/ sábado 1 de mayo de 2021

100 años del escudo y lema de la UNAM

Los universitarios que tuvimos el alto honor y hasta la suerte de estudiar en la máxima casa de estudios del país, estamos de manteles largos festejando los 100 años de haberse aprobando el escudo y lema de la otrora Universidad Nacional de México, hoy Universidad Nacional Autónoma de México.

Fue el 27 de abril de 1921 cuando se aprobó el escudo de la Universidad Nacional de México ideado por su entonces rector José Vasconcelos Calderón, que originalmente lo concibió con el lema: Por mi raza hablará el espíritu “santo”, aunque por razones políticas propias de esos momentos históricos convulsionados y de cambio en nuestro país, tuvo que abstenerse de colocar la palabra “santo”, quedando en sólo un “espíritu” , con el que quedaba patentizado para él, la presencia de Dios, cuyo nombre estaba prohibido pronunciar oficialmente por la nueva constitución política de 1917 que así lo exigía, según lo aclaró su autor muchos años después, manifestando que para él no había otro espíritu válido que el Espíritu Santo (tercera persona de la Santísima Trinidad ).

Esta aclaración forma parte de su discurso “Los motivos del Escudo” que pronunció ante la Confederación Nacional de Estudiantes y cuyo texto aparece en su libro ““En el ocaso de mi vida”. El escudo pues, se imprimió con la leyenda “Por mi raza hablará el Espíritu” que está conformado por el ave bicéfala: el Águila mexicana (águila real) y el Cóndor Andino, que enmarcan el mapa de la America latina, desde la frontera norte de México hasta Cabo de Hornos, que representa la unión de los iberoamericanos.

Abajo del escudo, los volcanes Popocatépetl y el Iztaccíhuatl, así como el nopal como una alegoría. El continente nuevo y antiguo que contendría a la raza quinta: “la raza cósmica” en la cual se fundirían las dispersas y se consumaría la unidad.

La motivación según el “Maestro de America” fue la de una cultura de tendencias nuevas, de esencia espiritual y libérrima. Pretendía pues significar que despertábamos de una larga noche de opresión .

Así la Universidad Nacional de México sería el símbolo de la historia de la América española, su cultura y pensamiento. Sería el recinto del conocimiento que iluminaría el destino de México.

La Universidad Nacional Autónoma de México, como hoy la conocemos, mantuvo el escudo y el lema como fue publicado para orgullo de los mexicanos y sobretodo de los universitarios que vemos en ella él campus fértil de la libertad de expresión y las ideas.

Su escudo lo llevamos tatuado en nuestro pensamiento y corazón los miles de universitarios que hemos pasado por sus aulas abrevando del conocimiento de hombres sabios que no escatiman su conocimiento y experiencia para nutrir al alumnado ávido que los escucha.

Cien años han pasado desde que se autorizó el emblema el cual sigue inmaculado y más brillante, dando identidad al estudiantado en el cual cífranos la esperanza de un México moderno y libre.

Los universitarios que tuvimos el alto honor y hasta la suerte de estudiar en la máxima casa de estudios del país, estamos de manteles largos festejando los 100 años de haberse aprobando el escudo y lema de la otrora Universidad Nacional de México, hoy Universidad Nacional Autónoma de México.

Fue el 27 de abril de 1921 cuando se aprobó el escudo de la Universidad Nacional de México ideado por su entonces rector José Vasconcelos Calderón, que originalmente lo concibió con el lema: Por mi raza hablará el espíritu “santo”, aunque por razones políticas propias de esos momentos históricos convulsionados y de cambio en nuestro país, tuvo que abstenerse de colocar la palabra “santo”, quedando en sólo un “espíritu” , con el que quedaba patentizado para él, la presencia de Dios, cuyo nombre estaba prohibido pronunciar oficialmente por la nueva constitución política de 1917 que así lo exigía, según lo aclaró su autor muchos años después, manifestando que para él no había otro espíritu válido que el Espíritu Santo (tercera persona de la Santísima Trinidad ).

Esta aclaración forma parte de su discurso “Los motivos del Escudo” que pronunció ante la Confederación Nacional de Estudiantes y cuyo texto aparece en su libro ““En el ocaso de mi vida”. El escudo pues, se imprimió con la leyenda “Por mi raza hablará el Espíritu” que está conformado por el ave bicéfala: el Águila mexicana (águila real) y el Cóndor Andino, que enmarcan el mapa de la America latina, desde la frontera norte de México hasta Cabo de Hornos, que representa la unión de los iberoamericanos.

Abajo del escudo, los volcanes Popocatépetl y el Iztaccíhuatl, así como el nopal como una alegoría. El continente nuevo y antiguo que contendría a la raza quinta: “la raza cósmica” en la cual se fundirían las dispersas y se consumaría la unidad.

La motivación según el “Maestro de America” fue la de una cultura de tendencias nuevas, de esencia espiritual y libérrima. Pretendía pues significar que despertábamos de una larga noche de opresión .

Así la Universidad Nacional de México sería el símbolo de la historia de la América española, su cultura y pensamiento. Sería el recinto del conocimiento que iluminaría el destino de México.

La Universidad Nacional Autónoma de México, como hoy la conocemos, mantuvo el escudo y el lema como fue publicado para orgullo de los mexicanos y sobretodo de los universitarios que vemos en ella él campus fértil de la libertad de expresión y las ideas.

Su escudo lo llevamos tatuado en nuestro pensamiento y corazón los miles de universitarios que hemos pasado por sus aulas abrevando del conocimiento de hombres sabios que no escatiman su conocimiento y experiencia para nutrir al alumnado ávido que los escucha.

Cien años han pasado desde que se autorizó el emblema el cual sigue inmaculado y más brillante, dando identidad al estudiantado en el cual cífranos la esperanza de un México moderno y libre.