/ jueves 6 de junio de 2024

Victoria electoral inobjetable

Hasta el momento en que escribo este artículo la suma de los votos, en los 300 distritos electorales, daban a Claudia Sheinbaum más de 35 millones de sufragios; muy atrás, Xóchitl Gálvez con un poco más de 16 millones y Jorge Álvarez, con más de 6 millones.

Es contundente la victoria de la candidata de MORENA. Quienes aducen fraude no solo son irresponsables, sino que olvidan que los votos se recibieron y contaron en casillas integradas por nuestros respectivos vecinos, en presencia de representantes de partidos, observadores electorales y ciudadanos que quisimos estar presente.

Quienes votamos por la otra coalición podemos estar tristes, molestos, no estar de acuerdo en que continúe la destrucción del país, pero hay que reconocer que fue una elección organizada por el INE, en forma libre y democrática. Quiero subrayar aquí que los actos de los órganos electorales echan por tierra, una vez más, los falaces argumentos que desde el poder se han hecho contra estas instituciones (la federal y las locales).

Quienes sufragamos por la alternativa de PAN, PRI, PRD fuimos superados por 19 millones de votos más. Y me atrevo a asegurar que también está la pesada loza, en nuestra contra, de 42 millones de abstencionistas que prefirieron que otros decidieran por ellos (el listado nominal es de un poco más de 99 millones de electores). También, mucho tiene que ver que una gran parte de la población no lee, no se informa ni le interesa informarse de datos económicos, estadísticos, para saber el rumbo que lleva el país.

Escrito lo anterior, no deja de haber sido un proceso electoral inequitativo por la intervención ilegal del presidente López, ocupando toda la fuerza y recursos de su gobierno en favor de quien, sin duda, será la próxima presidente de México (conferencias mañaneras, “siervos de la nación” operando electoralmente desde hace tres años, los apoyos del bienestar a personas de la tercera edad y a los jóvenes, etcétera.

Solo queda esperar que, del cómputo en los distritos, no resulte un número de diputados y senadores de MORENA que puedan conformar la “mayoría calificada” en el Congreso -como se informó en forma preliminar (MORENA, PT y VERDE están sobrerepresentados, de conformidad con el art. 54 de la Constitución- porque entonces seremos testigos de la destrucción total de instituciones autónomas, de la división de poderes, de la economía, la educación, la tecnología, la ciencia, las libertades y derechos de los individuos que habitamos este país.

Guillermo Prieto, prócer de la Reforma, ministro de Hacienda con Mariano Arista, Juan Álvarez y Benito Juárez, opinaba que solo debían votar quienes “cargan” con la nación. Así, no sufragaría tanto irresponsable.

Hasta el momento en que escribo este artículo la suma de los votos, en los 300 distritos electorales, daban a Claudia Sheinbaum más de 35 millones de sufragios; muy atrás, Xóchitl Gálvez con un poco más de 16 millones y Jorge Álvarez, con más de 6 millones.

Es contundente la victoria de la candidata de MORENA. Quienes aducen fraude no solo son irresponsables, sino que olvidan que los votos se recibieron y contaron en casillas integradas por nuestros respectivos vecinos, en presencia de representantes de partidos, observadores electorales y ciudadanos que quisimos estar presente.

Quienes votamos por la otra coalición podemos estar tristes, molestos, no estar de acuerdo en que continúe la destrucción del país, pero hay que reconocer que fue una elección organizada por el INE, en forma libre y democrática. Quiero subrayar aquí que los actos de los órganos electorales echan por tierra, una vez más, los falaces argumentos que desde el poder se han hecho contra estas instituciones (la federal y las locales).

Quienes sufragamos por la alternativa de PAN, PRI, PRD fuimos superados por 19 millones de votos más. Y me atrevo a asegurar que también está la pesada loza, en nuestra contra, de 42 millones de abstencionistas que prefirieron que otros decidieran por ellos (el listado nominal es de un poco más de 99 millones de electores). También, mucho tiene que ver que una gran parte de la población no lee, no se informa ni le interesa informarse de datos económicos, estadísticos, para saber el rumbo que lleva el país.

Escrito lo anterior, no deja de haber sido un proceso electoral inequitativo por la intervención ilegal del presidente López, ocupando toda la fuerza y recursos de su gobierno en favor de quien, sin duda, será la próxima presidente de México (conferencias mañaneras, “siervos de la nación” operando electoralmente desde hace tres años, los apoyos del bienestar a personas de la tercera edad y a los jóvenes, etcétera.

Solo queda esperar que, del cómputo en los distritos, no resulte un número de diputados y senadores de MORENA que puedan conformar la “mayoría calificada” en el Congreso -como se informó en forma preliminar (MORENA, PT y VERDE están sobrerepresentados, de conformidad con el art. 54 de la Constitución- porque entonces seremos testigos de la destrucción total de instituciones autónomas, de la división de poderes, de la economía, la educación, la tecnología, la ciencia, las libertades y derechos de los individuos que habitamos este país.

Guillermo Prieto, prócer de la Reforma, ministro de Hacienda con Mariano Arista, Juan Álvarez y Benito Juárez, opinaba que solo debían votar quienes “cargan” con la nación. Así, no sufragaría tanto irresponsable.