/ viernes 26 de enero de 2024

Ágora | Agua, el clamor popular

En todo México, pero en este caso, en nuestro puerto, la carencia del agua en los hogares está provocando no solo el malestar de los habitantes de Acapulco, sino que están saliendo a tomar las calles en su desesperación por obtener el “vital” líquido necesario para la vida humana.

Ya son varias décadas en que ningún Ayuntamiento del puerto se ha preocupado por resolver este problema y solo se dedican a poner “parches” en las roturas de tubos para dejar la solución a otras administraciones, ya que el gasto que se requiere hacer es mayúsculo.

Además, de que mantienen el pensamiento estúpido de que estas obras al no verse por estar enterradas no dan votos. Hágame el favor. Acapulco está moribundo en calidad de ya me fui.

Cierto, se requiere una obra mayúscula y cara que ningún ayuntamiento o gobierno estatal puede hacerlo, ni solo ni de manera mancomunada. Por obvias razones el apoyo del gobierno federal forzosamente tiene que intervenir y hacer una bolsa de recursos de los tres niveles de gobierno para solucionar este problema.

Pero surge la otra pregunta igual de importante ¿de dónde se extraerá el agua? Pues bueno, se tiene que pensar en echar mano ya no solo del sistema de Lomas de Chapultepec sino más allá.

El proyecto de la presa “La Parota” que se canceló porque un grupo minoritario de ejidatarios se opuso por ir en contra de sus intereses, hoy en día , no puede tener peso ante la escasez del agua para una población mucho mayor y por ser importante para la industria sin chimeneas, como lo es el turismo del cual vive no solo Acapulco, sino que se sostiene muchos municipios del estado.

El bien mayor ante el bien particular. No se puede seguir en esta política de tolerancia a estas personas porque no hay razón legal para ello. Ahí tenemos la figura jurídica de la expropiación y el pago justo a los comuneros o ejidatarios por las tierras.

Ya lo he dicho antes y sigo reiterándolo: La presa La Parota no solo será un vaso de agua contenida, sino que generará electricidad en primer lugar y de ahí se derivarían miles de empleos en la propia construcción para los lugareños. Se podría generar granjas de animales acuáticos (peces, langostinos , camarones etc.) para alimentos de los campesinos y para la venta tanto en mercados o en pequeños paradores donde se ubiquen restaurantes junto a la presa.

Se puede crear el negocios de recorridos en embarcaciones de recreo sin motor y de pesca deportiva. De igual manera si se mantiene limpia, sería un estanque para el buceo en agua dulce. Los beneficios tanto generales como particulares serían enormes para los acapulqueños, la Federación y los lugareños.

El agua bien administrada refrescaría la sed de los habitantes de Acapulco. No podemos seguir impávidos sin poder lavar la ropa, lavar trastes , limpiar la casa, para el WC y menos para padecer la sed.

En unos cuantos años este problema va a generar conflictos internos de sangre y a nivel mundial guerras. El agua es un elemento estratégico. O hacemos algo ya o nos alcanzará el destino más pronto de lo que se calcula.

En todo México, pero en este caso, en nuestro puerto, la carencia del agua en los hogares está provocando no solo el malestar de los habitantes de Acapulco, sino que están saliendo a tomar las calles en su desesperación por obtener el “vital” líquido necesario para la vida humana.

Ya son varias décadas en que ningún Ayuntamiento del puerto se ha preocupado por resolver este problema y solo se dedican a poner “parches” en las roturas de tubos para dejar la solución a otras administraciones, ya que el gasto que se requiere hacer es mayúsculo.

Además, de que mantienen el pensamiento estúpido de que estas obras al no verse por estar enterradas no dan votos. Hágame el favor. Acapulco está moribundo en calidad de ya me fui.

Cierto, se requiere una obra mayúscula y cara que ningún ayuntamiento o gobierno estatal puede hacerlo, ni solo ni de manera mancomunada. Por obvias razones el apoyo del gobierno federal forzosamente tiene que intervenir y hacer una bolsa de recursos de los tres niveles de gobierno para solucionar este problema.

Pero surge la otra pregunta igual de importante ¿de dónde se extraerá el agua? Pues bueno, se tiene que pensar en echar mano ya no solo del sistema de Lomas de Chapultepec sino más allá.

El proyecto de la presa “La Parota” que se canceló porque un grupo minoritario de ejidatarios se opuso por ir en contra de sus intereses, hoy en día , no puede tener peso ante la escasez del agua para una población mucho mayor y por ser importante para la industria sin chimeneas, como lo es el turismo del cual vive no solo Acapulco, sino que se sostiene muchos municipios del estado.

El bien mayor ante el bien particular. No se puede seguir en esta política de tolerancia a estas personas porque no hay razón legal para ello. Ahí tenemos la figura jurídica de la expropiación y el pago justo a los comuneros o ejidatarios por las tierras.

Ya lo he dicho antes y sigo reiterándolo: La presa La Parota no solo será un vaso de agua contenida, sino que generará electricidad en primer lugar y de ahí se derivarían miles de empleos en la propia construcción para los lugareños. Se podría generar granjas de animales acuáticos (peces, langostinos , camarones etc.) para alimentos de los campesinos y para la venta tanto en mercados o en pequeños paradores donde se ubiquen restaurantes junto a la presa.

Se puede crear el negocios de recorridos en embarcaciones de recreo sin motor y de pesca deportiva. De igual manera si se mantiene limpia, sería un estanque para el buceo en agua dulce. Los beneficios tanto generales como particulares serían enormes para los acapulqueños, la Federación y los lugareños.

El agua bien administrada refrescaría la sed de los habitantes de Acapulco. No podemos seguir impávidos sin poder lavar la ropa, lavar trastes , limpiar la casa, para el WC y menos para padecer la sed.

En unos cuantos años este problema va a generar conflictos internos de sangre y a nivel mundial guerras. El agua es un elemento estratégico. O hacemos algo ya o nos alcanzará el destino más pronto de lo que se calcula.