/ lunes 29 de junio de 2020

Covid-19, cansancio médico y social

Esta semana, cuando concluya el sexto mes e inicie Julio, nuestro país estará retomando de forma más general sus actividades cotidianas, a pesar de que solo 17 de los 32 estados del país se encuentran en el indicativo propuesto por las propias autoridades para hacerlo y que responde a la característica del semáforo epidemiológico, naranja para menor riesgo, rojo para riesgo alto. Uno de los estados que abrirá su actividad esencial para su desarrollo económico es el de Guerrero, que aun cuando está en color rojo abrirá el 1 de julio la actividad turística.

Pero es que ante la ausencia de una política clara del gobierno federal para actuar en una emergencia y otorgar la seguridad en la atención sanitaria en materia de salud, así como garantías para el desarrollo económico, estaremos esta semana atendiendo la indicación del Presidente de la auto responsabilidad, de cuidarse cada cual porque es insostenible la carga económica que no ha parado y que, al contrario, la falta de ingresos ha dejado más deuda que satisfactores.

quienes hemos salido a realizar actividades para mantener el cuidado indispensable, el mínimo indicado para cuidar nuestra salud y de l@s demás, nos hemos encontrado que la apreciación de la realidad sobre la existencia y protocolos para el cuidado por COVID-19 es distinta, sin que medie en ella ni condición social ni económica, y quizá pese lo que ve del propio poder representado por quien gobierna el país.

Parece que, si el Presidente ha decidido salir su acción es considerada digna de imitar. Si el Presidente no usa cubrebocas, también. Si el Presidente no guarda distancia, no hay necesidad de hacerlo tampoco. Solo en caso de sismos, alejado de un contagio, el Presidente no acudió a la zona de desastre y siguió desde Palacio Nacional su agenda diaria y su visita a entidades donde el tema, ésta semana, en Michoacán, estuvo relacionada con la Guardia Nacional, por lo que su conducta representa el termómetro de la salud y el grado de confianza social.

Uno de los sectores que estarán estos días en una reflexión más preocupante será el de salud donde invariablemente repercutirá el movimiento social. No solo por el agotamiento físico y emocional por el número de casos que han atendido y que se puede detectar del número de casos oficiales que presentan diariamente las autoridades, sino en el llamado de alerta de la Organización Panamericana de la Salud que indica “que los gobierno tendrán que tomar decisiones, considerando simultáneamente indicadores de salud, económicos y sociales.” Y alerta sobre un problema que durará al menos dos años. Su propia página da cuenta de esa preocupación. Dice que en las Américas, donde está México, han superado los 4.5 millones de contagios, con 226 mil muertes al 23 de junio. Y agrega que “desde el mes pasado –mayo- los casos se han triplicado en América Latina y EL Caribe, de casi 690 mil a más de 2 millones hoy.”

Esta semana cuando salgamos a realizar la continuidad de la nueva normalidad que inicio en el confinamiento, apenas empezará el riesgo colectivo que irá presentando en el devenir de los días su resultado. Por ello quizá valga la pena, para re iniciar nuestra vida, retomar el consejo de la propia Directora de la OPS, la Doctora Carissa F. Etienne, quien señala “debemos ser realistas sobre el futuro: todos tenemos que adaptarnos a una nueva forma de vida y redefinir nuestro sentido de lo normal”.



Esta semana, cuando concluya el sexto mes e inicie Julio, nuestro país estará retomando de forma más general sus actividades cotidianas, a pesar de que solo 17 de los 32 estados del país se encuentran en el indicativo propuesto por las propias autoridades para hacerlo y que responde a la característica del semáforo epidemiológico, naranja para menor riesgo, rojo para riesgo alto. Uno de los estados que abrirá su actividad esencial para su desarrollo económico es el de Guerrero, que aun cuando está en color rojo abrirá el 1 de julio la actividad turística.

Pero es que ante la ausencia de una política clara del gobierno federal para actuar en una emergencia y otorgar la seguridad en la atención sanitaria en materia de salud, así como garantías para el desarrollo económico, estaremos esta semana atendiendo la indicación del Presidente de la auto responsabilidad, de cuidarse cada cual porque es insostenible la carga económica que no ha parado y que, al contrario, la falta de ingresos ha dejado más deuda que satisfactores.

quienes hemos salido a realizar actividades para mantener el cuidado indispensable, el mínimo indicado para cuidar nuestra salud y de l@s demás, nos hemos encontrado que la apreciación de la realidad sobre la existencia y protocolos para el cuidado por COVID-19 es distinta, sin que medie en ella ni condición social ni económica, y quizá pese lo que ve del propio poder representado por quien gobierna el país.

Parece que, si el Presidente ha decidido salir su acción es considerada digna de imitar. Si el Presidente no usa cubrebocas, también. Si el Presidente no guarda distancia, no hay necesidad de hacerlo tampoco. Solo en caso de sismos, alejado de un contagio, el Presidente no acudió a la zona de desastre y siguió desde Palacio Nacional su agenda diaria y su visita a entidades donde el tema, ésta semana, en Michoacán, estuvo relacionada con la Guardia Nacional, por lo que su conducta representa el termómetro de la salud y el grado de confianza social.

Uno de los sectores que estarán estos días en una reflexión más preocupante será el de salud donde invariablemente repercutirá el movimiento social. No solo por el agotamiento físico y emocional por el número de casos que han atendido y que se puede detectar del número de casos oficiales que presentan diariamente las autoridades, sino en el llamado de alerta de la Organización Panamericana de la Salud que indica “que los gobierno tendrán que tomar decisiones, considerando simultáneamente indicadores de salud, económicos y sociales.” Y alerta sobre un problema que durará al menos dos años. Su propia página da cuenta de esa preocupación. Dice que en las Américas, donde está México, han superado los 4.5 millones de contagios, con 226 mil muertes al 23 de junio. Y agrega que “desde el mes pasado –mayo- los casos se han triplicado en América Latina y EL Caribe, de casi 690 mil a más de 2 millones hoy.”

Esta semana cuando salgamos a realizar la continuidad de la nueva normalidad que inicio en el confinamiento, apenas empezará el riesgo colectivo que irá presentando en el devenir de los días su resultado. Por ello quizá valga la pena, para re iniciar nuestra vida, retomar el consejo de la propia Directora de la OPS, la Doctora Carissa F. Etienne, quien señala “debemos ser realistas sobre el futuro: todos tenemos que adaptarnos a una nueva forma de vida y redefinir nuestro sentido de lo normal”.