/ lunes 23 de agosto de 2021

Mario Ruiz Redondo

Sentados frente al monitor, Mario Ruíz Redondo revisaba la producción que había realizado su servidor sobre su presencia en la guerra de Nicaragua, con la gran cobertura periodística que le llevó a esa nación, material que se presentaría en el programa Para Gente Grande, del periodista Ricardo Rocha. ¡Perfecto Martín! -exclamó, y se levantó -aún no llegaba la madrugada- y agregó: Vamos a La Universal…llegamos, el ambiente estaba en su apogeo, como clientes, nos asignaron rápido una mesa y empezamos a departir y a charlar con otros periodistas que revisaban desde ese espacio los materiales del día, al tiempo que comentaban las vicisitudes enfrentadas.

Seguimos trabajando juntos, ya que Ricardo Rocha me había asignado como su productor. Televisa vivía un gran auge en programas tanto informativos como de entretenimiento, así que viajamos a su natal Chiapas, donde trabajamos para integrar documentales sobre la Selva Lacandona, San Juan Chamula, entre otros muchos reportajes donde mostró su preocupación porque la modernidad cambiará la esencia en la identidad de los habitantes, y no solo fuera usada como parte del proceso evolutivo natural de la vida, o de la forma en que la violencia cambiaba el rostro de la vida cotidiana de las familias, incluso cuando trabajamos en el gobierno de Absalón Castellanos, buscó que se fortaleciera la identidad y trabajamos proyectos de enlace radiofónico.

Un día, en el Café Habana nos reunimos con Luis Carbajo, para detallar el programa que realizaría desde Chiapas y donde, a petición de Mario, estaría yo como responsable de toda la transmisión para su programa “Buenos días”, considerado como el impulsor de los programas de entretenimiento nocturnos. Después de su paso por Canal Once, y el Siete, se incorporaría al equipo de Ricardo Rocha en Televisa, donde el productor General, José Antonio Martínez Olvera, realizaría un estupendo trabajo con los materiales que proporcionaba.

Un tema que logró Mario para nuestro trabajo en conjunto fue que nos hiciéramos responsables de la generación de la señal de origen del encuentro entre los Presidentes de México, Miguel de la Madrid y de Guatemala, Marco Vinicio Cerezo Arévalo, en el contexto del fortalecimiento de las relaciones de ambos países en el aniversario de la independencia de Chiapas de Guatemala y su incorporación a la República Mexicana.

Después conocimos el sabor de la traición. Y conocimos los rostros de los verdaderos amigos. Seguimos juntos, disminuyeron los encuentros personales para charlar pero seguimos en contacto de acuerdo a nuestras propias agendas y ritmos de vida, él como siempre, logró con su gran formación periodística ser invitado para atender asuntos en medios nacionales y de su natal Chiapas y destacó su labor en la Organización Editorial Mexicana, que nos permitió saludarlo en Acapulco.

Y nos deja, en lo que fue su último trabajo periodístico, no quiero pensar que con intuición sobre el riesgo de su vida, una reflexión sobre Cuarto Poder y su aportación al periodismo en Chiapas, en su respetada columna En Redondo, donde su gran conocimiento sobre la problemática de la Frontera Sur de México, la Problemática Centroamericana, sirvió para entender las razones de las condiciones que siguen afectando esa región y hacer una prospectiva de salida.

Mario se ha adelantado. Le agradecemos infinitamente quienes integramos el equipo de Ceprovysa.com, Isabel Ortega Morales, y Néstor Ortega Almeida Morales, su amistad y confianza para compartirnos su material de trabajo, su análisis. Nos duele su partida física. Queda en el aire la conversación sobre planes periodísticos. Queda en nuestro corazón el recuerdo de su gran labor como periodista y ser humano, que caminamos en distintos puntos de los centros de convivencia o cantinas cercanas a Bucareli, o en los momentos en que fue galardonado por sus fantásticos méritos como periodista. Un respetuoso saludo a su familia, que tienen mucho de que sentir orgullo. Descansa en paz apreciado Mario.

Sentados frente al monitor, Mario Ruíz Redondo revisaba la producción que había realizado su servidor sobre su presencia en la guerra de Nicaragua, con la gran cobertura periodística que le llevó a esa nación, material que se presentaría en el programa Para Gente Grande, del periodista Ricardo Rocha. ¡Perfecto Martín! -exclamó, y se levantó -aún no llegaba la madrugada- y agregó: Vamos a La Universal…llegamos, el ambiente estaba en su apogeo, como clientes, nos asignaron rápido una mesa y empezamos a departir y a charlar con otros periodistas que revisaban desde ese espacio los materiales del día, al tiempo que comentaban las vicisitudes enfrentadas.

Seguimos trabajando juntos, ya que Ricardo Rocha me había asignado como su productor. Televisa vivía un gran auge en programas tanto informativos como de entretenimiento, así que viajamos a su natal Chiapas, donde trabajamos para integrar documentales sobre la Selva Lacandona, San Juan Chamula, entre otros muchos reportajes donde mostró su preocupación porque la modernidad cambiará la esencia en la identidad de los habitantes, y no solo fuera usada como parte del proceso evolutivo natural de la vida, o de la forma en que la violencia cambiaba el rostro de la vida cotidiana de las familias, incluso cuando trabajamos en el gobierno de Absalón Castellanos, buscó que se fortaleciera la identidad y trabajamos proyectos de enlace radiofónico.

Un día, en el Café Habana nos reunimos con Luis Carbajo, para detallar el programa que realizaría desde Chiapas y donde, a petición de Mario, estaría yo como responsable de toda la transmisión para su programa “Buenos días”, considerado como el impulsor de los programas de entretenimiento nocturnos. Después de su paso por Canal Once, y el Siete, se incorporaría al equipo de Ricardo Rocha en Televisa, donde el productor General, José Antonio Martínez Olvera, realizaría un estupendo trabajo con los materiales que proporcionaba.

Un tema que logró Mario para nuestro trabajo en conjunto fue que nos hiciéramos responsables de la generación de la señal de origen del encuentro entre los Presidentes de México, Miguel de la Madrid y de Guatemala, Marco Vinicio Cerezo Arévalo, en el contexto del fortalecimiento de las relaciones de ambos países en el aniversario de la independencia de Chiapas de Guatemala y su incorporación a la República Mexicana.

Después conocimos el sabor de la traición. Y conocimos los rostros de los verdaderos amigos. Seguimos juntos, disminuyeron los encuentros personales para charlar pero seguimos en contacto de acuerdo a nuestras propias agendas y ritmos de vida, él como siempre, logró con su gran formación periodística ser invitado para atender asuntos en medios nacionales y de su natal Chiapas y destacó su labor en la Organización Editorial Mexicana, que nos permitió saludarlo en Acapulco.

Y nos deja, en lo que fue su último trabajo periodístico, no quiero pensar que con intuición sobre el riesgo de su vida, una reflexión sobre Cuarto Poder y su aportación al periodismo en Chiapas, en su respetada columna En Redondo, donde su gran conocimiento sobre la problemática de la Frontera Sur de México, la Problemática Centroamericana, sirvió para entender las razones de las condiciones que siguen afectando esa región y hacer una prospectiva de salida.

Mario se ha adelantado. Le agradecemos infinitamente quienes integramos el equipo de Ceprovysa.com, Isabel Ortega Morales, y Néstor Ortega Almeida Morales, su amistad y confianza para compartirnos su material de trabajo, su análisis. Nos duele su partida física. Queda en el aire la conversación sobre planes periodísticos. Queda en nuestro corazón el recuerdo de su gran labor como periodista y ser humano, que caminamos en distintos puntos de los centros de convivencia o cantinas cercanas a Bucareli, o en los momentos en que fue galardonado por sus fantásticos méritos como periodista. Un respetuoso saludo a su familia, que tienen mucho de que sentir orgullo. Descansa en paz apreciado Mario.