/ sábado 31 de julio de 2021

Lecciones de la pandemia

La pandemia del Covid-19, tandistante de la agonía, sigue dictando las directrices de laconvivencia social muy ajenas a lo deseable.

Mientras otros países han superado latercera ola y recuperan espacios públicos gradualmente, sindescuidar los protocolos sanitarios que son ya norma humanaobligatoria, México se adentra apenas en esa vertiginosa propagación de contagios que obligan a regresar a las fases de riesgoepidemiológico que limitan diversas actividades.

Una ventaja en medio de este súbito yagresivo rebrote de casos activos de coronavirus, si puedeconsiderarse así, es el bajo de defunciones atribuido a losavances en la vacunación nacional que en varias regiones del país, incluido el territorio guerrerense, ya comienza a dar coberturaincluso a la población juvenil de entre 18 y 30 años de edad.

Entre los sectores más castigados porla pandemia, pero quizá menos visible por el severo impacto enactividades productivas, está el educativo y todo lo que comprende: estudiantes, personal docente, padres de familia, escuelas, negocios.

La parálisis en el aprendizajepresencial por el confinamiento está causando secuelas graves enmateria de aprovechamiento académico que no han logrado calcularsetodavía, pero atizan el de por sí paupérrimo nivel educativonacional con énfasis en el sur del país, principalmente en elllamado cinturón de pobreza: Chiapas, Oaxaca y Guerrero. En esafranja, el acceso a internet, a televisión ya energía eléctricaen viviendas es mucho más limitado que en el resto del país, elementos esenciales en la educación virtual oa distancia que seimplementó desde el año pasado cuando comenzó la emergenciasanitaria.

A nivel nacional, el INEGI reportó que5 millones 200 mil estudiantes de entre 3 y 29 años de edad nopudieron inscribirse en el ciclo escolar que recién concluyó porefectos de la pandemia y la falta de recursos económicos. Si elperiodo 2021-2022 se mantiene del mismo modo, el alumno académico yla deserción por carencias tecnológicas para aprender virtualmenteserá descomunal.

Para agosto próximo, plazo fatal queha establecido el gobierno federal para reiniciar las clasespresenciales, todo el personal docente ya debería contar con sucuadro completo de vacunas puesto que fue uno de los sectoresprioritarios al arranque de la jornada nacional de inmunización.

Para esa misma fecha, la población mayor de 50 y 60 años de edad -considerada la más vulnerable antesíntomas graves y efectos letales de la enfermedad- también estaríacubierta, al igual que padres de familia mayores de 30 años deedad.

Además, el Covid-19 se adentra ya comomal endémico y así deberán ser adecuadas las políticas en materiasanitaria para afrontarla.
En tanto, la población infantil corremenor riesgo de contagio, de síntomas graves y de poreventuales contagios de Covid-19, aunque no está exenta del todo, deacuerdo con la Organización Mundial de la Salud.

Por ello, el regreso a las aulas es unaurgencia para devolver salud mental a niños y adolescentes quellevan más de un año alejados de sus planteles educativos y delcontacto con sus compañeros, y reactivar sus habilidades socialesque en casa, frente a una computadora, no lograrán desarrollar .

Además, la reapertura deescuelas reactivaría una economía sumamente lesionada de quienes sededican a la venta de alimentos, uniformes, papelería y materialescolar.


El regreso a clases presenciales setrata de una decisión compleja, sin duda, pero prolongar el cierrede escuelas acarrearía una crisis educativa y socioemocional entrela población estudiantil que, sumada a las dificultades económicas y sociales, representarán una adversidad igual o mayor a lasanitaria.

La pandemia del Covid-19, tandistante de la agonía, sigue dictando las directrices de laconvivencia social muy ajenas a lo deseable.

Mientras otros países han superado latercera ola y recuperan espacios públicos gradualmente, sindescuidar los protocolos sanitarios que son ya norma humanaobligatoria, México se adentra apenas en esa vertiginosa propagación de contagios que obligan a regresar a las fases de riesgoepidemiológico que limitan diversas actividades.

Una ventaja en medio de este súbito yagresivo rebrote de casos activos de coronavirus, si puedeconsiderarse así, es el bajo de defunciones atribuido a losavances en la vacunación nacional que en varias regiones del país, incluido el territorio guerrerense, ya comienza a dar coberturaincluso a la población juvenil de entre 18 y 30 años de edad.

Entre los sectores más castigados porla pandemia, pero quizá menos visible por el severo impacto enactividades productivas, está el educativo y todo lo que comprende: estudiantes, personal docente, padres de familia, escuelas, negocios.

La parálisis en el aprendizajepresencial por el confinamiento está causando secuelas graves enmateria de aprovechamiento académico que no han logrado calcularsetodavía, pero atizan el de por sí paupérrimo nivel educativonacional con énfasis en el sur del país, principalmente en elllamado cinturón de pobreza: Chiapas, Oaxaca y Guerrero. En esafranja, el acceso a internet, a televisión ya energía eléctricaen viviendas es mucho más limitado que en el resto del país, elementos esenciales en la educación virtual oa distancia que seimplementó desde el año pasado cuando comenzó la emergenciasanitaria.

A nivel nacional, el INEGI reportó que5 millones 200 mil estudiantes de entre 3 y 29 años de edad nopudieron inscribirse en el ciclo escolar que recién concluyó porefectos de la pandemia y la falta de recursos económicos. Si elperiodo 2021-2022 se mantiene del mismo modo, el alumno académico yla deserción por carencias tecnológicas para aprender virtualmenteserá descomunal.

Para agosto próximo, plazo fatal queha establecido el gobierno federal para reiniciar las clasespresenciales, todo el personal docente ya debería contar con sucuadro completo de vacunas puesto que fue uno de los sectoresprioritarios al arranque de la jornada nacional de inmunización.

Para esa misma fecha, la población mayor de 50 y 60 años de edad -considerada la más vulnerable antesíntomas graves y efectos letales de la enfermedad- también estaríacubierta, al igual que padres de familia mayores de 30 años deedad.

Además, el Covid-19 se adentra ya comomal endémico y así deberán ser adecuadas las políticas en materiasanitaria para afrontarla.
En tanto, la población infantil corremenor riesgo de contagio, de síntomas graves y de poreventuales contagios de Covid-19, aunque no está exenta del todo, deacuerdo con la Organización Mundial de la Salud.

Por ello, el regreso a las aulas es unaurgencia para devolver salud mental a niños y adolescentes quellevan más de un año alejados de sus planteles educativos y delcontacto con sus compañeros, y reactivar sus habilidades socialesque en casa, frente a una computadora, no lograrán desarrollar .

Además, la reapertura deescuelas reactivaría una economía sumamente lesionada de quienes sededican a la venta de alimentos, uniformes, papelería y materialescolar.


El regreso a clases presenciales setrata de una decisión compleja, sin duda, pero prolongar el cierrede escuelas acarrearía una crisis educativa y socioemocional entrela población estudiantil que, sumada a las dificultades económicas y sociales, representarán una adversidad igual o mayor a lasanitaria.