/ sábado 6 de enero de 2024

Ágora | De los los gandallas

Muchos acapulqueños no aprendemos de los golpes de la vida y nos mantenemos en la postura individualista de creer que todo nos lo merecemos y que si un desastre nos tira tenemos que ser rescatados por el gobierno de cualquier nivel o por los miles de personas altruista de todo el país e incluso de otras partes del mundo.

Lo anterior lo comento porque no se vale que después de que el huracán Otis nos destruyó y que cientos o miles de personas llegaron para apoyarnos para restablecer en lo posible la energía eléctrica, el agua, la limpieza de las calles así como por la ayuda económica que el gobierno federal está proporcionando en cantidades nada despreciables a muchas personas, aún y cuando muchos de estos no hayan sufrido gran daño o que hayan censado masivamente a todos los miembros de la familia y que además del dinero estén recibiendo enceres nada despreciables.

Sin embargo, algunas de estas personas están vendiendo estos muebles porque no los necesitan y así agandallarse otros miles de pesos. Otros más, están anunciándose en las redes ofertando muchas de las cosas que se robaron en un acto de rapiña múltiple (cohesión social ).

Por si no fuera suficiente todo esto, agréguele que en los días festivos que recién acaban de pasar, los gandallas de las calles se mandaron cobrando cientos de pesos por permitir estacionar los vehículos de los turistas, so pena de dañarlos o robarles alguna parte.

En la playa de igual manera, las sombrillas se alquilaron en cientos de pesos en los días de Navidad y Año Nuevo. No se trata de regalar nada pero sí que exista un orden de parte de la autoridad reguladora de los precios y de la movilidad.

Muchos turistas vinieron al puerto de buena fe, para apoyarnos, para que la economía se volviera a reactivar, aunque fuera mínimamente, aún y cuando no había condiciones para recibirlos.

Acapulco tardará por lo menos algunos meses para restablecerse a niveles aceptables y no necesita de estos gandallas que solo ven para su santo. Claro que no son todos, pero si muchos de estos sujetos despreciables.

Muchos acapulqueños no aprendemos de los golpes de la vida y nos mantenemos en la postura individualista de creer que todo nos lo merecemos y que si un desastre nos tira tenemos que ser rescatados por el gobierno de cualquier nivel o por los miles de personas altruista de todo el país e incluso de otras partes del mundo.

Lo anterior lo comento porque no se vale que después de que el huracán Otis nos destruyó y que cientos o miles de personas llegaron para apoyarnos para restablecer en lo posible la energía eléctrica, el agua, la limpieza de las calles así como por la ayuda económica que el gobierno federal está proporcionando en cantidades nada despreciables a muchas personas, aún y cuando muchos de estos no hayan sufrido gran daño o que hayan censado masivamente a todos los miembros de la familia y que además del dinero estén recibiendo enceres nada despreciables.

Sin embargo, algunas de estas personas están vendiendo estos muebles porque no los necesitan y así agandallarse otros miles de pesos. Otros más, están anunciándose en las redes ofertando muchas de las cosas que se robaron en un acto de rapiña múltiple (cohesión social ).

Por si no fuera suficiente todo esto, agréguele que en los días festivos que recién acaban de pasar, los gandallas de las calles se mandaron cobrando cientos de pesos por permitir estacionar los vehículos de los turistas, so pena de dañarlos o robarles alguna parte.

En la playa de igual manera, las sombrillas se alquilaron en cientos de pesos en los días de Navidad y Año Nuevo. No se trata de regalar nada pero sí que exista un orden de parte de la autoridad reguladora de los precios y de la movilidad.

Muchos turistas vinieron al puerto de buena fe, para apoyarnos, para que la economía se volviera a reactivar, aunque fuera mínimamente, aún y cuando no había condiciones para recibirlos.

Acapulco tardará por lo menos algunos meses para restablecerse a niveles aceptables y no necesita de estos gandallas que solo ven para su santo. Claro que no son todos, pero si muchos de estos sujetos despreciables.