Una hermosa postal se llevó un grupo de turistas quetomaban el sol en Pie de la Cuesta, dos ballenas que iban lanzandoagua por sus lomos, hasta sumergirse en la profundidad para novolver a salir a la superficie, aunque muchos quedaron a la esperade poder admirar a estos mamíferos gigantes.
La imagen quedó grabada en la oportuna toma de unbañista, que con su teléfono celular capturaba en video parte dela playa y como fondo el azul del mar, sin imaginar la grata visitade estos dos cetáceos, que a una distancia de 400 metrosaproximadamente emergieron a la superficie.
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Aunque no fue posible ubicar si se trató de unaballena con su cría, sí se pudo captar cuando ambos mamíferosexpulsaban el vapor de agua por su espiráculo, nadando en línearecta en dirección a la Quebrada, haciéndolo cerca uno delotro.
Repentinamente una de las ballenas saltó e hizo quese elevara una columna de agua, para luego azotar parte del cuerpoen contra de la superficie marina, partiendo la superficie en dos ydejando una estela de espuma.
La acción la volvió a repetir por segunda ocasión,para luego lanzar vapor de agua por sus lomos y ambos ejemplares sesumergieron en la profundidad, sin volver a emerger.
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De acuerdo a explicación de los científicos, loscetáceos abandonan las aguas gélidas para reproducirse en lascálidas aguas de ecuatoriales y de América Latina, en dondetienen a sus crías y es momento perfecto para poder tener contactovisual con estos animales gigantes.
Es por eso que se da la llamada temporada deavistamiento y es un deleite para turistas y residentes, que puedendisfrutar de estos ejemplares que cada año cruzan el océano enesta temporada.