Sin duda, los elementos castrenses destacamentados en la localidad de Linda Vista, en los límites de los municipios de San Miguel Totolapan y Heliodoro Castillo, se habrán preocupado ante el arribo de poco más de 200 habitantes que llegaron hasta sus puertas.
Pero cuando les expusieron su deseo de que los elementos del Ejército Mexicano permanezcan en ese lugar, el surrealismo habrá desplazado a la sorpresa de tan inédita petición.
La petición no solo era un rasgo de confianza hacia el Ejército, es también la develación del temor por la existencia real de un problema en la Sierra.
Este domingo, un medio de circulación nacional expone el problema que vive la Tierra Caliente del país y que ha impactado a tres estados: Michoacán, Estado de México y Guerrero. La sierra, es parte de esa Tierra caliente en una zona que lleva su nombre y que se extiende hasta la Costa Grande y la Zona Norte, donde “casualmente” la noticia de la presencia de grupos armados y los efectos en forma de violencia, de secuestro, de desplazamiento de comunidades es una noticia cotidiana.
Qué ha sucedido que se ha asentado la violencia en esa zona?
En Guerrero, la Sierra ha sido una región olvidada y se favoreció poco su desarrollo de tal manera que la riqueza de la zona ganadera, de la venta de oro, del desarrollo de su cultura musical, incluso de instituciones educativas apoyadas por la Iglesia, poco a poco fueron cerrando hasta dejar la región sin esa alternativa.
Con poca infraestructura carretera, educativa de nivel medio superior y superior, poco apoyo para la producción local de productos como el café, el durazno, el melón verde, ajonjolí, maíces híbridos… ha dado paso a una creciente pobreza y marginación que encontró en lo olvidado, alejado y escarpado de su sus colinas, el crecimiento de una alternativa para satisfacer sus necesidades básicas y aún, la que les brinde respaldo para sustentar estudios de sus hijas e hijos fuera de ese lugar, la siembra de droga.
Pero la riqueza del suelo también está en el subsuelo donde las vetas de la minería no solo permitió empleos, también hizo crecer la avaricia. Y creció el alcoholismo, el enrolamiento de sus jóvenes varones en los grupos delincuenciales que son hoy por hoy una constante en la vida de la población.
La Sierra, determinada en este periodo de gobierno estatal como la Octava Región, tiene retos grandes, pero difícilmente podrá alcanzar metas si antes no trabaja en un proyecto de pacificación y quizá de una planeación más regional de su desarrollo, distinto a la visión de otras regiones de Guerrero.
La permanencia del Ejército en el lugar, así lo ven los pobladores, coadyuva a esa idea de paz que necesitan para la vida diaria y para la vida del futuro, pobladores que, a diferencia por ejemplo de Acapulco, no salen a protestar incitados por grupos delincuenciales, según han denunciado ellos mismos, para evitar su presencia.
El gobierno federal tiene un reto en la tierra caliente del país y de Guerrero en particular. Las decisiones que tomen en el corto plazo será un reflejo del compromiso o con la población, o con los grupos que están fuera de la ley. Y eso se verá en el futuro. Surrealismo?
