Su gusto por la música le viene desde la niñez, dice don Feliciano, quien siempre soñó con cantar en grandes escenarios, pero ahora que perdió la vista, lucha tocando en solitario en la vía pública, para ganarse unas monedas.
Originario de la comunidad de El Ciruelo, municipio de Cuajinicuilapa, región de la Costa Chica de Guerrero, recuerda que su niñez fue de aprendizaje y de tocar los ritmos de la batería.
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Años después viajó al puerto de Acapulco y se contrató con varios grupos musicales, hasta que por tres años fue vocalista del grupo Cosmos, de la colonia Zapata, ahí se consolidó como músico y se le abrieron oportunidades para tocar en otros grupos.
En esos años, su estilo de cantar le gustaba a la gente, porque además en su repertorio incluía éxitos de Rigo Tovar, Los Bukis, clásicos de los Terrícolas y de otros cantantes de esa época, por lo que le iba bien y vivía de la cantada.
Pero como no todo es para siempre, repentinamente se vio solo y empezó a cantar como solista, sin percatarse, la enfermedad le afecto los ojos, cuando fue con el oftamólogo le diagnosticó glaucoma.
A pesar que acudía con regularidad con el especialista, le avanzó la enfermedad y en la actualidad sus ojos perdieron la luz, pero no se rinde y al lado de su compañera, recorre las calles para ganarse unas monedas.
Solo pido que me contraten, que me escuchen cantar y que me den la oportunidad de ganarme la vida honradamente, ahora recorro la costera Miguel Alemán y hago alto en el parque con mi pareja, para buscar la sombra y después seguir haciendo lo que más me gusta que es cantar.
De esta forma, don Feliciano sigue deleitando con su voz a quienes gustan de la música de los grupos musicales que marcaron una época en los 70's, siempre sonriente y sin perder el optimismo de que le dará frutos su perseverancia para sacar el día en estos tiempos de mucho sol y calor.