En el estudio y en la práctica turística siempre ha existido un enfrentamiento entre los prácticos o profesionalizantes y los teóricos o estudiantes de la actividad turística. A fines del siglo pasado y principios de este siglo la actividad turística se ha dibujado en el escenario nacional e internacional en la cúspide y el inicio del declive principalmente a nivel internacional en nuestro destino Acapulco.
Los profesionales del turismo en muchos casos han menospreciado los estudios y análisis de la actividad turística, justificándolo en torno a lo empírico, hoy conocido como profesionalizante. Sin embrago, un actor importante de la actividad turística economista y guerrerense ha planteado desde hace varias décadas la importancia y la necesidad para resolver el problema de Acapulco y del turismo en un enfoque estructuralista. Igualmente, el maestrante Armand Coeur Bergeret Gordillo en sus trabajos sobre el turismo nos alerta de la importancia sobre la necesidad de incorporar el posestructuralismo de Jacques Derrida con su deconstrucción que permite el análisis basado en paradojas y aplicado en las diferentes y diversas acciones de la actividad.
Armand Coeur presento hace unos días en la UNAM una ponencia sobre la importancia estratégica de la seducción de los turistas para Acapulco. Articulo que gusto e impacto siendo solicitado por varias publicaciones de universidades de América Latina para su difusión.
Acapulco en las dos últimas décadas ha caído en desuso casi completo del turismo internacional, por lo que requiere incorporar nuevas estrategias que permitan la seducción del turismo internacional y nacional y que tengan un impacto económico y social en el destino.
En la Maestría Gestión Sustentable del Turismo de la UAGro se trabaja en la búsqueda de soluciones que los profesionalizantes no han podido encontrar y que los investigadores han aplicado sustentándose en estas dos teorías antes descritas y adhiriendo la del constructivismo que permita justificar las nuevas estrategias para el relanzamiento autentico y no demagógico de la actividad turística.
Los actores de la política turística han planteado campañas sobre “hablar bien de Acapulco”, pero esto lo único que ha justificado en la política guerrerense es, que “aunque sea” puedan trabajar en las dependencias oficiales del turismo algunos personajes de la política local con un poco conocimiento del turismo.
En la Facultad y Maestría de Turismo de la UAGro, desde hace 30 años se había dicho que el modelo turístico había llegado a su fin, poco caso se hizo a esta advertencia y se insistió en que algunos actores sin conocimiento dirigieran la política turística y el destino de los guerrerenses.
En 2019 la quiebra de Thomas Cook estremeció al turismo mundial y generó el rompimiento de la burbuja económica del turismo, generando una rección en cadena de una de las más grandes crisis del turismo mundial. México no quedo exento de esta calamidad y Acapulco sufrió sus consecuencias, el modelo estaba en desuso cumpliendo las predicciones advertidas por esta maestría. El año pasado, la OMT reconoció la importancia de buscar un nuevo modelo turístico, donde uno de sus funcionarios en conferencia afirmo que uno de los nuevos teóricos estaba en Acapulco, sin embargo, muy poco se le reconoció la reflexión al respecto.
En esta tercera década del siglo XXI, importante es estimular la nueva creatividad e imaginación de los maestrantes de la UAGro en conjunto con el CONACYT que permita detectar nuevos teóricos que confirmen la teoría de Goethe donde defiende la idea de unidad entre teoría y practica y que los utilitaristas lo aplican principalmente en China con Deng Xiaoping en su programa “Reforma y Apertura”.
Acapulco requiere urgentemente en el Turismo del Siglo XXI un programa de seducción que reactive la actividad turística que movilice al destino y a sus actores para que podamos aplicar el constructivismo que tanto se requiere.
