/ martes 22 de noviembre de 2022

El Machete Costeño | El Día del Músico y de Santa Cecilia

El Maestro Leonardo Orbe, del Barrio de San Bartolo, en Tecpan, por muchos años mantuvo una orquesta unida que amenizaba las bodas de antaño

Al artífice de las corcheas de una trompeta en si bemol, creador de músicos y de música, el que agitaba la paz del barrio (y del pueblo) con su orquesta de cinco saxofones, cuatro trompetas, dos trombones, dos guitarras acústicas, batería, bajo conga y bongó, amortajado en melodías antiguas que todavía impregnan los aires tecpanecos, se lo llevó un cortejo de amigos y parientes camino del cementerio.

Hablo del Maestro Leonardo Orbe,del Barrio de San Bartolo, en Tecpan, quien por muchos años mantuvo una orquesta unida que amenizaba las bodas de antaño, en que destacaban melodías difíciles, amenas, románticas como Tardes de lluvia, Te quiero, linda mentirosa, Una traición, Eternamente mía y el Mambo N° 13, entre otras. Quien no sólo formó una orquesta de gran prestigio sino una generación de músicos que mantienen hoy el acervo musical del pueblo. En esta orquesta estuvieron,aprendieron, se perfeccionaron en los saxofones altos, Carlos de La O, Leonel Valencia y Pablo Galeana Ojeda; en el sax barítono y el sax tenor, Macario Luviano Ruiz, el gran maestro; en los trombones, Silvino Villegas, Julián Ríos,Pedro Rosas (La Papuja) y Gildardo Patricio Texta (Gila); en las guitarras,Delfino de La O (La Lira), Ricardo Abarca Serna, Esteban Martínez y Urbano Nepomuceno; en el contrabajo o el tololoche, Agustín Galeana y Amadeo de La O;en la batería y bongó, Esteban y Sixto Martínez, respectivamente; en las maracas, Pedro Maracas y en las trompetas, Ezequiel de La Cruz (Cheque),Leopoldo reyes Gutiérrez (Bolo) y Leonardo (Nayo) Orbe quien, además, era el director.

Macario Luviano y sus hijos./ Foto: Cortesía Ramón Sierra

Al decir de sus amigos, que lo trataron y convivieron con él en el asunto de las corcheas, “era un músico entregado a su arte, de extracción humilde, sencillo y modesto, con un talento fuera de serie para interpretar uno de los instrumentos más difíciles: la trompeta en Si Bemol.” Y, de acuerdo con Macario Luviano con calidad profesional en la materia, dice que era “un instrumento sumamente agresivo,exigente, percusivo; una trompeta algunas veces melodiosa, sutil, suave,romántica, alegre, jocosa, de apoyo a ciertos pasajes fuertes en una orquesta,como solista en frases aletargadas y dormilonas o en pasajes de gran ejecución y depurada técnica.” Una orquesta de tantos instrumentos como maestros, era muy difícil conservar; pero Nayo supo remar contra viento y marea en los difíciles momentos de la indisciplina, falta de ética profesional, posturas irrespetuosas, de mal carácter y etílicas, que además supo, finalmente,mantenerla vigente por muchísimos años a pesar de las desbandadas y las vicisitudes. Finalmente, Macario agrega que “con sus parientes cercanos, un punto a su favor, y el barrio de La Capilla (semillero de músicos), donde todos vivían, —otro punto a su favor— aseguraba la participación de los saxofones con Leno Orbe y Daniel, su cuñado Gila en el trombón, con la versatilidad de Fabián Orbe tenía asegurados el saxofón alto y el tenor, la batería, guitarra y trompeta; y con Amancio y Nico Orbe en guitarra y conga, respectivamente… Sin embargo, a pesar del apoyo de su familia, el maestro Nayo quiso siempre cobijara otros músicos y fortalecer su orquesta, que actualmente ya no existe. Así, agrupó en ella a José espino y Chucho El Papa, de Tenexpa; Santos Moreno y Valdemar Núñez de San Luis; Esteban Solís, de Nuxco; Roberto Calderón de Tetitlán;Lenchito Radilla, de Santa María y a Bertoldo Valdés, de Tierra Caliente…”

Por ello, en este Día de Santa Cecilia, Patrona de los Músicos, queremos felicitar a todos estos maestros denota y solfeo. Algunos, en su mayoría, se encuentran en el cielo compartiendo la música con Santa Cecilia, virgen y mártir. Luego vino la “nueva generación”,también con buenos músicos, como José Antonio (Tamboya), El Piquilín, Kiko,Amancio y el hijo del Profe Yiyo, entre otros, con el aprendizaje del maestro Nayo, que se fue para siempre dejando a los tecpanecos y a los costeños una herencia musical inigualable: una generación de músicos que habrán de multiplicar su legado para bien del Barrio y de Tecpan…Descanse en paz Maestro Nayo.

Y para esta noche, estimados cibernautas, los invitamos a presenciar (¿o escuchar?) una lluvia de corcheas que inundará esta noche la “Capilla de San Bartolo”, en el barrio del mismo nombre,para iniciar con una musical velada, los festejos de Santa Cecilia, patrona de la música o de los músicos que, como los del barrio de la Capilla, cada aniversario de la Virgen, se preparan con sus mejores instrumentos para festejarla. Y es que allá por los años ochenta llegó a la Capilla, ubicada en el barrio de San Bartolo, una imagen de la santa; como lo recuerda Víctor Amancio Orbe. Tiempos en que estaba de moda el grupo “Sanbart”, que realizó la primera velada en la Capilla en honor a Santa Cecilia, para festejar el Día del Músico. Por ello, en un día como el de ayer, pero del 2003, se bendijo la imagen de Santa Cecilia en ese recinto religioso, acompañada y adorada por don Leonardo (Nayo) Orbe Carpio y Carlos de La O (La Lira); por quienes (en vida) se aprovechó el momento para rendirles un merecido homenaje, como pioneros de la música en Tecpan.

El Piquilín, heredero musical de don Nayo Orbe. /Foto: Cortesía Ramón Sierra

Pero, ¿Quién fue esta virgen y mártir? La fiesta que se menciona el 22 de noviembre fue preservada en el templo dedicada a ella en el barrio romano del Trastéverey su origen probablemente se remonta a esta iglesia. También se le conoce como Cecilia de Roma, porque allí nació, cuya fecha es desconocida; pero su muerte la ubican en el año 230 de nuestra era. Los historiadores dicen que hacia el año 480 aparecieron unas Actas de santa Cecilia anónimas, escritas en latín; de acuerdo con éstas, lasanta perteneció a una familia senatorial romana de los metelos,que se había convertido al cristianismo desde su infancia. Sus padres la dieron en matrimonio a un noble joven pagano,Valerius (Valeriano). Después de la boda la pareja se retiró a la cámara nupcial, Cecilia dijo a Valeriano que ella había entregado su virginidad a Dios y que un ángel celosamente guardaba su cuerpo; y debía tener el cuidado de no violar su virginidad.Valeriano pidió ver al ángel, después de lo cual Cecilia lo envió junto a la tercera piedra miliaria de la vía Apia,donde debía encontrarse con el Papa Urbano I. Valeriano fue a ver al Papa y éste lo bautizó y Valeriano regresó como cristiano ante Cecilia. Entonces se apareció un ángel a los dos y los coronó como esposos con rosas y azucenas. Cuando Tiburcio, el hermano de Valeriano, se acercó a ellos,también fue convertido al cristianismo y a partir de entonces vivió con ellos en la misma casa, en completa pureza. El prefecto Turcio Almaquio, enemigo de todo lo oliera a cristianismo, condenó a ambos hermanos a la muerte. El funcionario del prefecto, Máximo, fue designado para ejecutar la sentencia.Cecilia enterró sus restos en una tumba cristiana. Luego la propia Cecilia fue buscada por los funcionarios del prefecto. Fue condenada a morir ahogada en el baño de su propia casa. Cómo sobrevivió, la pusieron en un recipiente con agua hirviendo, pero también permaneció ilesa en el ardiente cuarto. Por eso el prefecto decidió que la degollaran allí mismo. El ejecutor dejó caer su espada tres veces, pero no pudo separar la cabeza del tronco. Huyó, dejando a la virgen bañada en su propia sangre. Cecilia vivió tres días más, dio limosnas a los pobres y dispuso que después de su muerte su casa debía dedicarse como templo.

Por lo que respecta a su relación con la música, las escrituras refieren que fue, probablemente, el resultado de una mala traducción de las Actas de santa Cecilia: “Vino el día en que el matrimonio se celebró, (Venit díes in quo thálamus collacatus est,et, canéntibus [cantántibus] órganis,) y, mientras sonaban los instrumentos musicales, ella (la virgen Cecilia) en su corazón a su único Señor cantaba,diciendo: haz, Señor, mi corazón y mi cuerpo inmaculados y no sea yo defraudada… La palabra latina órganis es el plural de órganum,que significa ‘instrumento musical’, y se tradujo como ‘órgano’. Entonces la frase ‘mientras sonaban los instrumentos musicales, ella le decía al Señor’ se tradujo: ‘ella cantaba y se acompañaba con un órgano’. Y así Cecilia se volvió patrona de la música, y a partir del siglo XV (en el ámbito del gótico cortés)se empezó a pintar a la santa cargando un pequeño órgano portátil, y otros instrumentos (un clavicémbalo,un laúd,etc.)

Al artífice de las corcheas de una trompeta en si bemol, creador de músicos y de música, el que agitaba la paz del barrio (y del pueblo) con su orquesta de cinco saxofones, cuatro trompetas, dos trombones, dos guitarras acústicas, batería, bajo conga y bongó, amortajado en melodías antiguas que todavía impregnan los aires tecpanecos, se lo llevó un cortejo de amigos y parientes camino del cementerio.

Hablo del Maestro Leonardo Orbe,del Barrio de San Bartolo, en Tecpan, quien por muchos años mantuvo una orquesta unida que amenizaba las bodas de antaño, en que destacaban melodías difíciles, amenas, románticas como Tardes de lluvia, Te quiero, linda mentirosa, Una traición, Eternamente mía y el Mambo N° 13, entre otras. Quien no sólo formó una orquesta de gran prestigio sino una generación de músicos que mantienen hoy el acervo musical del pueblo. En esta orquesta estuvieron,aprendieron, se perfeccionaron en los saxofones altos, Carlos de La O, Leonel Valencia y Pablo Galeana Ojeda; en el sax barítono y el sax tenor, Macario Luviano Ruiz, el gran maestro; en los trombones, Silvino Villegas, Julián Ríos,Pedro Rosas (La Papuja) y Gildardo Patricio Texta (Gila); en las guitarras,Delfino de La O (La Lira), Ricardo Abarca Serna, Esteban Martínez y Urbano Nepomuceno; en el contrabajo o el tololoche, Agustín Galeana y Amadeo de La O;en la batería y bongó, Esteban y Sixto Martínez, respectivamente; en las maracas, Pedro Maracas y en las trompetas, Ezequiel de La Cruz (Cheque),Leopoldo reyes Gutiérrez (Bolo) y Leonardo (Nayo) Orbe quien, además, era el director.

Macario Luviano y sus hijos./ Foto: Cortesía Ramón Sierra

Al decir de sus amigos, que lo trataron y convivieron con él en el asunto de las corcheas, “era un músico entregado a su arte, de extracción humilde, sencillo y modesto, con un talento fuera de serie para interpretar uno de los instrumentos más difíciles: la trompeta en Si Bemol.” Y, de acuerdo con Macario Luviano con calidad profesional en la materia, dice que era “un instrumento sumamente agresivo,exigente, percusivo; una trompeta algunas veces melodiosa, sutil, suave,romántica, alegre, jocosa, de apoyo a ciertos pasajes fuertes en una orquesta,como solista en frases aletargadas y dormilonas o en pasajes de gran ejecución y depurada técnica.” Una orquesta de tantos instrumentos como maestros, era muy difícil conservar; pero Nayo supo remar contra viento y marea en los difíciles momentos de la indisciplina, falta de ética profesional, posturas irrespetuosas, de mal carácter y etílicas, que además supo, finalmente,mantenerla vigente por muchísimos años a pesar de las desbandadas y las vicisitudes. Finalmente, Macario agrega que “con sus parientes cercanos, un punto a su favor, y el barrio de La Capilla (semillero de músicos), donde todos vivían, —otro punto a su favor— aseguraba la participación de los saxofones con Leno Orbe y Daniel, su cuñado Gila en el trombón, con la versatilidad de Fabián Orbe tenía asegurados el saxofón alto y el tenor, la batería, guitarra y trompeta; y con Amancio y Nico Orbe en guitarra y conga, respectivamente… Sin embargo, a pesar del apoyo de su familia, el maestro Nayo quiso siempre cobijara otros músicos y fortalecer su orquesta, que actualmente ya no existe. Así, agrupó en ella a José espino y Chucho El Papa, de Tenexpa; Santos Moreno y Valdemar Núñez de San Luis; Esteban Solís, de Nuxco; Roberto Calderón de Tetitlán;Lenchito Radilla, de Santa María y a Bertoldo Valdés, de Tierra Caliente…”

Por ello, en este Día de Santa Cecilia, Patrona de los Músicos, queremos felicitar a todos estos maestros denota y solfeo. Algunos, en su mayoría, se encuentran en el cielo compartiendo la música con Santa Cecilia, virgen y mártir. Luego vino la “nueva generación”,también con buenos músicos, como José Antonio (Tamboya), El Piquilín, Kiko,Amancio y el hijo del Profe Yiyo, entre otros, con el aprendizaje del maestro Nayo, que se fue para siempre dejando a los tecpanecos y a los costeños una herencia musical inigualable: una generación de músicos que habrán de multiplicar su legado para bien del Barrio y de Tecpan…Descanse en paz Maestro Nayo.

Y para esta noche, estimados cibernautas, los invitamos a presenciar (¿o escuchar?) una lluvia de corcheas que inundará esta noche la “Capilla de San Bartolo”, en el barrio del mismo nombre,para iniciar con una musical velada, los festejos de Santa Cecilia, patrona de la música o de los músicos que, como los del barrio de la Capilla, cada aniversario de la Virgen, se preparan con sus mejores instrumentos para festejarla. Y es que allá por los años ochenta llegó a la Capilla, ubicada en el barrio de San Bartolo, una imagen de la santa; como lo recuerda Víctor Amancio Orbe. Tiempos en que estaba de moda el grupo “Sanbart”, que realizó la primera velada en la Capilla en honor a Santa Cecilia, para festejar el Día del Músico. Por ello, en un día como el de ayer, pero del 2003, se bendijo la imagen de Santa Cecilia en ese recinto religioso, acompañada y adorada por don Leonardo (Nayo) Orbe Carpio y Carlos de La O (La Lira); por quienes (en vida) se aprovechó el momento para rendirles un merecido homenaje, como pioneros de la música en Tecpan.

El Piquilín, heredero musical de don Nayo Orbe. /Foto: Cortesía Ramón Sierra

Pero, ¿Quién fue esta virgen y mártir? La fiesta que se menciona el 22 de noviembre fue preservada en el templo dedicada a ella en el barrio romano del Trastéverey su origen probablemente se remonta a esta iglesia. También se le conoce como Cecilia de Roma, porque allí nació, cuya fecha es desconocida; pero su muerte la ubican en el año 230 de nuestra era. Los historiadores dicen que hacia el año 480 aparecieron unas Actas de santa Cecilia anónimas, escritas en latín; de acuerdo con éstas, lasanta perteneció a una familia senatorial romana de los metelos,que se había convertido al cristianismo desde su infancia. Sus padres la dieron en matrimonio a un noble joven pagano,Valerius (Valeriano). Después de la boda la pareja se retiró a la cámara nupcial, Cecilia dijo a Valeriano que ella había entregado su virginidad a Dios y que un ángel celosamente guardaba su cuerpo; y debía tener el cuidado de no violar su virginidad.Valeriano pidió ver al ángel, después de lo cual Cecilia lo envió junto a la tercera piedra miliaria de la vía Apia,donde debía encontrarse con el Papa Urbano I. Valeriano fue a ver al Papa y éste lo bautizó y Valeriano regresó como cristiano ante Cecilia. Entonces se apareció un ángel a los dos y los coronó como esposos con rosas y azucenas. Cuando Tiburcio, el hermano de Valeriano, se acercó a ellos,también fue convertido al cristianismo y a partir de entonces vivió con ellos en la misma casa, en completa pureza. El prefecto Turcio Almaquio, enemigo de todo lo oliera a cristianismo, condenó a ambos hermanos a la muerte. El funcionario del prefecto, Máximo, fue designado para ejecutar la sentencia.Cecilia enterró sus restos en una tumba cristiana. Luego la propia Cecilia fue buscada por los funcionarios del prefecto. Fue condenada a morir ahogada en el baño de su propia casa. Cómo sobrevivió, la pusieron en un recipiente con agua hirviendo, pero también permaneció ilesa en el ardiente cuarto. Por eso el prefecto decidió que la degollaran allí mismo. El ejecutor dejó caer su espada tres veces, pero no pudo separar la cabeza del tronco. Huyó, dejando a la virgen bañada en su propia sangre. Cecilia vivió tres días más, dio limosnas a los pobres y dispuso que después de su muerte su casa debía dedicarse como templo.

Por lo que respecta a su relación con la música, las escrituras refieren que fue, probablemente, el resultado de una mala traducción de las Actas de santa Cecilia: “Vino el día en que el matrimonio se celebró, (Venit díes in quo thálamus collacatus est,et, canéntibus [cantántibus] órganis,) y, mientras sonaban los instrumentos musicales, ella (la virgen Cecilia) en su corazón a su único Señor cantaba,diciendo: haz, Señor, mi corazón y mi cuerpo inmaculados y no sea yo defraudada… La palabra latina órganis es el plural de órganum,que significa ‘instrumento musical’, y se tradujo como ‘órgano’. Entonces la frase ‘mientras sonaban los instrumentos musicales, ella le decía al Señor’ se tradujo: ‘ella cantaba y se acompañaba con un órgano’. Y así Cecilia se volvió patrona de la música, y a partir del siglo XV (en el ámbito del gótico cortés)se empezó a pintar a la santa cargando un pequeño órgano portátil, y otros instrumentos (un clavicémbalo,un laúd,etc.)

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