/ lunes 2 de mayo de 2022

Erradicar el matrimonio forzoso de niñas

Los usos y costumbres definen la identidad de las personas. Poseen raíces que usualmente vale la pena conservar para la supervivencia de nuestra herencia cultural. Insisto: hay tradiciones que dejan de ser útiles o parte de la bondad comunitaria o son ilegales e inaceptables.

En Guerrero, en la región de La Montaña, aún se dan casos de matrimonio forzado de niñas, por una dote de 200 mil a 300 mil pesos. Estas prácticas —igualable al delito de Trata de Personas— se justifican como usos y costumbres.

Transformar esa realidad requiere coordinación y compromiso desde todos los espacios. El Centro Coordinador de Pueblos Indígenas de La Montaña trabaja con niñas y niños de 11 municipios. En los últimos dos años han apoyado a más de mil 800 que fueron víctimas de embarazos prematuros u ofertadas a los hombres de la comunidad, o forzadas a trabajar en campos. Y el Congreso local ya aprobó la creación de la Policía Comunitaria, que podrá intervenir ante este tipo de delitos.

Las mujeres han tenido un papel fundamental para enfrentar estos usos y costumbres. La gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, asegura que convertirá al estado en un santuario para niñas y mujeres, y generará las condiciones políticas y sociales que garanticen el bienestar de los guerrerenses.

Nadine Gasman, presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), afirma que destinarán 18 millones de pesos para garantizar el respeto de los derechos de las niñas de La Montaña y la Costa Chica. Y la diputada Eufrosina Cruz fue impulsora de la reciente reforma al Código Penal Federal para castigar hasta con 15 años de prisión el matrimonio forzoso de menores de edad.

“En los usos y costumbres no existe la palabra justicia”, ha dicho Eufrosina, quien huyó de su pueblo a los 11 años para no sufrir el mismo destino de su hermana a quien su padre comprometió en matrimonio.

Entre 2021 y lo que va de 2022, el Consejo Ciudadano ha recibido más de 60 reportes de todo el país por Trata de Personas —en la Línea y Chat Nacional contra la Trata de Personas, 800 5533 000— en los que menores de edad han sido las víctimas, sometidas a diferentes tipos de explotación, incluido el matrimonio forzoso.

Proteger a las y los más vulnerables, como las niñas, es una labor que ya no puede esperar. Las acciones están en marcha desde la ciudadanía y las autoridades, y no se deben detener.

Los usos y costumbres definen la identidad de las personas. Poseen raíces que usualmente vale la pena conservar para la supervivencia de nuestra herencia cultural. Insisto: hay tradiciones que dejan de ser útiles o parte de la bondad comunitaria o son ilegales e inaceptables.

En Guerrero, en la región de La Montaña, aún se dan casos de matrimonio forzado de niñas, por una dote de 200 mil a 300 mil pesos. Estas prácticas —igualable al delito de Trata de Personas— se justifican como usos y costumbres.

Transformar esa realidad requiere coordinación y compromiso desde todos los espacios. El Centro Coordinador de Pueblos Indígenas de La Montaña trabaja con niñas y niños de 11 municipios. En los últimos dos años han apoyado a más de mil 800 que fueron víctimas de embarazos prematuros u ofertadas a los hombres de la comunidad, o forzadas a trabajar en campos. Y el Congreso local ya aprobó la creación de la Policía Comunitaria, que podrá intervenir ante este tipo de delitos.

Las mujeres han tenido un papel fundamental para enfrentar estos usos y costumbres. La gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, asegura que convertirá al estado en un santuario para niñas y mujeres, y generará las condiciones políticas y sociales que garanticen el bienestar de los guerrerenses.

Nadine Gasman, presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), afirma que destinarán 18 millones de pesos para garantizar el respeto de los derechos de las niñas de La Montaña y la Costa Chica. Y la diputada Eufrosina Cruz fue impulsora de la reciente reforma al Código Penal Federal para castigar hasta con 15 años de prisión el matrimonio forzoso de menores de edad.

“En los usos y costumbres no existe la palabra justicia”, ha dicho Eufrosina, quien huyó de su pueblo a los 11 años para no sufrir el mismo destino de su hermana a quien su padre comprometió en matrimonio.

Entre 2021 y lo que va de 2022, el Consejo Ciudadano ha recibido más de 60 reportes de todo el país por Trata de Personas —en la Línea y Chat Nacional contra la Trata de Personas, 800 5533 000— en los que menores de edad han sido las víctimas, sometidas a diferentes tipos de explotación, incluido el matrimonio forzoso.

Proteger a las y los más vulnerables, como las niñas, es una labor que ya no puede esperar. Las acciones están en marcha desde la ciudadanía y las autoridades, y no se deben detener.