/ domingo 24 de mayo de 2020

Covid-19, subregistro

Nuestro país tiene todos los días una conferencia sobre el tema COVID 19 que da cuenta de la situación que prevalece en el país, así como recomendaciones para evitar el contagio. Es una acción del Gobierno Federal que ha sido, hasta el momento, el indicador de los pasos a seguir, se cumplan o no por la ciudadanía, porque como bien dijo el Presidente del País, Andrés Manuel López Obrador, “es opcional”.

Sin embargo, el mes en curso, el Presidente de la Fundación para la Promoción del Altruismo, Oscar David Hernández Carranza, promovió ante el Juzgado Séptimo de Distrito en materia Administrativa del Primer Circuito, a cargo de la Jueza, Laura Gutiérrez de Velazco Romo, una demanda por la vía de amparo solicitando suspender esta conferencia bajo el argumento de que “incurre en omisiones y contradicciones en la información que presentan diariamente”. La resolución fue rechazada en éstos términos:

“En efecto, en el informe diario sobre coronavirus, encabezado por Hugo López-Gatell, Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, se explica de manera gráfica cómo se está comportando la pandemia en el mundo, la tasa de letalidad global, la transmisión o los casos confirmados, la actualización de nuestro panorama nacional, la distribución por entidad federativa, la actualización de nuestro panorama nacional, la distribución por entidad federativa, por tasa de incidencia acumulada, por grupo de edad, así como las defunciones, entre otros datos de interés general, lo cual no puede suspenderse ante el cuestionamiento de que los datos proporcionados por los intervinientes no son correctos o actualizados”, puntualiza la Jueza Gutiérrez de Velazco Romo. Tiene razón. Ambos tienen razón. Pero debe imperar el bien general.

Las cifras que presenta nuestro país de manera oficial, son contrarrestadas por investigaciones periodísticas que presentan indicativos de subregistro de dato. Las razones pueden ser distintas. Cuando nuestro país con su Autoridad Máxima que recaer en el Mandatario Federal se negaba a reconocer la existencia de la Pandemia en México y con su proceder desestima e inhibía el protocolo para evitar contagio, envió mensajes que fueron imitados y aún continúan haciéndolo. Parecía que tanto él como su equipo consideraban que reconocer contagios y decesos es una forma de minimizar el problema, para evitar la carga de las muertes, y si algo se minimiza, no se atiende en su contexto real.

Los datos de los estados con su propia plataforma también se nutren de información municipal y éstos de lo que sucede en el entorno en las áreas formales y se reflejan en las actas de defunción.

Elementos como la falta de aplicación de pruebas que permitan la prevención en la salud, el seguimiento de protocolos adecuados, la idea de que “a mí no me sucederá”, la desinformación, hacen una gran suma que puede dar como resultado un subregistro de datos, ya que a él se suma la idea de que un reporte de síntomas e internamiento, es la antesala de la muerte, de la desaparición. De la inexistencia.

Aceptemos sin conceder que el subregistro es real y que factores de miedo inhiben el reporte adecuado. A lo que se suma la responsabilidad del Estado, como Poder en sus tres órdenes, que no ha aplicado pruebas a toda la población por las razones que sean, y que no se han hecho pruebas suficientes a los cuerpos para determinar las razones del deceso ya que se dice solo son aceptados como datos los que refieren las pruebas diagnostico realizadas por laboratorio. Incluso al propio agotamiento humano en hospitales, en funerarias, en el registro civil, etc., algo que se evaluará pasado el tiempo y que permitirá observarlos como factores que no permitieron una medición real.

Por lo pronto, esa conferencia es el único referente serio. Buscar los mecanismos para que sea también un elemento confiable es otro tema. Ahora lo urgente es saber con qué elementos contamos todos para enfrentar la pandemia.

Nuestro país tiene todos los días una conferencia sobre el tema COVID 19 que da cuenta de la situación que prevalece en el país, así como recomendaciones para evitar el contagio. Es una acción del Gobierno Federal que ha sido, hasta el momento, el indicador de los pasos a seguir, se cumplan o no por la ciudadanía, porque como bien dijo el Presidente del País, Andrés Manuel López Obrador, “es opcional”.

Sin embargo, el mes en curso, el Presidente de la Fundación para la Promoción del Altruismo, Oscar David Hernández Carranza, promovió ante el Juzgado Séptimo de Distrito en materia Administrativa del Primer Circuito, a cargo de la Jueza, Laura Gutiérrez de Velazco Romo, una demanda por la vía de amparo solicitando suspender esta conferencia bajo el argumento de que “incurre en omisiones y contradicciones en la información que presentan diariamente”. La resolución fue rechazada en éstos términos:

“En efecto, en el informe diario sobre coronavirus, encabezado por Hugo López-Gatell, Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, se explica de manera gráfica cómo se está comportando la pandemia en el mundo, la tasa de letalidad global, la transmisión o los casos confirmados, la actualización de nuestro panorama nacional, la distribución por entidad federativa, la actualización de nuestro panorama nacional, la distribución por entidad federativa, por tasa de incidencia acumulada, por grupo de edad, así como las defunciones, entre otros datos de interés general, lo cual no puede suspenderse ante el cuestionamiento de que los datos proporcionados por los intervinientes no son correctos o actualizados”, puntualiza la Jueza Gutiérrez de Velazco Romo. Tiene razón. Ambos tienen razón. Pero debe imperar el bien general.

Las cifras que presenta nuestro país de manera oficial, son contrarrestadas por investigaciones periodísticas que presentan indicativos de subregistro de dato. Las razones pueden ser distintas. Cuando nuestro país con su Autoridad Máxima que recaer en el Mandatario Federal se negaba a reconocer la existencia de la Pandemia en México y con su proceder desestima e inhibía el protocolo para evitar contagio, envió mensajes que fueron imitados y aún continúan haciéndolo. Parecía que tanto él como su equipo consideraban que reconocer contagios y decesos es una forma de minimizar el problema, para evitar la carga de las muertes, y si algo se minimiza, no se atiende en su contexto real.

Los datos de los estados con su propia plataforma también se nutren de información municipal y éstos de lo que sucede en el entorno en las áreas formales y se reflejan en las actas de defunción.

Elementos como la falta de aplicación de pruebas que permitan la prevención en la salud, el seguimiento de protocolos adecuados, la idea de que “a mí no me sucederá”, la desinformación, hacen una gran suma que puede dar como resultado un subregistro de datos, ya que a él se suma la idea de que un reporte de síntomas e internamiento, es la antesala de la muerte, de la desaparición. De la inexistencia.

Aceptemos sin conceder que el subregistro es real y que factores de miedo inhiben el reporte adecuado. A lo que se suma la responsabilidad del Estado, como Poder en sus tres órdenes, que no ha aplicado pruebas a toda la población por las razones que sean, y que no se han hecho pruebas suficientes a los cuerpos para determinar las razones del deceso ya que se dice solo son aceptados como datos los que refieren las pruebas diagnostico realizadas por laboratorio. Incluso al propio agotamiento humano en hospitales, en funerarias, en el registro civil, etc., algo que se evaluará pasado el tiempo y que permitirá observarlos como factores que no permitieron una medición real.

Por lo pronto, esa conferencia es el único referente serio. Buscar los mecanismos para que sea también un elemento confiable es otro tema. Ahora lo urgente es saber con qué elementos contamos todos para enfrentar la pandemia.