A pesar de que el huracán Otis dejó sin mobiliario de playa, palmeras y árboles, el recalentado en la playa, alberca y río es una tradición que continúa entre los acapulqueños y turistas.
Posterior a la desvelada de la Noche Buena y ya que llegó Santa Claus a los hogares a repartir los juguetes a los consentidos del hogar, se ha convertido en una tradición generacional acudir en familia y con amigos a un balneario.
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Los días 25 de diciembre y 1 de enero desde muy temprana hora se observan las caravanas de cientos de familias que trasladan el recalentado en anafres, hieleras , recipientes y sillas a uno de estos lugares para seguir la celebración de la Navidad, sin importar el estado en el que se encuentren, ya sea ebrios, desvelados o como se encuentren acuden.
En el puerto de Acapulco algunos acuden a las playas de la bahía de Santa Lucía, otros deciden irse a los ríos como el de Coyuca de Benítez, lagunas o albercas de Pie de la Cuesta y Barra Vieja donde se tiene la mejor apuesta del Sol, ya que los balnearios de la avenida Costera Miguel Alemán se encuentran repletas de turistas.
La familia Quintana Mendez de la colonia Icacos llevó a la playa Papagayo la ensalada rusa acompañada de pollo, bacalao y algunos postres que sobraron de la cena navideña.
Disfrutar de un chapuzón, una cerveza bien fría y del recalentado son actividades que cientos de mexicanos realizan después de las fiestas decembrinas.