/ jueves 23 de septiembre de 2021

No aprendemos

La reciente tragedia en Tlalnepantla, Estado de México, por el desgajamiento del cerro que arrasó las gigantes rocas que ahí existen ya su vez, estas, aplastaron en su boleo varias viviendas con algunos moradores dentro, debería d sacudirnos de pies a cabeza a quienes tengamos un poquito de conciencia y vivamos en zonas de peligro.

Más allá de la necesidad de tener un terreno o una vivienda, las personas deben pensar en la seguridad de ellos y sus familiares.

Todos sabemos que estas colonias en asentamientos irregulares se fueron poblando por la avaricia y complicidad de líderes vivales, amañados con autoridades municipales quienes hacen un pingüe negocio al fraccionar esos terrenos y venderlos a sus seguidores con la promesa que deben votar por ellos o su partido político en el futuro.

Estas colonias carecen de los elementales servicios públicos como son agua, luz, recolección de basura, pavimentación, etcétera.

Aunque muchos de los que ahí viven se las ingenian para robarse la luz, tirar la basura en barrancas o, a cielo abierto, hacen pozos artesanos y succionan agua, sin pago alguno para el ayuntamiento.

Pues bien, en Acapulco es notorio que estas lluvias y temblores ya dejaron huella en los cerros que nos circundan . Las bajadas de agua ya están marcadas por la naturaleza y las rocas gigantes cada vez más expuestas a punto de rodar.

Es tiempo de cambios y menos grilla . Ya no se puede seguir con la misma política de indolencia, tolerancia a la ilegalidad y mucho menos para arriesgar las vidas de decenas de personas y / o su patrimonio.

Se tienen que tomar medidas drásticas bajando del cerro a todas esas familias que viven en zona de alto riesgo, tal y como lo hizo en su momento el ingeniero Rubén Figueroa Figueroa, al reubicarlos en Ciudad Renacimiento, sin que le temblara la mano y con el apoyo federal.

Ejemplos del peligro latente en nuestro puerto, los tenemos en la piedra "La Picuda" , en plena costera Miguel Alemán frente a la Condesa, que está amarrada, pero por su tamaño y peso, más los temblores y las lluvias, es una amenaza latente .

“La Piedra del Chivo” es aún más peligrosa, ya que por su tamaño gigante y el lugar donde se ubica (punta del cerro), se corre el riesgo de que se caiga, aplastando casas, personas y todo lo que encuentra en la caída libre.

He sugerido por años que se censen las rocas de mayor riesgo de los cerros que nos rodean que han sido poblados y se comienzan a quebrar o dinamitar para mayor seguridad de los habitantes.

Pero, lo verdaderamente urgente es bajar a las personas de los cerros y reubicarlas. Haber qué gobernante se saca la rifa del tigre en su momento y se va a la cárcel por acción u omisión, como debe de ser.

La reciente tragedia en Tlalnepantla, Estado de México, por el desgajamiento del cerro que arrasó las gigantes rocas que ahí existen ya su vez, estas, aplastaron en su boleo varias viviendas con algunos moradores dentro, debería d sacudirnos de pies a cabeza a quienes tengamos un poquito de conciencia y vivamos en zonas de peligro.

Más allá de la necesidad de tener un terreno o una vivienda, las personas deben pensar en la seguridad de ellos y sus familiares.

Todos sabemos que estas colonias en asentamientos irregulares se fueron poblando por la avaricia y complicidad de líderes vivales, amañados con autoridades municipales quienes hacen un pingüe negocio al fraccionar esos terrenos y venderlos a sus seguidores con la promesa que deben votar por ellos o su partido político en el futuro.

Estas colonias carecen de los elementales servicios públicos como son agua, luz, recolección de basura, pavimentación, etcétera.

Aunque muchos de los que ahí viven se las ingenian para robarse la luz, tirar la basura en barrancas o, a cielo abierto, hacen pozos artesanos y succionan agua, sin pago alguno para el ayuntamiento.

Pues bien, en Acapulco es notorio que estas lluvias y temblores ya dejaron huella en los cerros que nos circundan . Las bajadas de agua ya están marcadas por la naturaleza y las rocas gigantes cada vez más expuestas a punto de rodar.

Es tiempo de cambios y menos grilla . Ya no se puede seguir con la misma política de indolencia, tolerancia a la ilegalidad y mucho menos para arriesgar las vidas de decenas de personas y / o su patrimonio.

Se tienen que tomar medidas drásticas bajando del cerro a todas esas familias que viven en zona de alto riesgo, tal y como lo hizo en su momento el ingeniero Rubén Figueroa Figueroa, al reubicarlos en Ciudad Renacimiento, sin que le temblara la mano y con el apoyo federal.

Ejemplos del peligro latente en nuestro puerto, los tenemos en la piedra "La Picuda" , en plena costera Miguel Alemán frente a la Condesa, que está amarrada, pero por su tamaño y peso, más los temblores y las lluvias, es una amenaza latente .

“La Piedra del Chivo” es aún más peligrosa, ya que por su tamaño gigante y el lugar donde se ubica (punta del cerro), se corre el riesgo de que se caiga, aplastando casas, personas y todo lo que encuentra en la caída libre.

He sugerido por años que se censen las rocas de mayor riesgo de los cerros que nos rodean que han sido poblados y se comienzan a quebrar o dinamitar para mayor seguridad de los habitantes.

Pero, lo verdaderamente urgente es bajar a las personas de los cerros y reubicarlas. Haber qué gobernante se saca la rifa del tigre en su momento y se va a la cárcel por acción u omisión, como debe de ser.