En la liturgia católica a la Epifanía se le atribuye el concepto de “Gloria de Dios”, su manifestación o presencia en la Tierra; también se refiere a la entrada de Cristo en el mundo (Cartas Paulinas)y semeja a un emperador que viene a tomar posesión de su reino (latín:adventus, de ahí el tiempo de Adviento como preparación a la Navidad).
Las sagradas escrituras también la asocian con la historia de los Reyes Magos y a la aparición de la Estrella de Belén que los guiaría hasta el sitio donde nacería Jesucristo el Mesías, por ello su fecha está referida al 6 de enero (Mateo 2, 1-12), es decir, “la adoración de los Reyes Magos al Niño Jesús”. Esto ha propiciado una serie de conjeturas con la fecha del nacimiento de Jesús, porque aún se tienen dudas al respecto. Al decir de los estudiosos, existen 136 fechas diferentes; lo que, de ser así, originaría una serie de desacuerdos que,finalmente, los católicos de hoy no lo acepten. La celebración de la Natividad el 6 de enero, lo sigue haciendo la iglesia ortodoxa en algunos lugares de Grecia, Siria y Etiopía. Otra versión es que “San Clemente de Alejandría escribió que ciertos teólogos egipcios habían determinado que Jesús nació un 20 de abril o el 6 de enero”, sin que a la fecha existan registros de ello.
La realidad es que el 25 de diciembre fue adoptado por el Papa Julio I, en el siglo IV, como fecha de Navidad: según él,para “restar importancia a algunos ritos paganos que se celebraban en la misma fecha, por ejemplo, las festividades saturnales destinadas a Saturno-Cronos, un antiguo dios romano de la agricultura y la fertilidad; así como las fiestas en honor a Baco; misma fecha que los soldados romanos festejaban a Mitra, un dios védico cuyo culto se originó en la India y se extendió por Persia y alcanzó Roma.”
Otra noticia importante es que el 25 de diciembre también se celebraba el "Dies Natalis Invicti Solis" (día del nacimiento del Sol invicto), según Jesús Gerardo Rodríguez Flores, de la Sociedad Astronómica de la Laguna (México), es una fecha de alegría establecida por el emperador Aureliano hacia el año 274, cuya importancia radica en que“hacia el 21 de diciembre tiene lugar el Solsticio de invierno, la palabra solsticio proviene del latín ‘stare’, que significa detenerse. Ese día el Sol alcanza su punto más declinante hacia el sur y las noches son más largas (simbólicamente, las tinieblas vencen a la luz divina). Pero después de un corto periodo, el Sol remonta rumbo a la primavera con lo cual cada día las noches serán más cortas y la luz predomina. Esto simbolizaba para los antiguos un ciclo de pasión, muerte y resurrección en la cual la luz divina o la deidad solar vencía a las tinieblas del mal. Y no me negaran el divino simbolismo solar de se le ha atribuido a Cristo... Fue así como se escogió el 25 dediciembre como la Navidad, pues era el nacimiento de un nuevo sol que con su luz se abriría paso entre las tinieblas...”
Otras discrepancias —dice el investigador— se encuentran en que “cuando se uniformizaron los calendarios de oriente y occidente, Dionisio el Exiguo fijó la fecha del nacimiento de Cristo hacia el año 753 de la fundación de Roma. Pero no tomó en cuenta un pequeño detalle:¡Herodes el Grande había muerto en el 750, cuatro años antes! Es obvio que el venerable monje cometió un soberano resbalón. Con ello, Cristo debió nacer hacia el 748 o 749 de la fundación de Roma, uno o dos años antes. Luego es de suponerse que el año del nacimiento de Cristo se remonta al año 6 antes denuestra era…”
¿Qué fue la estrella de Belén? Se pregunta Jesús Gerardo Rodríguez, y nos dice que sobre esta luz del cielo que guió a los Reyes Magos camino de Belén, existen muchas versiones, y se refiere en una de ellas como “estrella espontánea y de origen divino”; en otra, de mejor lógica, que la estrella de Belén pudo ser un cometa muy luminoso que surcó los cielos de la época o una estrella que explotó como una colosal supernova. Sin embargo,afirma, estas hipótesis se debilitan porque no existe registro de ningún cometa luminoso en aquella época y, además, de que los antiguos tenían como portadores de catástrofes a este tipo de meteoros; tampoco se sabe de una explosión de supernova para esa época.
Por otro lado, refiere que los textos evangélicos utilizan la palabra latina "stella" que significa indistintamente estrella, grupo de estrellas, constelación o conjunción, es decir, que pudiera tratarse de una conjunción de estrellas o planetas.“Basándonos en esta hipótesis —abunda el astrónomo— todo es cuestión de utilizar una computadora con el programa adecuado para localizar una conjunción importante que haya sido presente entre los años 8 y 6 antes de nuestra era. Lo que dio como resultado una curiosa conjunción que tuvo lugar en el Cercano y Medio Oriente. El Sol, la Luna y cuatro planetas, los más brillantes del firmamento, se reunieron prácticamente en la constelación de Piscis. Allí encontramos al Sol y la Luna siendo escoltados por los planetas Júpiter,Saturno y Venus. Todos ellos en la constelación de Piscis. Mientras que en la vecindad se encuentra Mercurio en la frontera entre Piscis y Acuario. ¡Esta es la ‘Stella de Belén’! ¡En otras palabras, La conjunción de Belén!”
Pero no sólo eso, sino que le agrega una fecha: el primero de marzo del año 7 antes de nuestra era. Y habla de la posibilidad de que Jesucristo haya nacido aproximadamente hacia esa fecha.Porque, según él, “solamente el evangelista San Mateo lo reportara, y no existen más escritos al respecto en la región. Esto se explicaría con nuestra conjunción fácilmente, pues al participar el Sol de esta conjunción, es obvio que ni Piscis, ni la luna y los planetas serían visibles durante el día y por lo tanto solo los sabios versados en astronomía y astrología tendrían conocimiento de tan inusual acontecimiento.”
Esto se relaciona, además, en que otros historiadores aseguran que los Reyes Magos probablemente provenían de Persia, y que eran capaces de calcular cuándo ocurriría una conjunción de este tipo.Además, como en Persia predominaba la religión de Zoroastro, “los Magos de oriente seguramente relacionaron la conjunción con una profecía de Zoroastro sobre la venida del Mesías, que junto con los textos de los profetas hebreos—principalmente Miqueas— señalaban que el mesías nacería en Belén de Judá. Mucho tiempo después de haber desarrollado mis simulaciones, me enteré que dicha conjunción había sido sugerida como ‘estrella de Belén’, nada menos que por Johannes Kepler hacia el año 1606. La única diferencia es que Kepler pudo tardar años haciendo cálculos para encontrar dicho ‘portento celeste’, mientras que yo sólo necesité unos pocos minutos con una computadora. Y para concluir el último dato: la Conjunción de Belén tuvo lugar sobre la constelación del Piscis, en un periodo en el cual los astrónomos-astrólogos de la antigüedad consideraban se iniciaba la era de Piscis, y de allí su influencia en la religión que predominaría para esta era. Piscis simboliza el pez, un símbolo que caracteriza a la religión cristiana. ¡Y Jesucristo es el pescador de hombres...!”
Finalmente, estimados cibernautas, lo más importante de nuestra participación en las fiestas decembrinas es que nos ha permitido, otra vez, el acercamiento familiar, la convivencia con los amigos y los seres queridos y el renuevo de esperanzas en otro nuevo año que esperamos no nos traiga una nueva pandemia, que nos permita trabajar en paz y que, por lo menos, nos depare salud y bienestar. Y, como los niños que esperan su regalo de reyes, creer y celebrar el 6 de enero de cada año como el día de la Epifanía del Señor, participar de esa festividad en la que se recuerda la adoración de la que fue objeto el niño Jesús por parte de los tres Reyes Magos, como signo del reconocimiento del salvador de la humanidad o del mundo que hemos venido deteriorando.