Una de las mayores alegrías de las personas adultas es la felicidad de las y los niños, una tarea colectiva y de todos los días.
A seis meses del paso de Otis, las secuelas de la tormenta emocional aún pueden estar presentes en las y los menores de edad, manifestarse en reacciones de preocupación o miedo a separarse de su familia.
El impacto emocional de los desastres naturales coloca en vulnerabilidad a niñas y niños ante ansiedad, estrés, tristeza, depresión, confusión o desorientación.
Los efectos se manifiestan generalmente en aislamiento, silencio, irritabilidad, agresividad, dificultades para dormir o cambios en el apetito.
Este 30 de abril una forma de celebrarles es la atención de sus emociones, tener presente que el tiempo no siempre es el encargado de sanarles, y de ser necesario acercarles apoyo especializado.
En la Línea de Seguridad o Chat de Confianza, 55 5533 5533, del Consejo Ciudadano de la Ciudad de México proporcionamos atención psicológica gratuita a todo el país, diario y a cualquier hora. Desde 2019 hemos contribuido a la recuperación de la armonía emocional de casi 43 mil niñas y niños.
Acapulco, en términos generales, presenta una atmósfera de confianza ante la rehabilitación de las actividades, fortalecida con la celebración de eventos deportivos y de negocios o la llegada de cruceros, los cuales se pensaba no iban a ocurrir.
En este contexto es imprescindible procurar e impulsar el bienestar físico y emocional de las niñas y niños. Compartirles testimonios y avances sobre la recuperación puede ayudar a mantener la esperanza y positividad.
Cuando vemos a una persona reírse, más si se trata de un infante, nuestro cerebro activa una respuesta automática y nos contagia esa alegría. Esta reacción se conoce como "reflejo de la sonrisa". Fomentémosla en las y los niños.
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