/ viernes 10 de mayo de 2024

Ágora | El tiempo me da la razón

No es que sea pitoniso o un hombre de ciencia, pero lo cierto es que ya he vivido algunas décadas y con la información de expertos como la del premio Nobel mexicano José Mario Molina Henríquez que vaticinó cambios climáticos por la destrucción de la capa de ozono, puedo opinar.

Hoy en día, todo el mundo está sufriendo los cambios climáticos, como son las lluvias torrenciales que llegan a inundar grandes ciudades con pérdidas de vidas y cuantiosos daños materiales.

De igual manera, los tornados y huracanes categoría 5 que arrasan todo a su paso dejando dolor y tragedia. Ciudades completamente derruidas como pasó en Acapulco con el huracán Otis, que a 6 meses de su paso, aún sufrimos sus efectos.

Las sequías que se presentaban esporádicamente en el pasado y que actualmente resentimos por la carencia de lluvias que están desertificando grandes extensiones de áreas bosques, selva y montes donde antes había maleza y árboles hoy solo una tierra árida cuarteada que obliga a los vecinos a irse del lugar o cambiar de giro.

De la misma manera vemos el secado de lagos, lagunas y ríos con la muerte de la flora y fauna, ademas de contribuir al sobre calentamiento de la tierra.

La muerte de animales de granja como ganado lanar, bovino, ovino, equino, apicola, aviar, porcino, etcétera., con grandes pérdidas para los ganaderos y campesinos.

Las imágenes que vemos en los medios de comunicación son tristes al exponer a estas especies muertas en el campo árido. Los intensos calores que estamos resintiendo en todo México, son solo el inicio de lo que se dejará venir en años subsecuentes. El agua y la energía eléctrica serán los servicios más cotizados para las personas. Se pronostica que las guerras en pocos años será por el agua y también por la energía.

En México incomprensiblemente se cobra un servicio de agua sin que ésta se distribuya en todos los hogares diariamente. Tampoco podemos entender que constantemente haya apagones de energía eléctrica que perjudica la salud de las personas de la tercera edad y niños principalmente y la pérdida de alimentos que se echan a perder por la falta de energía.

La oscuridad ademas propicia la delincuencia en las calles y hogares. La carencia de la energía daña a las empresas y comercios y con ello el despido. Pero no podemos estar solo mirando el problema sin hacer nada.

En Acapulco tenemos que exigir al gobierno que se abran más pozos de agua que surtan del vital líquido a toda la población. En casa, quien tenga terreno, construir cisternas de gran capacidad para acumular el agua; reciclar el líquido de la regadera para utilizarla en el baño y los patios. También debemos almacenar el agua de la lluvia (cuando caiga). Reparar todas las fugas de agua que hay por toda la ciudad. Atacar frontalmente a las personas que se roban el líquido colgándose con mangueras de los tanques de agua, sin pagarla.

Por último , como lo he dicho muchas veces, el gobierno federal urgentemente debe abocarse a construir la presa “La Parota", pagando lo justo a los campesinos, pero sin titubeos. Es una obra necesaria y vital para la subsistencia de las personas, lo que también generaría energía eléctrica que tanta falta hace en estos momentos por los constantes apagones en todo el país.

Por supuesto que conjuntamente se deben reforestar los cerros y las avenidas del puerto con árboles propios de la región que den sombra y frescura.

No es que sea pitoniso o un hombre de ciencia, pero lo cierto es que ya he vivido algunas décadas y con la información de expertos como la del premio Nobel mexicano José Mario Molina Henríquez que vaticinó cambios climáticos por la destrucción de la capa de ozono, puedo opinar.

Hoy en día, todo el mundo está sufriendo los cambios climáticos, como son las lluvias torrenciales que llegan a inundar grandes ciudades con pérdidas de vidas y cuantiosos daños materiales.

De igual manera, los tornados y huracanes categoría 5 que arrasan todo a su paso dejando dolor y tragedia. Ciudades completamente derruidas como pasó en Acapulco con el huracán Otis, que a 6 meses de su paso, aún sufrimos sus efectos.

Las sequías que se presentaban esporádicamente en el pasado y que actualmente resentimos por la carencia de lluvias que están desertificando grandes extensiones de áreas bosques, selva y montes donde antes había maleza y árboles hoy solo una tierra árida cuarteada que obliga a los vecinos a irse del lugar o cambiar de giro.

De la misma manera vemos el secado de lagos, lagunas y ríos con la muerte de la flora y fauna, ademas de contribuir al sobre calentamiento de la tierra.

La muerte de animales de granja como ganado lanar, bovino, ovino, equino, apicola, aviar, porcino, etcétera., con grandes pérdidas para los ganaderos y campesinos.

Las imágenes que vemos en los medios de comunicación son tristes al exponer a estas especies muertas en el campo árido. Los intensos calores que estamos resintiendo en todo México, son solo el inicio de lo que se dejará venir en años subsecuentes. El agua y la energía eléctrica serán los servicios más cotizados para las personas. Se pronostica que las guerras en pocos años será por el agua y también por la energía.

En México incomprensiblemente se cobra un servicio de agua sin que ésta se distribuya en todos los hogares diariamente. Tampoco podemos entender que constantemente haya apagones de energía eléctrica que perjudica la salud de las personas de la tercera edad y niños principalmente y la pérdida de alimentos que se echan a perder por la falta de energía.

La oscuridad ademas propicia la delincuencia en las calles y hogares. La carencia de la energía daña a las empresas y comercios y con ello el despido. Pero no podemos estar solo mirando el problema sin hacer nada.

En Acapulco tenemos que exigir al gobierno que se abran más pozos de agua que surtan del vital líquido a toda la población. En casa, quien tenga terreno, construir cisternas de gran capacidad para acumular el agua; reciclar el líquido de la regadera para utilizarla en el baño y los patios. También debemos almacenar el agua de la lluvia (cuando caiga). Reparar todas las fugas de agua que hay por toda la ciudad. Atacar frontalmente a las personas que se roban el líquido colgándose con mangueras de los tanques de agua, sin pagarla.

Por último , como lo he dicho muchas veces, el gobierno federal urgentemente debe abocarse a construir la presa “La Parota", pagando lo justo a los campesinos, pero sin titubeos. Es una obra necesaria y vital para la subsistencia de las personas, lo que también generaría energía eléctrica que tanta falta hace en estos momentos por los constantes apagones en todo el país.

Por supuesto que conjuntamente se deben reforestar los cerros y las avenidas del puerto con árboles propios de la región que den sombra y frescura.