Los movimientos de sus manos son ágiles y en cuestión de minutos elabora pulseras el artesano, José Luis, que después vende en las calles que recorre desde La Sabana a la Unidad Habitacional El Coloso.
Sentado en una banqueta y a su lado un muestrario de diferentes formas de pulseras, José Luis, elabora en cuestión de minutos estas prendas artesanales.
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Utilizando como herramienta unas tijeras, tela, aguja, hilo y plástico, con gran destreza hace los cortes y después empieza a tejer, hasta terminar la pulsera.
Sin dejar de trabajar, revela que toda su vida se ha dedicado a la artesanía y aprendió el oficio en un pueblito del municipio de Taxco de Alarcón.
Pero emigró al puerto de Acapulco, con el sueño de mejorar sus condiciones de vida, al lado de su esposa, con quien vive en el poblado de La Sabana.
Todos los días salgo de mi casa a vender mis pulseras, a 35 pesos la prenda, pero si quieren que lleve su nombre les cuesta 55 pesos, dice.
Para esto tiene que caminar desde el Crucero de Cayaco al Coloso, en donde tiene ventas, pero no va a las playas ni al centro de la ciudad.
Dijo que antes, su hermano le enseñó a tejer la palma y hacía figuras de todo tipo, hasta que decidió buscar nuevos aires y llegó al puerto de Acapulco para quedarse y que aquí quiere que nazcan sus hijos.
