El caso Iguala-Ayotzinapa está lejos de ser un caso cerrado. Este sábado el gobierno federal tumbó la “verdad histórica”, pero no hay nueva verdad. Pidió disculpas. Pero la columna ciudadana para pedir justicia, salió a las calles. Dio orden de que sean entregados militares, pero no indica que la culpabilidad esté centrada en ellos. Hablo de su vinculación con organismos internacionales, pero solo le reconocieron, que es mucho decir, las facilidades para actuar en la investigación.
No está cerrado el caso. En Guerrero la demanda de que sean presentados los videos que debieron haber grabado las cámaras apostadas en la Ciudad Judicial dijo el propio poder judicial en su oportunidad, año 2014, que no están, porque no grabaron no les creen los padres de los jóvenes desaparecidos y cifran en la entrega de esos materiales una esperanza válida para saber dónde están sus hijos.
Dice el Congreso del Estado a través de la Comisión Especial, que ellos no investigan ni juzgan, que lo hace la Fiscalía, que ellos solo han acompañado. Lo que, en un poder legislativo, con lo que ello representa, debía informar, al menos, que el tema presenta avances y no está solo en la tesitura del trámite de ser tratado dentro de la propia Sexagésima Segunda Legislatura, porque la reacción de introducir un auto quemado en sus instalaciones reflejó enojo por la inacción.
Lo mismo pasó en Iguala, la reacción con ira hacia las instalaciones de cuyo frente en la noche del 26 de septiembre y la madrugada del 27 de septiembre de 2014, la historia de los estudiantes que sobrevivieron habría sido el lugar de donde fueron privados de su libertad y se acredita a la policía el hecho. Hay cámaras que registran como seguridad lo que acontece afuera de sus instalaciones. Pero ese material no está, ni fue abordado en el balance presentado a Madres y Padres en Palacio Nacional.
La indicación, así parece, a la Fiscalía General de la República, de que sean detenidos militares, y la indicación a las fuerzas de la SEDENA de entregarlos, parece más un símbolo de tocar lo que parecía imposible. Aunque no se precisó, entendible por el cuidado al debido proceso, si corresponde a una línea de investigación, ni el sentido de la misma. Aunque se uniría a la entrega voluntaria que realizó el ex Director Operativo de la Policía Ministerial. Si la verdad histórica no existe ni es válida, ¿no podrían tomar de ahí los detenidos para buscar amparo y con ello salir?, ya lo hizo el propio ex Gobernador Ángel Aguirre Rivero que al no escuchar mención alguna a su persona ni a su gobierno, lo asume como un acto que lo libera de responsabilidad, así como a su gobierno.
La marcha de éste sábado fue, de nueva cuenta, de gran concentración. Un acompañamiento de gran sensibilidad. Una resistencia social a que el tema desaparezca, se olvide, se cierre.
Lo ha reconocido la ONU-DH, la resistencia de Madres y Padres Normalistas es fundamental en la búsqueda con vida de sus hijos. Sería difícil sin la estructura y apoyo de la Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, que participa no solo como acompañamiento, sino por convicción. Así como por instancias de Derechos Humanos de Guerrero y Ciudad de México, Tlachinollan y Agustín Pro.
La marcha para hacer presente la demanda al Gobierno Federal en turno, partió de la columna del Ángel de la Independencia. Fueron miles los que caminaron Reforma. Hicieron un alto en el Anti Monumento a los #43, en el cruce de Reforma y Juárez. Caminaron Juárez, dieron vuelta frente a Bellas Artes, por Eje Central hacia 5 de mayo, la calle histórica por la que caminaran también Villa y Zapata y llegaron hasta el Zócalo donde realizaron el Mitin.
Un gran número de elementos de la Policía hicieron también ese recorrido, que fue aplaudido por ciudadanos que, con puño en alto, con lágrimas, con su presencia respetuosa a su paso, mostraban acompañamiento. La Banca e instituciones como la Lotería Nacional, Bellas Artes, el Hemiciclo a Juárez, entre otros, fueron blindaros con vallas metálicas.
El mitin estaba por concluir. Jóvenes estudiantes brincaron la valla blanca, nueva, reforzada, que separa el Edificio de Palacio Nacional de… todos.
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