/ martes 1 de junio de 2021

Acción ambiental

En pleno Siglo XXI, una de las luchas más importantes a las que la comunidad internacional ha dedicado relevantes e imprescindibles foros de discusión radica en la importancia de cuidar el medio ambiente, como un rubro que cada día adquiere mayor relevancia ante la preocupante tendencia que se presenta en deterioro de nuestro planeta.

Al respecto, en días recientes, fuimos testigos de la noticia de que el iceberg más grande del mundo se desprendió dela Antártida, de un tamaño tres veces mayor que la Ciudad de México. Aunado a lo anterior, no es un hecho menor, que de acuerdo con información de la Oficina Meteorológica Mundial de la Organización de las Naciones Unidas el calentamiento del planeta podría temporalmente superar en los próximos cinco años los 1.5º C, es decir, el primer límite fijado por la comunidad internacional en la lucha contra el cambio climático.

Dicho panorama da cuenta de la compleja situación a la que nos dirigimos. Por tales motivos, en otros países, la implementación de energías limpias se ha convertido en una directriz fundamental en la definición e instrumentación de las políticas públicas.

Muestra de ello es que con la llegada de Joe Biden a la presidencia de los Estados Unidos de América, nuestro vecino del norte ha puesto en marcha un ambicioso plan para que ese país logre una economía de energía limpia al 100% y alcance emisiones netas cero a más tardaren 2050, destacando como medidas realizar una inversión histórica en energía limpia e investigación e innovación climática; asimismo, busca incentivar el uso rápido de innovaciones de energía limpia en toda la economía, especialmente en las comunidades más afectadas por el cambio climático.

Sin embargo, nuestro país dista mucho de alcanzar metas similares. De hecho, lamentablemente el gobierno federal en turno ni siquiera cuenta con un plan integral o especializado que ponga aMéxico a la vanguardia en materia de cuidado al medio ambiente, pues la agresiva política pública de construir un Tren en medio de reservas naturales o una refinería sin considerar el impacto ambiental, ha dejado a nuestro país ala deriva, incumpliendo no sólo normatividad especializada como la Ley de Transición Energética, sino también instrumentos internacionales como elAcuerdo de París.

Estos últimos ordenamientos buscan frenarlos impactos del calentamiento global, con la puesta en marcha de una serie de políticas públicas encaminadas a generar energías limpias que reviertan la perniciosa tendencia.

Bajo esta tesitura, resulta indispensable exhortar al gobierno mexicano a que deje a un lado intereses faraónicos y marcadamente político-electorales, para sumir las responsabilidades que debe cumplir en materia ambiental, con la aplicación de un integral plan de transición energética que tenga como eje transversal la adopción de esquemas de energías limpias.

Cierto es que el cuidado del medio ambiente no es un tema que implique exclusivamente obligaciones para el aparato gubernamental, pues la preservación del mismo es un ineludible compromiso que atañe a todos los habitantes del planeta. Por ello, previo a que los costos ecológicos sean más caros, es momento de actuar en favor del ambiente.

En pleno Siglo XXI, una de las luchas más importantes a las que la comunidad internacional ha dedicado relevantes e imprescindibles foros de discusión radica en la importancia de cuidar el medio ambiente, como un rubro que cada día adquiere mayor relevancia ante la preocupante tendencia que se presenta en deterioro de nuestro planeta.

Al respecto, en días recientes, fuimos testigos de la noticia de que el iceberg más grande del mundo se desprendió dela Antártida, de un tamaño tres veces mayor que la Ciudad de México. Aunado a lo anterior, no es un hecho menor, que de acuerdo con información de la Oficina Meteorológica Mundial de la Organización de las Naciones Unidas el calentamiento del planeta podría temporalmente superar en los próximos cinco años los 1.5º C, es decir, el primer límite fijado por la comunidad internacional en la lucha contra el cambio climático.

Dicho panorama da cuenta de la compleja situación a la que nos dirigimos. Por tales motivos, en otros países, la implementación de energías limpias se ha convertido en una directriz fundamental en la definición e instrumentación de las políticas públicas.

Muestra de ello es que con la llegada de Joe Biden a la presidencia de los Estados Unidos de América, nuestro vecino del norte ha puesto en marcha un ambicioso plan para que ese país logre una economía de energía limpia al 100% y alcance emisiones netas cero a más tardaren 2050, destacando como medidas realizar una inversión histórica en energía limpia e investigación e innovación climática; asimismo, busca incentivar el uso rápido de innovaciones de energía limpia en toda la economía, especialmente en las comunidades más afectadas por el cambio climático.

Sin embargo, nuestro país dista mucho de alcanzar metas similares. De hecho, lamentablemente el gobierno federal en turno ni siquiera cuenta con un plan integral o especializado que ponga aMéxico a la vanguardia en materia de cuidado al medio ambiente, pues la agresiva política pública de construir un Tren en medio de reservas naturales o una refinería sin considerar el impacto ambiental, ha dejado a nuestro país ala deriva, incumpliendo no sólo normatividad especializada como la Ley de Transición Energética, sino también instrumentos internacionales como elAcuerdo de París.

Estos últimos ordenamientos buscan frenarlos impactos del calentamiento global, con la puesta en marcha de una serie de políticas públicas encaminadas a generar energías limpias que reviertan la perniciosa tendencia.

Bajo esta tesitura, resulta indispensable exhortar al gobierno mexicano a que deje a un lado intereses faraónicos y marcadamente político-electorales, para sumir las responsabilidades que debe cumplir en materia ambiental, con la aplicación de un integral plan de transición energética que tenga como eje transversal la adopción de esquemas de energías limpias.

Cierto es que el cuidado del medio ambiente no es un tema que implique exclusivamente obligaciones para el aparato gubernamental, pues la preservación del mismo es un ineludible compromiso que atañe a todos los habitantes del planeta. Por ello, previo a que los costos ecológicos sean más caros, es momento de actuar en favor del ambiente.