Ganar unos pesos y a la vez motivar a la niñez acapulqueña, son los propósitos de Adrián Hernández, al exhibir una variedad de trucos que realiza con un trompo y una cuerda, mientras su público ,automovilistas y transeúntes, esperan en el alto de uno de los semáforos que se ubican en la avenida Costera, a escasos pasos de El Sol de Acapulco.

Él es originario de la Ciudad de México y llegó a vivir al puerto por un trabajo que desempeñaba, que era repartir frutas y verduras en diferentes hoteles y restaurantes de la franja turística.

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Adrian tiene 48 años de edad y actualmente vive en la colonia Progreso, donde tiene más de cuatro años compartiendo el techo con unos amigos.

El desempleo lo ha llevado a salir a las calles y buscar algunos pesos para poder comer, haciéndolo a través de una cuerda, un trompo y sus mejores habilidades y destrezas humanas.

Dijo que uno de los propósitos además de ganar dinero, es despertar en los niños las ganas de jugarlo y sustituir el celular, "ya que éste juguete tradicional mexicano parece perderse en los infinitos recodos del tiempo, debido a que las nuevas generaciones parecen no tenerlo muy presente en sus juegos y entretenimientos, especialmente las nacidas después de la llegada de la era digital".

Adrian mencionó que hay tres tipos de materiales para los trompos: madera, metal y plástico, y los trucos se conocen como Eel Carrusel, Boomerang, Turbo Carrusel, La Cobra, El Cohete, La Turbo Hélice, La Estatua y El Dormilón, entre otros.

Cabe mencionar que este pasatiempo no tiene un origen definido, ya que se habla de la existencia de este en el año 4000 antes de Cristo.

Para hacer bailar el trompo, se enrolla un cordón desde la punta metálica hasta la mitad del mismo y que luego se suelta sobre el piso, lanzándolo con cierta fuerza.