Pese a que el Bando de Policía y Buen Gobierno vigente en el municipio de Chilpancingo impide el uso de la vía pública para realizar actividades comerciales, las calles aledañas al zócalo capitalino se encuentran saturadas de vendedores callejeros que invaden tanto las banquetas como el arroyo vehicular. En la ciudad existen al menos cinco organizaciones de comerciantes que son las que controlan quien se puede instalar en un espacio y cada vez se apropian de más calles.
Calles como 16 de septiembre, Altamirano, republica del Salvador, Madero, Justo Sierra y Baltazar R Leyva Mancilla, se encuentran permanentemente invadidas por comercio ambulante que el gobierno municipal tolera, además de la propia Plaza Primer Congreso de Anáhuac en la que se tiene un tianguis instalado de manera permanente.
Desde hace al menos tres administraciones municipales, a un costado del viejo edificio del Tribunal Superior de Justicia en lo que sería la continuidad del Andador Zapata se tiene instalado un tianguis de supuestos artesanos que venden mercancía china, estos son protegidos del empresario Pioquinto Damián Huato, estos espacios operan a través de un sistema de rentas que pagan los vendedores pro cada espacio disfrazadas como cuotas de la organización, es decir que quienes venden en este lugar deben pertenecer a su organización y pagar las altas cuotas, si protestan, simplemente los obligan a dejar el espacio.
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Otro sector que mantiene espacios invadidos son las de la organización conocida como Las Torres, estas dedicadas a la venta de “gorditas” (tortilla de masa de maíz rellena de pollo, queso o chicharrón y frita en aceite) estas tienen espacios afuera del casino del estudiante y en al menos tres esquinas del centro de la ciudad, también afuera del panteón central.
Los espacios no se pueden utilizar por nadie más que por las miembros de esta agrupación que es familiar, pero como son insuficientes para atender los puestos contratan empleadas de tal manera que una sola mujer es dueña de varios espacios públicos.
Otra organización controla vendedores que se colocan a un costado de la catedral, ahí se tiene vendedores de ropa, juguetes cinturones y alimentos, todos ellos contribuyen a una persona que es la que tiene relación con el ayuntamiento y paga los pisajes de todos juntos para que les permitan estar vendiendo en la plaza.
La zona que más invasores tiene es la que se encuentra en las calles República del Salvador y Zaragoza, esta zona que hace muchos años fue parte del mercado municipal, que se reubicó en lo que hoy es el Baltazar R Leyva Mancilla, tiene todo tipo de productos, especialmente de alimentos, y en este lugar ya ni siquiera se trata de puestos móviles, los comerciantes han construido con tablas y no se quitan nunca, estos mismos comerciantes en temporada decembrina durante casi dos meses se apropian de la calle Baltazar R Leyva Mancilla.
¿Qué dice la ley?
El Bando de Policía y Buen Gobierno en su artículo 31 establece que son derechos de las/los ciudadanos y vecinos del municipio de Chilpancingo. Fracción 13 “Utilizar el suelo de acuerdo con las normas establecidas en los planes de desarrollo urbano y conforme al interés colectivo”.
Las calles tiene dos utilidades en la banqueta es el uso peatonal, y además ahí se incluyen las rampas que existen pero están invadidas para el tránsito de personas discapacitadas, mientras que el arrollo vehicular es para el uso exclusivo de los automóviles, que puede ser para el estacionamiento o circulación, sin embargo en estos casos las banquetas y calles están invadidas lo que implica que se contraviene esta fracción de la ley
La fracción 33 del mismo artículo señala “No utilizar u obstaculizar las banquetas, calles, plazas, puentes o cualquier elemento del mobiliario urbano, para la exhibición o venta de mercancía, prestación de algún servicio o para fines distintos a su naturaleza, sin contar con la autorización respectiva”, es decir que el ayuntamiento autoriza que las calles se mantengan invadidas de comerciantes de lo contrario tendría que actuar para permitir el libre tránsito de automóviles y peatones.
El reglamento de tránsito municipal también tiene una mención al respecto y en el artículo 159 establece que Los peatones tienen prohibido ofrecer mercancías o servicios a los ocupantes de los vehículos ni practicar la mendicidad, es decir que nadie debe obstruir el arrolló vehicular, lamentablemente estos son letra muerta ante los comerciantes de la capital.
