A la “sotto voce”, “bajita el agua”, en diciembre pasado, el gobierno federal colocó en los mercados internacionales 7 mil 500 millones de dólares en bonos de deuda. Es la colocación de bonos de deuda más grande de la historia. Por si fuera poco, esta administración autodenominada 4T, para 2024 ha contratado deuda por un billón setecientos veinte mil millones de pesos.
Para ponerlo en contexto, este gobierno ha puesto sobre cada mexicano la responsabilidad de pagar 126 mil 818 pesos, por “piocha”, según datos publicados en el portal del periódico “El economista”. Con datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, las emisiones de deuda en este sexenio, han sido, en miles de millones de dólares: 4.8 en 2019, 8.4 en 2020, 10.1 en 2021, 9.4 en 2022, 6.9 en 2023, y como ya quedó escrito líneas arriba, 7.5 para 2024.
Y toda esa “lana” no se va a destinar a educación, a medicinas, a hospitales, a carreteras, a seguridad. No, va a ir directamente a SEDENA para que continúe con las obras (que son en realidad “elefantes blancos”, porque son y serán subsidiados con nuestros impuestos) producto del delirio y capricho de López (el AIFA, el tren maya, la refinería, la línea aérea).
A ninguno de los contribuyentes nos pidieron opinión al respecto, ni lo harán. Es una deuda histórica que tendremos que pagar nosotros, nuestros hijos, nuestros nietos y nuestros bisnietos y, si me apura usted tantito, nuestros choznos no han nacido y esta administración ya les cargó “el muertito” de tirar el dinero a un pozo sin fondo.
