/ viernes 22 de mayo de 2020

También a los psicólogos se les festeja

El 20 de mayo se celebra el Día del Psicólogo, licenciatura que también estudie además de la de Derecho que se complementan en mi caso.

Permítanme mencionar el por qué abracé esta profesión. Primeramente, debo decir que dentro de mi experiencia laboral como Ministerio Público, atiendo tanto a los agraviados, como inculpados, quienes refieren tener sus razones en muchos de los casos para actuar de tal o cual manera. Como estrategia siempre escucho a las dos partes sin interrumpir, previo a reglamentar la entrevista para mantener el orden.

Posteriormente me coloco en el papel de mediador para ayudarlos a encontrar puntos de coincidencia que los unan, llevándolos de la mano a que racionalicen sus pensamientos y entiendan el daño causado con sus conductas. Si esto no es suficiente, acudo a la terapia de choque (?) que consiste en decirles las consecuencias penales de no llegar a un arreglo conciliatorio.

Esta técnica en la mayoría de los casos me dio resultados y mucho antes de que estuvieran vigentes los medios alternos de solución de controversias (MASC) yo ya hacia mediación; puedo decir que soy un mediador natural. Pero seguía faltándome algo y era vincular el Derecho y la Psicología.

Nuevamente mi actividad laboral se hizo presente y pensé: conozco las consecuencias penales de llevar a cabo una conducta ilícita; solo me falta conocer las motivaciones que llevaron al individuo a cometer un delito. Paso seguido, saber qué estudios debía tener para lograrlo. Investigué y me llenó el ojo la Psicología. Así pues, a los 49 años me lancé a estudiar la carrera. Por supuesto que me dio temor volver al aula, sentarme en el pupitre y competir con jóvenes de 18 años que eran diestros en las tecnologías de la información. En fin, acepté el reto y ahí voy. La UAGro me dio la oportunidad en la Unidad Académica de Psicología. Debo decir que para titularme hice una especie de tesina, que era un estudio de campo en el centro penitenciario de Acapulco, respecto a cuántos sentenciados por el delito de violencia familiar habían sido objeto de tratamiento psicológico como parte de la sentencia y, ¡oh, sorpresa1 No había antecedente.

A partir de este trabajo que presente a los jueces penales, se impusieron estos tratamientos a los sentenciados, los cuales se llevaron a cabo en el Centro de Convivencia Familiar Supervisada, donde en verdad me consta el profesionalismo de las y los psicólogos que además intervienen en otros temas como el empoderar a las víctimas para hacer frente a sus victimarios en los procesos penales y en caso diversos en materia familiar.

Debo decir que este trabajo fue elegido para estar en la biblioteca de la Unidad Académica de Psicología, donde puede ser consultado. Pero el quehacer del psicólogo no queda en recibirse en la licenciatura, porque ésta se transforma de forma vertiginosa al aceptarse científicamente nuevas terapias, tests, y estudios científicos. En mi caso y por obvias razones me incliné por la psicología jurídica, dentro de la cual me desempeño. Felicidades Psicólogo.

El 20 de mayo se celebra el Día del Psicólogo, licenciatura que también estudie además de la de Derecho que se complementan en mi caso.

Permítanme mencionar el por qué abracé esta profesión. Primeramente, debo decir que dentro de mi experiencia laboral como Ministerio Público, atiendo tanto a los agraviados, como inculpados, quienes refieren tener sus razones en muchos de los casos para actuar de tal o cual manera. Como estrategia siempre escucho a las dos partes sin interrumpir, previo a reglamentar la entrevista para mantener el orden.

Posteriormente me coloco en el papel de mediador para ayudarlos a encontrar puntos de coincidencia que los unan, llevándolos de la mano a que racionalicen sus pensamientos y entiendan el daño causado con sus conductas. Si esto no es suficiente, acudo a la terapia de choque (?) que consiste en decirles las consecuencias penales de no llegar a un arreglo conciliatorio.

Esta técnica en la mayoría de los casos me dio resultados y mucho antes de que estuvieran vigentes los medios alternos de solución de controversias (MASC) yo ya hacia mediación; puedo decir que soy un mediador natural. Pero seguía faltándome algo y era vincular el Derecho y la Psicología.

Nuevamente mi actividad laboral se hizo presente y pensé: conozco las consecuencias penales de llevar a cabo una conducta ilícita; solo me falta conocer las motivaciones que llevaron al individuo a cometer un delito. Paso seguido, saber qué estudios debía tener para lograrlo. Investigué y me llenó el ojo la Psicología. Así pues, a los 49 años me lancé a estudiar la carrera. Por supuesto que me dio temor volver al aula, sentarme en el pupitre y competir con jóvenes de 18 años que eran diestros en las tecnologías de la información. En fin, acepté el reto y ahí voy. La UAGro me dio la oportunidad en la Unidad Académica de Psicología. Debo decir que para titularme hice una especie de tesina, que era un estudio de campo en el centro penitenciario de Acapulco, respecto a cuántos sentenciados por el delito de violencia familiar habían sido objeto de tratamiento psicológico como parte de la sentencia y, ¡oh, sorpresa1 No había antecedente.

A partir de este trabajo que presente a los jueces penales, se impusieron estos tratamientos a los sentenciados, los cuales se llevaron a cabo en el Centro de Convivencia Familiar Supervisada, donde en verdad me consta el profesionalismo de las y los psicólogos que además intervienen en otros temas como el empoderar a las víctimas para hacer frente a sus victimarios en los procesos penales y en caso diversos en materia familiar.

Debo decir que este trabajo fue elegido para estar en la biblioteca de la Unidad Académica de Psicología, donde puede ser consultado. Pero el quehacer del psicólogo no queda en recibirse en la licenciatura, porque ésta se transforma de forma vertiginosa al aceptarse científicamente nuevas terapias, tests, y estudios científicos. En mi caso y por obvias razones me incliné por la psicología jurídica, dentro de la cual me desempeño. Felicidades Psicólogo.