Hasta hace unos años, fieles religiosos rendían culto a la Virgen de Guadalupe, que se había aparecido en el tronco de una parota, ubicada sobre la avenida Insurgentes de Chilpancingo.
Precisamente a ese lugar se le conoce como las parotas, debido a que encontraban al menos tres de estos arboles que tenían hasta 100 años de antigüedad.
Por años, este lugar al estar cerca de un punto de semáforos, sirve para que comerciantes aprovechen la luz roja para vender comida y bebidas.
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Fue en ese lugar, donde a principios del año 2000, se le comenzó a rendir culto al tronco de un árbol, donde se creía se había aparecido la imagen de la Virgen de Guadalupe, una figura relevante para el catolicismo.
Cuando las personas pasaban por ese lugar, solían hacer reverencias y se persignaban; mientras que otras le colocaban flores y solían hacer oración.
En 2020, durante la administración del alcalde Antonio Gaspar Beltrán, ese árbol fue derribado, porque presentaba daños y representaba riesgos para la ciudadanía.
Fue en ese periodo que la ciudadanía se manifestó en redes sociales puesto que consideraba que el municipio debió guardar cierto respeto o en su caso darle un trato especial donde se apareció la guadalupana.
Lo que desató la indignación de la ciudadanía, fue que en su momento la titular de la Dirección de Recursos Naturales y Ecología del Chilpancingo, Perla Juárez, posó sentada sobre el tronco del árbol.
