Verdaderas obras de arte y arquitectura que se construyeron hace más de un siglo son algunas de las tumbas que se encuentran en el panteón de Chilpancingo, sin embargo por el abandono, la falta de mantenimiento, y las irregularidades administrativas, las tumbas podrían desaparecer y quedarse sin siquiera ser catalogadas como patrimonio de la ciudad.
Las tumbas más antiguas del panteón de Chilpancingo se encuentran alrededor de las tercera líneas de sepulturas, pues las dos primeras originalmente fueron un área verde que en los años 90 se vendieron y se poblaron dejando escondidas las tumbas que datan desde 1890.
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En estas tumbas se pueden apreciar verdaderas obras de arte del tallado de cantera y otros materiales pétreos que se usaron para tallarlos, y obtener lápidas que se colocaron sobre las tumbas.
También se tiene obras importantes de herrería, que evidentemente fue forjada a mano y se unió con remaches sin ninguna soldadura, además de que esas estructuras fueron elaboradas con metales de tan buena calidad que perduran hasta el momento y aún el óxido no ha logrado extinguirlas.
La mayoría de estas tumbas no reciben visita en estas fechas de Día de Muertos, porque son personas que murieron hace más de un siglo y han pasado varias generaciones y quienes los conocieron ya no se encuentran en este mundo.
Las cruces que aún persisten de la época de inicios del siglo 19, también son dignas de ver el ingenio con que se hicieron, pues muchas de ellas se usó tubería de agua potable, y una T para acoplar las piezas luego solamente se adornaban con formas metálicas ornamentales y se les unían con remaches.
Por la antigüedad de estas piezas, las autoridades gubernamentales de la federación, el estado y el municipio, deberían impulsar campañas de protección, de restauración y mantenimiento a fin de preservar las lápidas que son obras de arte que futuras generaciones podrían no llegar a conocer si en este momento no se proyecta su atención integral.