/ viernes 2 de julio de 2021

Sin derecho de admisión

Ni toda la estela de muerte que ha dejado en más de un año el Covid-19 ni la amenaza de variantes más agresivas y contagiosas de la enfermedad son suficientes para convencer a una importante porción de la sociedad mexicana y guerrerense sobre la importancia de la vacunación contra ese virus.

La mitigación de contagios, hospitalizaciones y decesos por el nuevo coronavirus -sería irresponsable hablar de una disminución como tal- no es producto de un milagro. En gran medida, se debe al acatamiento de medidas restrictivas establecidas en el semáforo epidemiológico y de la aplicación de vacunas, aunque esta no avance a la velocidad deseable.

En Guerrero, particularmente en las regiones Costa Chica y La Montaña, el plan de vacunación dirigido a personas mayores de 50 años de edad encuentra frente a sí tabúes y resistencia por usos y costumbres propios de poblaciones indígenas, pero la incredulidad de este mal y su antídoto no exenta a las grandes ciudades.

La vacunación, además de prevenir contagios y ser un atenuante de los efectos graves del Covid-19, es fundamental en ciudades con vocación turística como Acapulco para el proceso todavía receloso de reactivación económica.

El deporte y los espectáculos son las principales actividades recreativas que atraen a cientos de miles de personas y forman parte de los atractivos turísticos de muchas latitudes. Basta ver la asistencia a los estadios de fútbol en la Eurocopa 2021 que se juega en el viejo continente o los festivales de música que se han reactivado en España e Inglaterra.

En México, la Liga MX de fútbol es imán de espectadores, lo mismo conciertos en las principales ciudades del país, incluido Acapulco que ya se promueve como sede de algunas presentaciones artísticas en lo que resta del año.

Considerando la demanda hacia esos espectáculos, la autoridad sanitaria, en coordinación con sus organizadores, podrían contribuir a una reanudación de eventos con garantías sanitarias promoviendo una vacunación responsable.

La estrategia es simple y reside en limitar el ingreso a los eventos programados en el corto y mediano plazo a quienes no cuenten con al menos una dosis de las vacunas aplicadas de forma gratuita en territorio nacional.

En el último tramo de la fase regular del torneo del futbol mexicano que concluyó en mayo pasado, unos 312 mil 571 aficionados retornaron a los estados para presenciar 45 partidos, entre estos la gran final.

Festivales musicales como Vive Latino, Pa’l Norte o Corona Capital reúnen a más 100 mil personas, jóvenes ensu gran mayoría.

Si se condiciona la asistencia a la población vacunada a esos y otros eventos masivos, como ocurre ya en otros países, la recuperación de la economía en actividades consideradas no esenciales será una realidad y se fortalecerá la salud pública al aumentar el porcentaje de inmunización.

El turismo en general ha sido la actividad económica más castigada por las restricciones sanitarias por considerarse una vía de riesgo de contagio.

Por ello, la urgencia de contener posibles rebrotes mediante la implementación estricta de un protocolo que limite el arribo de potenciales portadores/transmisores sin vacuna y la emisión de un pasaporte turístico sanitario -como hemos insistido en estas páginas- donde se verifique al estado de salud del portador y las dosis aplicadas.

Así será la nueva normalidad por un largo tiempo y conviene adaptarse de inmediato, en lugar de renegar y seguir retando a la pandemia.

Pedro Kuri Pheres en Facebook

@pedrokuripheres en Twitter

acapulco.ok@gmail.com

Ni toda la estela de muerte que ha dejado en más de un año el Covid-19 ni la amenaza de variantes más agresivas y contagiosas de la enfermedad son suficientes para convencer a una importante porción de la sociedad mexicana y guerrerense sobre la importancia de la vacunación contra ese virus.

La mitigación de contagios, hospitalizaciones y decesos por el nuevo coronavirus -sería irresponsable hablar de una disminución como tal- no es producto de un milagro. En gran medida, se debe al acatamiento de medidas restrictivas establecidas en el semáforo epidemiológico y de la aplicación de vacunas, aunque esta no avance a la velocidad deseable.

En Guerrero, particularmente en las regiones Costa Chica y La Montaña, el plan de vacunación dirigido a personas mayores de 50 años de edad encuentra frente a sí tabúes y resistencia por usos y costumbres propios de poblaciones indígenas, pero la incredulidad de este mal y su antídoto no exenta a las grandes ciudades.

La vacunación, además de prevenir contagios y ser un atenuante de los efectos graves del Covid-19, es fundamental en ciudades con vocación turística como Acapulco para el proceso todavía receloso de reactivación económica.

El deporte y los espectáculos son las principales actividades recreativas que atraen a cientos de miles de personas y forman parte de los atractivos turísticos de muchas latitudes. Basta ver la asistencia a los estadios de fútbol en la Eurocopa 2021 que se juega en el viejo continente o los festivales de música que se han reactivado en España e Inglaterra.

En México, la Liga MX de fútbol es imán de espectadores, lo mismo conciertos en las principales ciudades del país, incluido Acapulco que ya se promueve como sede de algunas presentaciones artísticas en lo que resta del año.

Considerando la demanda hacia esos espectáculos, la autoridad sanitaria, en coordinación con sus organizadores, podrían contribuir a una reanudación de eventos con garantías sanitarias promoviendo una vacunación responsable.

La estrategia es simple y reside en limitar el ingreso a los eventos programados en el corto y mediano plazo a quienes no cuenten con al menos una dosis de las vacunas aplicadas de forma gratuita en territorio nacional.

En el último tramo de la fase regular del torneo del futbol mexicano que concluyó en mayo pasado, unos 312 mil 571 aficionados retornaron a los estados para presenciar 45 partidos, entre estos la gran final.

Festivales musicales como Vive Latino, Pa’l Norte o Corona Capital reúnen a más 100 mil personas, jóvenes ensu gran mayoría.

Si se condiciona la asistencia a la población vacunada a esos y otros eventos masivos, como ocurre ya en otros países, la recuperación de la economía en actividades consideradas no esenciales será una realidad y se fortalecerá la salud pública al aumentar el porcentaje de inmunización.

El turismo en general ha sido la actividad económica más castigada por las restricciones sanitarias por considerarse una vía de riesgo de contagio.

Por ello, la urgencia de contener posibles rebrotes mediante la implementación estricta de un protocolo que limite el arribo de potenciales portadores/transmisores sin vacuna y la emisión de un pasaporte turístico sanitario -como hemos insistido en estas páginas- donde se verifique al estado de salud del portador y las dosis aplicadas.

Así será la nueva normalidad por un largo tiempo y conviene adaptarse de inmediato, en lugar de renegar y seguir retando a la pandemia.

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acapulco.ok@gmail.com