A los 11 años, Angélica, una niña indígena de la Montaña de Guerrero, fue vendida por sus padres en 130 mil pesos para contraer matrimonio. Tras ser abusada y violentada por su suegro en repetidas ocasiones y permanecer cinco años en ese entorno, logró escapar, pero fue acusada de haber huido y encarcelada por las autoridades de la comunidad.
Las propias mujeres de La Montaña se unieron y buscaron apoyo para la liberación de Angélica. Reconocer que los usos y costumbres van en contra de los derechos humanos es primordial en el rompimiento de estructuras que normalizan la violencia de género.
Los espacios privados son los lugares donde más riesgo enfrentan las mujeres. Visibilizar “tradiciones” que vulneran la seguridad física y emocional es el primer paso para erradicar las agresiones.
Los datos revelan que en Guerrero hay una mayor disposición de las mujeres a buscar apoyo para enfrentar o procesar las situaciones de violencia. Ante el Día Internacional de la Mujer, a conmemorarse este 8 de marzo, el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México elaboró el reporte “Ciberseguridad y costo emocional de los trabajos”, que revela más de 650 atenciones psicológicas y jurídicas para guerrerenses entre 2021 y 2022.
En retrospectiva con respecto a 2020, el aumento de apoyos gratuitos, a través de la Línea Mujer y Familia o el Chat de Confianza 55 5533 5533, se duplicaron el año pasado, al pasar de 260 a 576.
El 68% de quienes solicitan atención tiene menos de 30 años, y entre las principales necesidades están el apoyo psicológico, ayuda ante ideación suicida, extorsiones, violencia familiar o sextorsión.
El análisis refleja que los agresores están muy cerca de las víctimas. En el 87.5% de los casos son cónyuges, concubinos, novios o ex parejas, y en el resto son padres, madres, hermanos o hijos. Además, las agresiones físicas y psicológicas están presentes en 8 de cada 10 reportes.
La Gobernadora Evelyn Salgado ha prometido hacer de Guerrero “un santuario” par mujeres y erradicar la venta de niñas en la zona de La Montaña. El trabajo institucional necesita la integración de la comunidad en el proceso para identificar y erradicar las violencias del espacio privado y aquellas disfrazadas de usos y costumbres.
Este 8M, diversos colectivos saldrán a marchar en Acapulco y otros municipios, con demandas de seguridad y eliminación de la violencia de género. Una ciudadanía plena es aquella que se integra en la construcción de entornos seguros. Es momento de mostrarlo.
