El dirigente de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos, Evencio Romero Sotelo aseguró que los daños que ha sufrido el campo de Guerrero por la sequía y los efectos de la tormenta Max y el huracán Otis se cuantifican en más de 600 millones y debido a ello podría haber una situación de desbasto de alimentos.
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La semana pasada, el dirigente de los empresarios de la masa y la tortilla declaró que no habrá desabasto de maíz y las pérdidas que se tuvieron por los fenómenos naturales serán cubiertas con grano que se traerá desde Sinaloa, Querétaro o el Bajío. Esta declaración de acuerdo con el líder campesino se encuentra fuera de la realidad porque en Guerrero las pérdidas en la agricultura son de más del 50 por ciento de lo que se sembró.
Romero Sotelo lanzó un reto al dirigente de los tortilleros para que juntos y el consejo estatal del maíz realicen un recorrido por las zonas productoras de maíz en la zona norte del Estado, en las que la sequía acabó con más de la mitad de la producción.
Estableció que, como empresarios, los industriales de la masa y la tortilla no entienden que el problema no es sólo tener maíz y si sube de precio sube el producto y siguen teniendo ganancias, pero los campesinos que no tendrán maíz tienen que buscar como resolver su necesidad alimentaria y sólo queda en este momento migrar fuera del Estado o sembrar de riego en los lugares donde hay condiciones.
Mencionó que existen partes en las que ya tuvieron dos daños en la zona norte, porque la sequía les daño todo y volvieron a sembrar para la temporada de riesgo, pero el paso del huracán lo volvió a afectar.
Resaltó que hasta el momento no hay un pronunciamiento del gobierno de cómo van a apoyar a los campesinos que perdieron todo por el huracán, además de que ya no existe el seguro de gastos para daños catastróficos y por ello los campesinos no pueden acceder a una indemnización.