Jornaleros agrícolas que fueron enviados de Chilpancingo a campos de la empresa Big Force en Jalisco, para capacitarse y en un futuro aspirar a una visa de trabajo que les permitiera entrar a los Estados Unidos, denunciaron que fueron abandonados a su suerte, en un rancho que presumiblemente son instalaciones de un grupo delincuencial, en ese lugar dos de ellos fueron golpeados por un grupo de hombres armados, y a todo el grupo se mantuvo casi esclavizados.
El viaje de 55 personas fue auspiciado pro la Secretaría del Trabajo y Previsión social en un acuerdo con el ayuntamiento de Chilpancingo, y salieron el 15 de febrero con rumbo a la capacitación que les dijeron se realizaría en el estado de Guanajuato, pero de última hora cambiaron la ruta y se fueron al estado de Jalisco a un rancho de la empresa Big Force que se dedica a la producción e Arándano.
“Nos cambiaron todo el itinerario, y al llegar el trato no fue lo que esperábamos, nos abandonaron, tuvimos que gastar en los alimentos cuando el ofrecimiento fue que estaríamos en instalaciones con alimentación y hospedaje”.
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“Nos tuvieron en las instalaciones sin poder utilizar los teléfonos, no podíamos tomarnos fotos, y ni salir en la noche, ni siquiera caminar más allá del sitio que nos marcaron en que deberíamos estar, cuando nos llevaban a la tienda no podíamos platicar con nadie y todo el tiempo nos estaban vigilando”.
La situación más álgida se registró el día que dos de los migrantes decidieron salir a hacer ejercicio por la tarde y sobrepasaron la zona que estaba marcada para que estuvieran, entonces un grupo de hombres armados los interceptó y los golpeó, uno de ellos fue a dar al hospital y uno logró correr.
Se hizo un relajo muy intenso, los armados llegaron a la zona y amarraron a los coordinadores, querían por la fuerzas que les entregaran al joven que logró correr sin que hubieran hecho nada, sólo por haber caminado para ejercitarse.
El 15 de febrero, el gobierno municipal anunció el apoyo que brindarían a 55 jornaleros para acudir a una capacitación con la empresa Big Force, sin embargo el apoyo sólo fue para que se fueran y allá los abandonaron, no hubo ningún tipo de seguimiento y tampoco tuvieron el apoyo que se les ofreció, de entrada les cambiaron el hecho de que para poder tener su visa serían sólo tres meses y al llegar les dijeron que estarían un año trabajando.
Después de estos hechos, la mayoría de los trabajadores empezaron a ahorrar para regresar a Guerrero, pues la empresa les advirtió que si desertaban perdían su derecho a la visa, y tampoco les apoyarían con recursos para su retorno, así que con el miedo de que pudieran volver a ser agredidos se dedicaron a trabajar para poder juntar el dinero necesario para poder pagar el pasaje de regreso.