La playa La Angosta, dejó de ser un espacio de recreación y punto de encuentro del turismo, al convertirse en uno de los sitios con mayor índice de criminalidad y campo de batalla de los grupos antagónicos del crimen organizado, que a sangre y fuego, se disputan la plaza.
Este apacible lugar se localiza cerca de Sinfonía del Mar y limita hacia el sur con el cerro del Patal, consiste en una pequeña penetración del mar hacia tierra, con aguas apacibles y con una rica variedad de peces y moluscos, que fue por esta particularidad que se le puso el nombre de La Angosta.
Los viejos acapulqueños, recuerdan que durante el mandato del presidente de la República, Luis Echeverria Alvarez, se realizó la primera obra para modernizar la playa, que consistió en levantar bardas de contención del oleaje y se colocaron sobre la franja de arena, sombrillas de palma.
En la parte superior se construyó un salón que se concesionó como restaurante, que aún existe, pero en abandono, mientras que en la parte posterior se construyó un estacionamiento, mientras que sobre la parte baja pegado a las rocas, se pavimentó lo que hoy se conoce como el paseo de El Delfín.
Por muchos años sirvió de atracadero de los cayucos que utilizaban los cooperativistas para salir a pescar o para sacar ostiones y almejas, pero empezaron a verter al mar, aguas crudas del drenaje de los desarrollos habitacionales cercanos, que se incrementó ante la complacencia de las autoridades.
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Tiempo después, durante el sexenio del gobernador, Zeferino Torreblanca Galindo, se hicieron mejoras y se reconstruyó el paseo de El Delfín, además se colocó el alumbrado y se pavimentó una plancha de cemento, que bajaba hasta la playa, con el paso de los años, el fuerte oleaje destruyó el concretó del paseo y las lozas de concreto se convirtieron en trampas mortales, además el lugar daba un mal aspecto a los turistas.
Pero la situación se complicó, cuando los cooperativistas, alegando derechos, invadieron con locales de venta de comida toda la parte superior de la playa, reduciendo el área de esparcimiento del lugar y aumentó la contaminación por las descargas de aguas sucias.
El ex gobernador, Héctor Astudillo Flores, en diciembre de 2017, inyectó 29 millones de pesos en la rehabilitación integral de barandales, que abarcó del anfiteatro de Sinfonía del Mar, con la colocación de nuevas luminarias, banquetas, baños, palapas, vestidores y elementos simbólicos.
Estas obras del paseo “Acuérdate de Acapulco”, contempla desde La Quebrada hasta playa La Angosta, en este último lugar, se buscó darle una imagen renovada, con dos elementos simbólicos en forma cilíndrica, el primero con un mural de especies marinas y el segundo con las zonas arqueológicas de Guerrero.
También, se mejoró la imagen de los sanitarios, construyendo un baño para personas con capacidades diferentes con un área total de 78.56 metros cuadrados, además de colocarse un barandal de concreto en el paseo de El Delfin, en donde se erigió una escultura de este mamífero sobre una piedra de ónix, el cual fue vandalizado y actualmente ya no existe.
En esa parte, el fuerte oleaje del Pacifico, destruyó totalmente un tramo del paseo de concreto y solo se conserva el que comunica con la playa La Angosta, en donde las balaceras y crímenes violentos, son cotidianos, el último asesinato se cometió en plena Semana Santa, cuando hombres armados a bordo de una moto acuática llegaron a balear a un mesero.
Distante quedó esta playa, como una de las zonas turísticas más visitadas por los paseantes y residentes, porque ahora la gente vive con miedo, tienen que pagar la extorsión o saben que las consecuencias son funestas, pues les puede ir la vida o ser “levantados” por quienes generan la violencia.