/ viernes 21 de mayo de 2021

No a la invasión del Parque Nacional El Veladero

Nuevamente, como en reiteradas ocasiones se ha hecho por parte de las diversas legislaturas del estado, se dice que se van a desincorporar varias hectáreas del Parque Nacional El Veladero, que no sólo es el último refugio para la flora y fauna del puerto, sino que además contribuye a mantener en equilibrio el medio ambiente.

La selva caducifolia baja, de los cerros que encierran la bahía de Santa Lucía son el hábitat natural de la fauna que ha sobrevivido al concreto y las altas edificaciones de desarrolladores a quienes sólo les interesa vender “la vista” en miles o millones de dólares.

Por otro lado, ahí se han asentado líderes y grupos de personas que sin más se subieron al cerro y edificaron sus casas sin pagar un solo centavo por el terreno, amén de que el agua la adquieren mediante la colocación de mangueras que chupan el vital líquido de la tubería oficial.

La energía eléctrica de igual manera la obtienen al colgarse con diablos sin pagar su consumo.

Su basura y desechos son arrojados a las barrancas o cauces naturales, con lo que se crean tapones que luego, en tiempo de lluvia detienen el agua y la contienen hasta que ésta destruye el tapón y la bajada del agua se vuelve un aluvión que inunda y destruye todo a su paso.

Nada aprendimos de la lección del huracán Paulina.

Sin embargo, en tiempo de elecciones todo se vale y con la promesa de regularizar los asentamientos irregulares los partidos se ganan el voto aún y cuando no haya condiciones para dotar de servicios públicos por lo elevado de las inclinaciones de los terrenos.

Como acapulqueño nacido en esta tierra, exijo y pido a todos los paisanos, apoyen esta moción para que no se legalice ningún asentamiento irregular y tampoco se expidan licencias de construcción dentro del Parque Nacional El Veladero, cuya función es mantener esta reserva ecológica para lograr el equilibrio del ecosistema del lugar en especial y de Acapulco en general.

No podemos permitir que se siga edificando con concreto la selva que nos rodea y da frescura ante el sofocante calor que resentimos casi todo el año.

La presencia de árboles y plantas, es decir de toda la vegetación existente influye en el clima.

A nivel local la vegetación ayuda a disminuir la temperatura ambiental y genera precipitaciones y vientos y a nivel global, influye ayudando a mitigar el cambio climático.

Por este motivo, la tala indiscriminada o masiva de hoy en día está influyendo negativamente en el clima, favoreciendo la aceleración del cambio climático.

La belleza de Acapulco radica en la combinación natural de colores del océano azul con el verde oscuro de los cerros y el azul con nubes blancas del cielo.

Actualmente los cerros que forman parte del parque se han convertido en una paleta de colores y de arquitectura churrigueresca. No hay excusa que valga para impedir la deforestación del parque, privilegiando el bien común y no solo el bienestar de unos cuantos vivales que con la complicidad de líderes, partidos políticos y gobernantes se agandallaron los terrenos.

No puede invocarse la prescripción positiva ya que son bienes nacionales y son inalienables e imprescriptible por su condición de parque nacional.

¿Por qué no se asentaron en terrenos en la colonia Emiliano Zapata o Ciudad Renacimiento? Pues no son tontos. Sabían de antemano el gran valor que tenían esos terrenos por la vista privilegiada que ahí se tiene.

Nuevamente, como en reiteradas ocasiones se ha hecho por parte de las diversas legislaturas del estado, se dice que se van a desincorporar varias hectáreas del Parque Nacional El Veladero, que no sólo es el último refugio para la flora y fauna del puerto, sino que además contribuye a mantener en equilibrio el medio ambiente.

La selva caducifolia baja, de los cerros que encierran la bahía de Santa Lucía son el hábitat natural de la fauna que ha sobrevivido al concreto y las altas edificaciones de desarrolladores a quienes sólo les interesa vender “la vista” en miles o millones de dólares.

Por otro lado, ahí se han asentado líderes y grupos de personas que sin más se subieron al cerro y edificaron sus casas sin pagar un solo centavo por el terreno, amén de que el agua la adquieren mediante la colocación de mangueras que chupan el vital líquido de la tubería oficial.

La energía eléctrica de igual manera la obtienen al colgarse con diablos sin pagar su consumo.

Su basura y desechos son arrojados a las barrancas o cauces naturales, con lo que se crean tapones que luego, en tiempo de lluvia detienen el agua y la contienen hasta que ésta destruye el tapón y la bajada del agua se vuelve un aluvión que inunda y destruye todo a su paso.

Nada aprendimos de la lección del huracán Paulina.

Sin embargo, en tiempo de elecciones todo se vale y con la promesa de regularizar los asentamientos irregulares los partidos se ganan el voto aún y cuando no haya condiciones para dotar de servicios públicos por lo elevado de las inclinaciones de los terrenos.

Como acapulqueño nacido en esta tierra, exijo y pido a todos los paisanos, apoyen esta moción para que no se legalice ningún asentamiento irregular y tampoco se expidan licencias de construcción dentro del Parque Nacional El Veladero, cuya función es mantener esta reserva ecológica para lograr el equilibrio del ecosistema del lugar en especial y de Acapulco en general.

No podemos permitir que se siga edificando con concreto la selva que nos rodea y da frescura ante el sofocante calor que resentimos casi todo el año.

La presencia de árboles y plantas, es decir de toda la vegetación existente influye en el clima.

A nivel local la vegetación ayuda a disminuir la temperatura ambiental y genera precipitaciones y vientos y a nivel global, influye ayudando a mitigar el cambio climático.

Por este motivo, la tala indiscriminada o masiva de hoy en día está influyendo negativamente en el clima, favoreciendo la aceleración del cambio climático.

La belleza de Acapulco radica en la combinación natural de colores del océano azul con el verde oscuro de los cerros y el azul con nubes blancas del cielo.

Actualmente los cerros que forman parte del parque se han convertido en una paleta de colores y de arquitectura churrigueresca. No hay excusa que valga para impedir la deforestación del parque, privilegiando el bien común y no solo el bienestar de unos cuantos vivales que con la complicidad de líderes, partidos políticos y gobernantes se agandallaron los terrenos.

No puede invocarse la prescripción positiva ya que son bienes nacionales y son inalienables e imprescriptible por su condición de parque nacional.

¿Por qué no se asentaron en terrenos en la colonia Emiliano Zapata o Ciudad Renacimiento? Pues no son tontos. Sabían de antemano el gran valor que tenían esos terrenos por la vista privilegiada que ahí se tiene.