Pese a la puesta en marcha de operativos de seguridad vacacional y contar con el refuerzo de militares y efectivos de la Guardia Nacional, el periodo vacacional de Semana Santa en Acapulco concluyó como comenzó, con violencia.
La postal que ofreció este destino de playa, fue de balaceras, crímenes violentos y heridos en playas, como en la dizque "blindada" costera Miguel Alemán.
El operativo de seguridad Semana Santa 2023, en el que se coordinan los tres niveles de gobierno, no logró frenar la incidencia delictiva que generan los grupos delincuenciales vinculados con el crimen organizado.
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El primer hecho de violencia que puso en el plano nacional al puerto de Acapulco, que dejó un saldo de un muerto y cuatro heridos, ocurrió en la icónica playa Caleta, cuyos autores lograron ser detenidos a la altura de Capitanía de Puertos.
Por un momento se tuvo la confianza de que la reacción de los cuerpos de seguridad, con el apoyo de militares y personal de la Guardia Nacional, frenaría la actividad criminal y se garantizaría la seguridad de los paseantes.
Pero duro poco, cuando una familia de Guanajuato fue atacada a balazos en el fraccionamiento Las Playas, que desató nuevamente el incremento de las acciones de los delincuentes.
Quedó claro que todos los sitios de atracción turística eran vulnerables, lo que se manifestó la madrugada de este domingo con el ataque a dos bares ubicados en la Condesa, en donde 7 personas fueron heridas a balazos por civiles armados.
Este domingo inicio el éxodo de los vacacionistas, que a pesar de la violencia, este destino del Pacífico, que alcanzó niveles de ocupación hotelera de un 72 por ciento, según cifras oficiales de la Secretaría de Turismo de Guerrero.
