“Un mes que no asimilo y mucho menos acepto que ya no estés, ¿quién va a aceptar que le quiten a su ser más amado de la manera más cruel?”, con estas palabras Samara recordó en sus redes sociales a su padre que fue de las primeras víctimas de la delincuencia que ha azotado al transporte de Chilpancingo.
El ocho de julio fue un día que se recordará porque los delincuentes quemaron carros y asesinaron a sus conductores en la ciudad sin motivo aparente, los choferes que sólo salieron a trabajar para ganarse el pan de cada día fueron acribillados y algunos de ellos calcinados.
“Se siente el vacío en la mesa al comer, se siente el silencio infinito en casa, tu cama sigue igual a como la dejaste, tu cepillo de dientes sigue en el mismo lugar, tu cuarto de herramientas donde pasabas la mayor parte del tiempo se siente vacío, ya no se escucha abrir la puerta todos los días a las 11:00 pm cuando llegabas de trabajar”.
Hasta el momento no existe una claridad del por qué se han atacado unidades del transporte público, se especula que se trata de una lucha territorial de bandas del crimen organizado, sin embargo, no se ha establecido que papel juega el transporte en estos grupos delincuenciales o porqué los atacan a ellos.
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En la rumorología y análisis de quienes aseguran conocer del tema, señalan que las unidades de transporte son tributarios de los grupos conocidos como Los Tlacos, y los Ardillos, pero las autoridades no han dado ninguna explicación real del tema, ni siquiera se han investigados los homicidios.
“Cada viernes y Sábado son más dolorosos, fue un viernes en la noche que cenamos juntos, que platique contigo sobre planes y pendientes, fue un sábado que almorzamos pero por prisas (mi trabajo) no pudimos hablar, me despedí de ti sin saber que sería la última vez, te llame a las 2:49 pm sin saber que sería la última vez que escucharía tu voz, te dije te veo al rato sin saber que ya no volvería a verte jamás”.
Los ataques a las unidades del transporte han dejado víctimas inocentes, personas que salieron a trabajar para llevar el sustento a sus hogares y que sin saberlo su actividad laboral sería el motivo para que los privaran de la vida.
Tan sólo en la crisis de seguridad que se ha vivido en el último mes 18 trabajadores del volante han sido asesinados de manera dolosa.
“Desde aquel día vivo un infierno, vivo solo porque 2 personas dependen de mí, intento ocultar mi dolor ante los demás, me mantengo fuerte pero no es suficiente. El enojo que llevo por dentro solo se queda ahí, ¿a quien le reclamo tu muerte?. ¿A quién le pido justicia?”.
Sin especificar ante quien acudió a reclamar justicia, la mujer en sus redes denunció que cuando levantó la voz lo único que le dijeron fue “A nosotros no nos compete y sólo se les darán 8 mil pesos para la caja”, luego se pregunta si la vida de su esposo valía eso 8 mil pesos que no alcanzaron ni para los funerales en los que gastó más de 30 mil.
“Perdón papá si no pude hacer más por ti, perdón si no hice lo suficiente, día a día sigue peor Chilpancingo, no hay seguridad para los transportistas ni para ningún ciudadano, nos han quitado la paz, nos quitaron lo más preciado que teníamos, nuestros Padres, esposos, tíos, hermanos, etc.”
“Mi papá era un señor de 60 años de edad con más de 30 años trabajando conduciendo taxi, que trabajaba día a día para llevar un plato de comida a casa para su amada esposa, ahora su esposa vive en un dolor tan grande que jamás se imaginó tener, vive día a día preguntándose el ¿por qué él? Por qué le quitaron a su compañero de vida, con el cual se imaginaba llegar a envejecer”