La Secretaría Estatal del Medio Ambiente anunció este día la entrega de 53 mil árboles que serán utilizados para restaurar zonas de los municipios de Atoyac y Chilpancingo, en los próximos días se entregarán al menos otras 200 mil plantas que son las que se lograron producir en el vivero estatal,
Al respecto el ambientalista Octavio Klimec Alcaraz explicó que es un gran esfuerzo que ha realizado el gobierno estatal y que seguramente se complementará con los esfuerzos de sembrando vida, pero es insuficiente para restaurar los daños que han tenido los bosques de Guerrero.
Resaltó que el producir árboles es muy caro, desde la siembra el termoplasma y hacerlos que legue a una talla que les permita sobrevivir en este ambiente “No se que tipo de planta sea, la talla que tenga y lo que haya costado producirlos, pero si es un trabajo difícil que requiere esfuerzo y que es insuficiente”.
Lee también: Remodelación de la Alameda proyecta daños al medio ambiente en la capital
Indicó no tener a la mano las cifras de las hectáreas de bosque que se pierden cada año en Guerrero, y al preguntarle si es real la cifra de 10 mil hectáreas que algunos manejan indicó que es aún más lo que se pierde cada año, “imagina son mil árboles por hectárea”.
Es decir que la apreciación del experto es que con la producción del estado si toda llega a los campos se podrían reforestar 250 hectáreas de las 10 mil que se devastan cada año, pero a esto hay que sumar también si la Conafor tiene producción y el programa de sembrando vida.
También se requiere revisar el tema de la siembra porque uno de las partes caras en el proceso de restauración forestal es justamente llevar as plantas al sitio donde se vaya a sembrar, y cuidarlo hasta que tenga la fortaleza para sobrevivir solo.
DATOS DE LA SEMAREN
La secretaria del Medio Ambiente anuncio que este año producirán 53 mil plantas de especies como Roble Rosa, Huamuchil, Caobilla, Guaje rojo, Parota, Maguey, Tejocote y Guanábana, todas especies endémicas y de fácil adaptación en la región.
Serán llevadas a campos de Atoyac y Chilpancingo para reforestar zonas devastadas por la tala inmoderada, por incendios, plagas y otros factores.