/ jueves 7 de marzo de 2024

Arde Acapulco

No , no hablo de la crisis de inseguridad que se mantiene en casi todo el país. En esta ocasión me refiero a los constantes incendios que se están dando en los cerros del anfiteatro y que amenazan extenderse hasta la mancha urbana, poniendo en peligro la vida y bienes de las personas que viven en lo alto de esos cerros.

Otro daño colateral es el de la flora y fauna nativa que desaparecerá necesariamente al morir calcinadas las múltiples especies que ahí cohabitan.

Los incendios en el puerto no son una novedad, ya que año con año algunas personas que suelen sembrar queman el terreno y con el viento fuerte que se da en la parte alta del anfiteatro, se propaga, pero nunca se había visto tres o más frentes de áreas incendiadas como hoy lo padecemos.

El huracán Otis también nos trajo esta calamidad, ya que al “pelar” los cerros - entiéndase, tirar los árboles y maleza - pues dejó en el suelo agreste la hojarasca que se secó y que los fuertes calores que se están sintiendo, más algún vidrio que la hacía de lupa, provoca que se prendan las hojas secas o la imprudencia y necedad de los habitantes de aquella zona que persisten en quemar para sembrar.

De igual manera, no lo descartamos, el hecho de que estos incendios sean provocados por intereses aún no investigados.

Acapulco está tratando de levantarse, pero con estos siniestros menos vendrán turistas que alivien nuestros bolsillos. Desde la Arena GNP donde se desarrolló el Abierto Mexicano de Tenis, se veía cómo el fuego avanzaba con altas llamas, más cerca de la mancha urbana, además del humo molesto que provocaba.

Las autoridades tardaron en llegar, no sé si por el terreno lleno de rocas, falta de equipo o por negligencia. Lo que sí sabemos es que con los helicópteros de la Marina se pudo atacar más rápidamente esta conflagración, en virtud de que la técnica de guardarraya era imposible, por lo rocoso del suelo.

Esto solo es el inicio de las altas temperaturas que estaremos sufriendo hasta que lleguen las lluvias, siendo necesario que el gobierno estatal adquiera o rente avionetas o helicópteros para usarlos en los incendios que necesariamente veremos, no solo en Acapulco , sino en todo el territorios estatal.

Solo de esta manera podrán apagar el incendio con rapidez y con menos daños al medio ambiente, claro siempre y cuando haya agua cercana, el equipo humano y las herramientas adecuadas.

Es hora de pugnar por un cuerpo de guarda bosques bien entrenados para atacar estas contingencias.

No , no hablo de la crisis de inseguridad que se mantiene en casi todo el país. En esta ocasión me refiero a los constantes incendios que se están dando en los cerros del anfiteatro y que amenazan extenderse hasta la mancha urbana, poniendo en peligro la vida y bienes de las personas que viven en lo alto de esos cerros.

Otro daño colateral es el de la flora y fauna nativa que desaparecerá necesariamente al morir calcinadas las múltiples especies que ahí cohabitan.

Los incendios en el puerto no son una novedad, ya que año con año algunas personas que suelen sembrar queman el terreno y con el viento fuerte que se da en la parte alta del anfiteatro, se propaga, pero nunca se había visto tres o más frentes de áreas incendiadas como hoy lo padecemos.

El huracán Otis también nos trajo esta calamidad, ya que al “pelar” los cerros - entiéndase, tirar los árboles y maleza - pues dejó en el suelo agreste la hojarasca que se secó y que los fuertes calores que se están sintiendo, más algún vidrio que la hacía de lupa, provoca que se prendan las hojas secas o la imprudencia y necedad de los habitantes de aquella zona que persisten en quemar para sembrar.

De igual manera, no lo descartamos, el hecho de que estos incendios sean provocados por intereses aún no investigados.

Acapulco está tratando de levantarse, pero con estos siniestros menos vendrán turistas que alivien nuestros bolsillos. Desde la Arena GNP donde se desarrolló el Abierto Mexicano de Tenis, se veía cómo el fuego avanzaba con altas llamas, más cerca de la mancha urbana, además del humo molesto que provocaba.

Las autoridades tardaron en llegar, no sé si por el terreno lleno de rocas, falta de equipo o por negligencia. Lo que sí sabemos es que con los helicópteros de la Marina se pudo atacar más rápidamente esta conflagración, en virtud de que la técnica de guardarraya era imposible, por lo rocoso del suelo.

Esto solo es el inicio de las altas temperaturas que estaremos sufriendo hasta que lleguen las lluvias, siendo necesario que el gobierno estatal adquiera o rente avionetas o helicópteros para usarlos en los incendios que necesariamente veremos, no solo en Acapulco , sino en todo el territorios estatal.

Solo de esta manera podrán apagar el incendio con rapidez y con menos daños al medio ambiente, claro siempre y cuando haya agua cercana, el equipo humano y las herramientas adecuadas.

Es hora de pugnar por un cuerpo de guarda bosques bien entrenados para atacar estas contingencias.