El tiempo se terminó. No hay mañana. O cambiamos o desaparecemos de la faz de la tierra.
La Organización de las Naciones Unidas a través de su secretario general, Antonio Gutiérrez, Dijo que de acuerdo a los expertos en cambio climático se tuvo que activar el código rojo para la humanidad en virtud del aceleramiento del sobre calentamiento global que ya se hace presente en el clima en todo el orbe.
Lluvias torrenciales, huracanes de categorías 5, sequías prolongadas, aumento en la temperatura, elevación del nivel del mar, terremotos con mayor intensidad, etc. los mares lo que provocará inundaciones y pérdida de terreno en las zonas costeras cuando menos.
La campana sonó para los líderes de todos los países, pero sobre todo para los industrializados que se niegan a éntrale al toro porque significaría la bancarrota para los empresarios y la pérdida de poder económico.
Por otro lado, está la industria armamentista que también se niega a colaborar con destruir su arsenal nuclear y mucho menos posponer sus pruebas de detonación en los mares.
La guerras y bombardeos constantes son otra fuente de calentamiento global que no cesa por la estupidez humana y la ambición de unos cuantos. Pero, por otro lado, también la ciudadanía común tenemos nuestra parte de culpa al incurrir en conductas que sobrecalientan el planeta y que si no aceptamos menos la vamos a cambiar.
¿Cuáles son? El uso indiscriminado del vehículo que produce emisiones de dióxido y monóxido de carbono entre otros. La industria aeronáutica que no ha sido capaz de aplicar un combustible amigable con el ambiente liberando millones de toneladas de los contaminantes antes señalados en el aire y producir gases efecto invernadero nocivos para el medio ambiente.
El uso de aerosoles como los que contienen carbón negro y mineral en polvo con alto contenido en hierro también repercute en el daño que provocamos en el ecosistema.
El uso del refrigerador y aires acondicionando que liberan hidroclorofluorocarbono provocan el mismo efecto invernadero.
Desafortunadamente no se han desarrollado tecnologías para estos aparatos caseros que disminuyeron en cero esas emisiones nocivas.
En fin, hay todo un expediente científico que prueba lo que viene en pocos años en contra de la humanidad, pero difícilmente las naciones del primer mundo harán caso.
Lo triste es que no heredaremos nada a nuestros hijos o nietos y peor aún estamos a punto de desaparecer del planeta de no darse el consenso en los países del primer mundo y el apoyo económico que se requiere para, por lo menos retrasar el cambio negativo. Mi propuesta es muy pequeña, pero en algo puede contribuir.
Plantar, árboles de pica agua y plantas por todas las calles y que cada vecino se comprometa a cuidarlos. Eso nos dará mucho oxígeno y frescura.
Pintar las fachadas con colores frescos, utilizar la bicicleta en las medidas que se pueda sobre todo en lugares frescos y planos, separar la basura en orgánica e inorgánica y que el servicio de limpia se aplique en su recolección.
Transformar el transporte público en eléctrico o de gas. Toda sociedad, gobierno, empresarios podemos aportar sin mezquindades para por lo menos darles unas décadas más de vida a nuestros descendientes.
