/ lunes 18 de marzo de 2024

Violeta del Anáhuac | La Fiscal y Guerrero

Durante muchos años las mujeres, algunas, hemos hablado de que es importante que arriben al poder mujeres y buscamos que su número no quedara debajo de las posiciones que ocupan los varones, se alcanzó la paridad de género, y se alcanzaron posiciones relevantes dentro del ejercicio de gobierno. Sin embargo, aún nos preguntamos cuántas de ese número de mujeres que han alcanzado el poder tienen ya el pensamiento de mujer y el trato diferenciado del ejercicio masculino.

Hace unos días, en Guerrero, dentro de la crisis que derivó del asesinato del normalista de Ayotzinapa, Yanqui Rhotan Gómez Palacios, tras una no tan clara precisión de datos que empezó con una conferencia del gobierno estatal, en la madrugada del 8 de este mes, a unas horas de ese hecho, se hablaba de un enfrentamiento entre elementos de la policía y dos civiles, uno de los cuales murió y el otro fue detenido; otra conferencia más, desde Ayotzinapa rechazaba la criminalización que se estaba haciendo a las víctimas, demandaba la liberación del detenido y justicia por su compañero muerto.

Entonces entró el Presidente de México para enturbiar el “debido proceso” y empezó a mandar indicaciones desde su púlpito presidencial, olvidando que la gobernadora también es resultado de una elección.

El tema decantó en la “aceptación de la renuncia de dos secretarios, General de Gobierno y de Seguridad Pública”, así como la información a la Fiscal General del Estado que había sido removida. Declaración que derivó, a su vez, en otras declaraciones más: de la Fiscal señalando su derecho de audiencia, el revire desde el gobierno señalando que el Vicefiscal de Investigación era el encargado de Despacho, declaraciones desde el Congreso Local apoyando la decisión de la mandataria y…el vacío.

El vacío que deja en una tabla de indefinición quién representa legalmente al Ministerio Público y si esta ausencia no implicaría que los procesos que se inicien en este inter no tengan validez legal.

En medio de esta crisis quedaron dos posiciones encabezadas por mujeres. No campeó el diálogo entre ellas, no se sabe de alguna reunión para manejar esa salida cuidando la autonomía de la FGE, la decisión del Congreso en designarla y aclarar bajo qué cargos se le separaba, aunque la percepción, solo ella, nos diga que es por el caso del normalista Yanqui.

¿Por qué es importante que la Fiscal se defienda? Que el Congreso Local la escuche?, ¿que la gobernadora del Estado concilie su permanencia en términos que permitan a la entidad la procuración de justicia?

Si la Fiscal es destituida sin escucharla, dejará la percepción a las y los guerrerenses de la ausencia de garantías para esta población. Si no aporta pruebas que hablen del papel que jugó su responsabilidad y ella misma en el motivo de su remoción, parecerá que la autocracia es más fuerte que la justicia. Si el Congreso determina su salida sin agotar las instancias que sus mismas reglas emiten, qué validez tendrán las otras que emitan? Y por qué se estaría en la obligatoriedad de respetarlas?

Sandra Luz Valdovinos Salmerón no puede salir porque el Presidente lo decida; la gobernadora del Estado hizo bien en dar un manotazo que indique que ella es la depositaria de la confianza ciudadana, aunque haya habido buenos resultados en la General de Gobierno, no cacaraqueados porque le faltó en ese espacio altura a sus asistentes que confundían la nota social con el fondo de la atención a la política interna. Del Secretario de Seguridad, recién llegado, ni modo, esa herencia y estar al frente, le tocó asumir la responsabilidad, aunque también sus comunicados tenían deficiencia y generaban confusión.

Quizá, sin descuidar el debido proceso, la presencia de la Fiscal Valdovinos Salmerón nos permita conocer qué sucedió en ese fatal hecho, incluso la fuga del presunto responsable y todo lo que jurídicamente sea afín.

Pero las mujeres, tenemos que aprender a hacer política y mostrar que somos diferentes a la política masculina, de lo contrario, solo por sexo, no nos hace diferentes, la diferencia radica en el pensamiento y este se refleja en las acciones, en las palabras, en el diálogo, en la conciliación, eso no quita poder ni resta autoridad, solo nos hace distintas.

En Guerrero, este tema de la Fiscal no es un asunto terminado; quizá veremos a una mujer defendiéndose y mostrando al pueblo de Guerrero que privilegia la Ley, y a un Congreso defendiendo su Poder, su autonomía en base a esa misma Ley, de lo contrario, entraremos en una percepción de que ni la gobernanza (es el proceso de interacción entre actores estratégicos.” (Hoberman, 2017).) ni la gobernabilidad (legitimidad de la acción del Estado basada en su capacidad para responder con eficacia a las demandas sociales (Hoberman, 2017) se han atendido.

Durante muchos años las mujeres, algunas, hemos hablado de que es importante que arriben al poder mujeres y buscamos que su número no quedara debajo de las posiciones que ocupan los varones, se alcanzó la paridad de género, y se alcanzaron posiciones relevantes dentro del ejercicio de gobierno. Sin embargo, aún nos preguntamos cuántas de ese número de mujeres que han alcanzado el poder tienen ya el pensamiento de mujer y el trato diferenciado del ejercicio masculino.

Hace unos días, en Guerrero, dentro de la crisis que derivó del asesinato del normalista de Ayotzinapa, Yanqui Rhotan Gómez Palacios, tras una no tan clara precisión de datos que empezó con una conferencia del gobierno estatal, en la madrugada del 8 de este mes, a unas horas de ese hecho, se hablaba de un enfrentamiento entre elementos de la policía y dos civiles, uno de los cuales murió y el otro fue detenido; otra conferencia más, desde Ayotzinapa rechazaba la criminalización que se estaba haciendo a las víctimas, demandaba la liberación del detenido y justicia por su compañero muerto.

Entonces entró el Presidente de México para enturbiar el “debido proceso” y empezó a mandar indicaciones desde su púlpito presidencial, olvidando que la gobernadora también es resultado de una elección.

El tema decantó en la “aceptación de la renuncia de dos secretarios, General de Gobierno y de Seguridad Pública”, así como la información a la Fiscal General del Estado que había sido removida. Declaración que derivó, a su vez, en otras declaraciones más: de la Fiscal señalando su derecho de audiencia, el revire desde el gobierno señalando que el Vicefiscal de Investigación era el encargado de Despacho, declaraciones desde el Congreso Local apoyando la decisión de la mandataria y…el vacío.

El vacío que deja en una tabla de indefinición quién representa legalmente al Ministerio Público y si esta ausencia no implicaría que los procesos que se inicien en este inter no tengan validez legal.

En medio de esta crisis quedaron dos posiciones encabezadas por mujeres. No campeó el diálogo entre ellas, no se sabe de alguna reunión para manejar esa salida cuidando la autonomía de la FGE, la decisión del Congreso en designarla y aclarar bajo qué cargos se le separaba, aunque la percepción, solo ella, nos diga que es por el caso del normalista Yanqui.

¿Por qué es importante que la Fiscal se defienda? Que el Congreso Local la escuche?, ¿que la gobernadora del Estado concilie su permanencia en términos que permitan a la entidad la procuración de justicia?

Si la Fiscal es destituida sin escucharla, dejará la percepción a las y los guerrerenses de la ausencia de garantías para esta población. Si no aporta pruebas que hablen del papel que jugó su responsabilidad y ella misma en el motivo de su remoción, parecerá que la autocracia es más fuerte que la justicia. Si el Congreso determina su salida sin agotar las instancias que sus mismas reglas emiten, qué validez tendrán las otras que emitan? Y por qué se estaría en la obligatoriedad de respetarlas?

Sandra Luz Valdovinos Salmerón no puede salir porque el Presidente lo decida; la gobernadora del Estado hizo bien en dar un manotazo que indique que ella es la depositaria de la confianza ciudadana, aunque haya habido buenos resultados en la General de Gobierno, no cacaraqueados porque le faltó en ese espacio altura a sus asistentes que confundían la nota social con el fondo de la atención a la política interna. Del Secretario de Seguridad, recién llegado, ni modo, esa herencia y estar al frente, le tocó asumir la responsabilidad, aunque también sus comunicados tenían deficiencia y generaban confusión.

Quizá, sin descuidar el debido proceso, la presencia de la Fiscal Valdovinos Salmerón nos permita conocer qué sucedió en ese fatal hecho, incluso la fuga del presunto responsable y todo lo que jurídicamente sea afín.

Pero las mujeres, tenemos que aprender a hacer política y mostrar que somos diferentes a la política masculina, de lo contrario, solo por sexo, no nos hace diferentes, la diferencia radica en el pensamiento y este se refleja en las acciones, en las palabras, en el diálogo, en la conciliación, eso no quita poder ni resta autoridad, solo nos hace distintas.

En Guerrero, este tema de la Fiscal no es un asunto terminado; quizá veremos a una mujer defendiéndose y mostrando al pueblo de Guerrero que privilegia la Ley, y a un Congreso defendiendo su Poder, su autonomía en base a esa misma Ley, de lo contrario, entraremos en una percepción de que ni la gobernanza (es el proceso de interacción entre actores estratégicos.” (Hoberman, 2017).) ni la gobernabilidad (legitimidad de la acción del Estado basada en su capacidad para responder con eficacia a las demandas sociales (Hoberman, 2017) se han atendido.