demuestran, Morena y López Obrador festejaban una ficticia masiva votación a su favor.

A meses de que termine su gobierno, ya se dedica de lleno a ser el jefe de campaña de su alfil Claudia Sheinbaum; inaugura obras sin terminar y sin funcionar, con la sombra del fracaso a cuestas, regalará dinero a manos llenas, le urge dejar sucesor y ser el mando detrás de la silla presidencial, aprovechó la desgracia de muchos para obtener dinero en efectivo, lavado de dinero con fines electorales.

El ejemplo representativo es el uso del Fideicomiso de Reconstrucción tras el sismo de la Ciudad de México, el descarado carrusel para sacar el dinero en efectivo, sin que hasta el momento se sepa de su destino final. El huracán Otis le dio otra gran oportunidad de obtener dinero en efectivo para fines electorales y para la corrupción o un año de Hidalgo adelantado, aprovechando la desgracia y la devastación utilizará un gran porcentaje del dinero que dice ya ha dado (12 mil millones de pesos) y que nunca será auditado.

La entrega de dinero en efectivo para los damnificados es un paliativo; para los fines de Andrés Manuel es una gran oportunidad del desvío de los recursos públicos. ¿De qué partidas salió ese dinero?, ¿cómo será la comprobación, ¿quién lo audita?, ¿quién garantiza que no haya corrupción o desvíos? .

Así tenemos que las imágenes nos dicen mucho, todo y la verdad, sí, hay muchas interpretaciones y tal vez una sola realidad. Así tenemos que al final de cuentas Andrés Manuel López Obrador está atascado en el lodazal de la corrupción y definitivamente su Gobierno está representado en la estatua derribada en Atlacomulco, un Gobierno... Sin pies, ni cabeza.

PD. Inicia el año, hay que ir interpretando las cabañuelas de la política, estar atentos para evitar una elección de Estado, el fracaso de AMLO es evidente.

La imagen de esa estatua derribada sin pies ni cabeza, nos recuerda otra muy significativa, la del Jeep atascado en el lodazal. Ambas fotos nos resumen de manera absoluta el sexenio de Andrés Manuel López Obrador… La estatua puesta en el bastión priista del Grupo Atlacomulco quedó en el suelo descabezada y el cuerpo sin pies, tal como ha sido su mandato, de ocurrencia en ocurrencia y de mentira en mentira.

La foto que lo nuestra atascado en un lodazal y con los militares tratando de sacar el vehículo atrapado en el lodo, tiene muchas interpretaciones y una de ellas es lo atrapado que está AMLO en el fango de la corrupción de su gobierno, lodo que en partes de convierte en arenas movedizas en las que lo hunden sus hijos, hermanos y familiares cercanos, así como amigos y funcionarios, un lodo con una espesa capa de nepotismo y una gran costra de amiguismo, fango que recorre todo el país sobre todo donde gobierna su partido.

Esa foto también nos da la imagen del poder que ha otorgado a los militares. En esa gráfica parece contar con la ayuda salvadora de las fuerzas armadas y a la vez nos da el sentimiento de que puede ser el Ejército mismo el que termine hundiéndolo o que los altos mandos militares también se hundirán en el espeso lodo de la corrupción en la que participan.

Gracias a la cobardía de quien era el último representante del Grupo Atlacomulco, el priismo mexiquense fue derrotado y así López Obrador cobró venganza de verse tirado en el piso. Esa imagen debió perseguirlo y atormentado anímicamente, ya que su evolución y soberbia no podrían perdonar tal afrenta (no es suposición, él es vengativo por naturaleza), Del Mazo entregó la plaza, los liderazgos del PRI agacharon la cabeza y dejaron a su suerte a la militancia, la cual demostró lealtad y el resultado final de la elección del EDOMEX lo demuestran, Morena y López Obrador festejaban una ficticia masiva votación a su favor.

A meses de que termine su gobierno, ya se dedica de lleno a ser el jefe de campaña de su alfil Claudia Sheinbaum; inaugura obras sin terminar y sin funcionar, con la sombra del fracaso a cuestas, regalará dinero a manos llenas, le urge dejar sucesor y ser el mando detrás de la silla presidencial, aprovechó la desgracia de muchos para obtener dinero en efectivo, lavado de dinero con fines electorales.

El ejemplo representativo es el uso del Fideicomiso de Reconstrucción tras el sismo de la Ciudad de México, el descarado carrusel para sacar el dinero en efectivo, sin que hasta el momento se sepa de su destino final. El huracán Otis le dio otra gran oportunidad de obtener dinero en efectivo para fines electorales y para la corrupción o un año de Hidalgo adelantado, aprovechando la desgracia y la devastación utilizará un gran porcentaje del dinero que dice ya ha dado (12 mil millones de pesos) y que nunca será auditado.

La entrega de dinero en efectivo para los damnificados es un paliativo; para los fines de Andrés Manuel es una gran oportunidad del desvío de los recursos públicos. ¿De qué partidas salió ese dinero?, ¿cómo será la comprobación, ¿quién lo audita?, ¿quién garantiza que no haya corrupción o desvíos? .

Así tenemos que las imágenes nos dicen mucho, todo y la verdad, sí, hay muchas interpretaciones y tal vez una sola realidad. Así tenemos que al final de cuentas Andrés Manuel López Obrador está atascado en el lodazal de la corrupción y definitivamente su Gobierno está representado en la estatua derribada en Atlacomulco, un Gobierno... Sin pies, ni cabeza.

PD. Inicia el año, hay que ir interpretando las cabañuelas de la política, estar atentos para evitar una elección de Estado, el fracaso de AMLO es evidente.