/ domingo 2 de julio de 2023

Un "Gran Patrimonio a la Cultura Guerrerense" en Acapulco

Sin tanto preámbulo, y antes de que el Presidente retire el Presupuesto de la Federación destinado al proyecto de un nuevo hospital del ISSSTE, por los dimes, diretes e intereses.

El espacio donde se encuentra el Centro Internacional Acapulco (CIA) debe ser un "Gran Patrimonio a la Cultura Guerrerense".

Estático, pero con vida y pletórico de costumbre; moderno, pero incrustadas las generaciones que erigieron nuestro Estado. Un obsequio para los Centennial o Milennial, pero con tradición. Una reestructuración arquitectónica del Siglo 21, con la transformación de una tendencia que nos sitúe como una Región Mágica.

Necesitamos generar más empleos, que circule la economía. Una plataforma permanente que nos integre nuevamente, al mundo y al país. Vamos por todo y con todo.

Concentrar un bastión en el Sur de México. Donde esté presente la mente y mano de la obra textil, de artesanos, orfebres, dibujantes, escultores, pintores, bailarines, danzantes, actores, actrices, cantantes, músicos, todo hacedor de arte y también ambientalistas. Que nos apasionemos con la gastronomía, desde frutas y verduras endémicas, hasta los originales quesos, carne, chorizo, chilate, bolillo con relleno, ceviche, huachinango al mojo, pescadillas, y alimentos orgánicos como el coco, tamarindo, mango, limón y mil cosas más.

Es tiempo de otro espacio con museos, muestras de plata y oro, atractivos preshispánicos, obras itinerantes nacionales e internacionales. Hagamos un "Paseo de los Ciudadanos" y una entrega de "Reconocimientos al Mérito Cultural y Ambiental".

Unamos a los productores de todas las regiones de nuestra entidad que se concentren de manera diaria. Que quede claro que ahí deben persistir las bellas artes de todos los estratos sociales.

Que toda esa mole que vio pasar infinidad de celebridades y eventos a lo largo de sus 50 años y sus 15 hectáreas, renazca, no como un mercado sobre ruedas, no como un tianguis, ni como una tienda de autoservicio, ni una franquicia, sino como un Símbolo de Guerrero.

Un rediseño en múltiples escalas, en los salones, salas, en todas las áreas, teatros y cada ángulo del Centro Cultural de Convenciones y Exposiciones de Acapulco. Zonas que ofrezcan gratitud, empatía y lo mejor de las costas Grande y Chica, Centro, Montaña, Sierra, Norte, Tierra Caliente y Acapulco.

Hagamos proezas, no promesas.

Esa es mi propuesta.

Sin tanto preámbulo, y antes de que el Presidente retire el Presupuesto de la Federación destinado al proyecto de un nuevo hospital del ISSSTE, por los dimes, diretes e intereses.

El espacio donde se encuentra el Centro Internacional Acapulco (CIA) debe ser un "Gran Patrimonio a la Cultura Guerrerense".

Estático, pero con vida y pletórico de costumbre; moderno, pero incrustadas las generaciones que erigieron nuestro Estado. Un obsequio para los Centennial o Milennial, pero con tradición. Una reestructuración arquitectónica del Siglo 21, con la transformación de una tendencia que nos sitúe como una Región Mágica.

Necesitamos generar más empleos, que circule la economía. Una plataforma permanente que nos integre nuevamente, al mundo y al país. Vamos por todo y con todo.

Concentrar un bastión en el Sur de México. Donde esté presente la mente y mano de la obra textil, de artesanos, orfebres, dibujantes, escultores, pintores, bailarines, danzantes, actores, actrices, cantantes, músicos, todo hacedor de arte y también ambientalistas. Que nos apasionemos con la gastronomía, desde frutas y verduras endémicas, hasta los originales quesos, carne, chorizo, chilate, bolillo con relleno, ceviche, huachinango al mojo, pescadillas, y alimentos orgánicos como el coco, tamarindo, mango, limón y mil cosas más.

Es tiempo de otro espacio con museos, muestras de plata y oro, atractivos preshispánicos, obras itinerantes nacionales e internacionales. Hagamos un "Paseo de los Ciudadanos" y una entrega de "Reconocimientos al Mérito Cultural y Ambiental".

Unamos a los productores de todas las regiones de nuestra entidad que se concentren de manera diaria. Que quede claro que ahí deben persistir las bellas artes de todos los estratos sociales.

Que toda esa mole que vio pasar infinidad de celebridades y eventos a lo largo de sus 50 años y sus 15 hectáreas, renazca, no como un mercado sobre ruedas, no como un tianguis, ni como una tienda de autoservicio, ni una franquicia, sino como un Símbolo de Guerrero.

Un rediseño en múltiples escalas, en los salones, salas, en todas las áreas, teatros y cada ángulo del Centro Cultural de Convenciones y Exposiciones de Acapulco. Zonas que ofrezcan gratitud, empatía y lo mejor de las costas Grande y Chica, Centro, Montaña, Sierra, Norte, Tierra Caliente y Acapulco.

Hagamos proezas, no promesas.

Esa es mi propuesta.